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Tus preguntas sobre los Santos

La Invención de la Santa Cruz (II)

La Invención de la Santa Cruz (II)

En el artículo anterior sobre la Invención de la Santa Cruz veíamos algunas referencias histórico-legendarias sobre el suceso. Ahora las analizaremos, someramente, porque resumir casi dos milenios de historia y devoción en un pequeño e insignificante blog, es mucho pedir:

La primera y más importante dificultad con que se enfrenta la “Invención” es que Eusebio, que vivió en el momento en que se dice que fue hallada la cruz y que, ciertamente, narra la expedición de Helena a Tierra Santa en su “Vida de Constantino”, ¡no menciona para nada el hallazgo de la cruz! Es impensable que un suceso como ese no fuera registrado por él, habiendo narrado la construcción de una iglesia en Belén y otra en el monte de la Ascensión por obra de Helena. Y más aún: en el año 335, Eusebio que está presente en la dedicación de la iglesia de la Anástasis (la Resurrección), narra toda la ceremonia y describe el lugar, pero no hace una sola mención de la Cruz.

Por si fuera poco, se conserva el manuscrito original de un peregrino anónimo de Burdeos, que visita los Santos Lugares en el año 333. Describe las reliquias veneradas, como la mancha de sangre de San Zacarías en su martirio, la Columna donde fue flagelado Cristo, hasta una palma de la que se arrancaron ramos el Domingo en que Cristo entró a Jerusalén, etc, etc., pero no dice una palabra sobre la Santa Cruz, por lo que hay que deducir en este año, aún no se conocía dicha reliquia. Si Constantino murió en el 337, el descubrimiento tenía que haber ocurrido entre el 335 (fecha de Eusebio) y el 337, pero sucede que el viaje de Helena a Jerusalén ocurrió entre el 326 y el 327.

Por tanto, fue posterior a ellos cuando dicha cruz (falsa o no, es imposible de determinar) fue inventada y venerada, al menos desde el 345, como testimonia San Cirilo cuando aún era sacerdote, que menciona la presencia de la Cruz en sus catequesis, aunque sin nombrar a Santa Helena. Sólo confirma la existencia y conocimiento de la Vera Cruz, que no es poco. Y también les recuerdo que alrededor del año 351, la vuelve a mencionar en una carta a Constancio, pero si dicha cruz hubiera sido llevada a Roma por Helena y el mismo Constantino, no tendría sentido que Cirilo mencionara la presencia de la cruz en Jerusalén al hijo de Constantino, pues Constancio y Roma entera lo habrían negado.

Egeria, la gran peregrina del siglo V, narra la liturgia de la Basílica del Santo Sepulcro, y los oficios en torno a “la cruz”, pero no está claro si se refiere a LA Cruz de Cristo.

Y sobre la posterior historia, la Basílica de la Santa Cruz de Roma, donde supuestamente se conservan la Cruz y el título, ya se ha escrito bastante y en cualquier sitio podéis saber más, ver fotografías, etc. Por ejemplo, aquí, en este vídeo. Mi intención era poner las fuentes, históricas y legendarias. Pero no quisiera terminar sin unas:

Consideraciones sobre la Cruz:
Conociendo un poco de historia y costumbres, tanto romanas como judías, se puede aseverar con bastante certeza que la cruz de Cristo es totalmente desconocida. Las cruces eran instrumentos usados una y otra vez, hasta que fueran inservibles, y aún así, hasta de leña servirían. Cristo fue crucificado en una cruz usada muchas veces antes y después de él. Una más. Es impensable que los apóstoles o discípulos la recogieran y escondieran, sabiendo como sabemos la aversión de los judíos a la sangre y a todo lo que tocara la sangre. Los apóstoles provenían del mundo judío y no hay que presuponer una veneración especial hacia el instrumento del martirio de su Maestro.

Por otro lado, el madero vertical solía estar clavado, por razones prácticas en el sitio del tormento, el reo solo llevaba el madero transversal. Así que sería más difícil aún que ambos maderos permanecieran juntos, cuando debieron usarse en múltiples ocasiones y no siempre formando ambos una cruz.

Los clavos, como cualquier instrumento, eran muy preciados, por lo que también se usaban repetidas veces, afilándolos cuantas veces fuera necesario y se pudieran usar. Y siendo de hierro, es de pensar que sería muchas veces. Y, sobre los clavos, su presencia y sitios de veneración, pues en el tercer artículo.

2 comentarios

Ramón Rabre Jordá -

Gracias Hernán, espero verte más por aqui, leyendo y comentando. También Louis de Wohl escribió una novela sobre el tema "el árbol viviente". Y otras sobre otros santos. A mi me gusta su estilo.

Ramón. Para ver otras consultas resueltas: http://preguntasantoral.blogia.com



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De: Blogia

hernan -

Buen artículo, y buen blog.
Sobre la leyenda, hay una linda novela de Evelyn Waugh (Helena).