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Tus preguntas sobre los Santos

Martyrium: potro, garrucha, ecúleo, prensa

Martyrium: potro, garrucha, ecúleo, prensa

Se dice que el dolor físico más intenso que puede experimentar el cuerpo humano es la fractura o dislocación de un hueso. A tal efecto existían una serie de instrumentos horribles, anteriores a Roma pero muy usados durante este período, que se empleaban invariablemente en los procesos de tortura como castigo o presión.

El potro o caballete, conocida mesa de extremos móviles -que podía tener muchas formas y colocarse en diversas posiciones- estiraba las extremidades del cuerpo hasta dislocar las articulaciones, al tiempo que podían usarse otros métodos de tortura. La afirmación que hacen los hagiógrafos de que “el tuétano saltaba y se derramaba por el suelo” parece exagerada, pero se podía morir de dolor en medio del tormento.  No se puede hacer una lista exhaustiva de las mártires que lo padecieron dado lo masivo de su uso, que fue retomado en la Edad Media y ha continuado hasta el pasado siglo, pero podemos establecer las principales:

Santa Águeda (en la imagen). 5 de febrero

Santa Felícula
(murió en el tormento). 14 de febrero.
Santa Devota. 27 de enero.
Santa Marina (Margarita)
de Antioquía. 18 de julio.
Santa Bárbara. 4 de diciembre.
Santa Juliana de Nicomedia  (lo padeció dos veces). 16 de febrero y 28 de junio.

Santa Martina. 30 de enero.
Santa Julita. 16 de junio.
Santa Gudena
(lo padeció cuatro veces)
Santas Justa y Rufina. 19 de julio.
San Blas. 3 de febrero.
San Vicente mártir. 22 de enero.

Santas Reparata y Benita. Extendidas sobre el las rociaron con sustancias ardiendo. 8 de octubre.
San Juan Yi Yun-il, mártir de Corea, descoyuntaron todos sus miembros, estirándolos, luego de azotarlo. Fue la última víctima de esta persecución. 21 de enero.
San Juan mártir. 7 de septiembre.
Santos Exuperancio y Marcelo, fueron tendidos sobre el potro y descoyuntados, además, les quemaron los costados y fueron apaleados.
Santos Trófimo y Eucarpo.
San Nicolás Owen, religioso jesuita, y mártir en Londres, fue cruelmente torturado en el potro para que revelase los escondites que había establecido durante años para esconder a los sacerdotes. 22 de marzo.
San Argimiro de Córdoba, fue atormentado en el potro y finalmente traspasado por una lanza. 28 de junio.

La garrucha era una especie de polea de la que se suspendía a la persona y se le tironeaban las extremidades hasta descoyuntarlas, o en ocasiones se utilizaba una vez ya estaba el cuerpo desgajado previamente en el potro, para extremar el dolor. Fue muy usada por la Inquisición. En cuanto a mártires cristianas, es conocida Santa Dorotea, que padeció este suplicio por dos veces. Al estar la víctima colgada, se recurría al mismo tiempo a otros tormentos.

El ecúleo, habitualmente llamado cruz de San Andrés, no era realmente tal cruz sino un potro vertical en forma de X o aspa cuyos cuatro brazos se prolongaban hasta desencajar las articulaciones, según afirma el P. Rivadeneira (se llama "de San Andrés", porque el santo apóstol murió en una cruz así). Célebre es el caso de Santa Eulalia de Barcelona, que aparece asociada a él, y que es confundido con la cruz en la que luego fue crucificada. Es decir, que el instrumento con el que aparece, a veces portándolo, otras sujeta a él, es el ecúleo, no la cruz en la que moriría clavada. Las hermanas Santas Sabina y Cristeta de Ávila, junto con su hermano Vicente, también padecieron este suplicio.

Por último cabe hablar de la prensa, que no es más que la máquina usada para exprimir la uva, que en ocasiones y especialmente en Persia y la parte oriental del Imperio era usada para aplastar el cuerpo del condenado. Método tan horrible causaba la muerte inmediatamente, o como mínimo dejaba a la víctima lista para remate. Se menciona este uso en el caso de Santa Demiana en Egipto, Santa Arquelaide, Santos Jonás y Baraquiso.

Todos estos instrumentos están perfectamente documentados en la Antigüedad clásica y fueron masivamente usados tanto antes como después. Aparte del inimaginable dolor que estas aberrantes máquinas producían, las lesiones, aunque reversibles, eran lentísimas en sanar; y con frecuencia ocurría que los huesos no soldaban bien y daban lugar a taras y discapacidades de por vida (en otras palabras, creaban individuos inútiles y desechables según la cruel sociedad de entonces). A menudo se prodecía a estos tormentos en primer lugar, y a partir de ese punto el torturado ya no podía valerse por sí mismo ni tenerse en pie, por lo que era arrastrado por los carceleros, arrojado escaleras abajo, y un sinfín de infamias y afrentas añadidas que los hagiógrafos callan por ignorancia o piedad.

Naturalmente, todos estos mártires se pueden invocar, y se invocan, para dolores de huesos, fracturas, dislocaciones, caídas y demás traumatismos óseos.

1 comentario

dera -

me gustaria saber si hay alguna informacion sobre con cuanta fuerza se dislocaba un hombro