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Tus preguntas sobre los Santos

MARTYRIUM

Martyrium: atributos de los mártires antiguos

Martyrium: atributos de los mártires antiguos

Pregunta: Lo que te quería preguntar, es que si podias haceme el favor publicar en el blog, o manadarme un correito, con los atributos básicos de los mártires romanos y su significado. si se te atraviesan algunos que no sean tan básicos me sirven también. DE ANTEMANO, MUCHAS GRACIAS ANA. Colombia.

Respuesta: De nada. Pues tras haber aclarado que con “mártires romanos” te refieres a mártires de la Antigüedad en general, aquí viene una lista muy sencilla y básica:

La corona: Es bastante anterior a la palma. Aparece ya en los primeros mosaicos paleocristianos de San Apolinar de Rávena (en la imagen). Es símbolo de victoria y triunfo, ya que era una condecoración y emblema sagrado ya en la religión pagana, que fue adoptado por la cristiana.

La palma: Es el atributo que más ha prevalecido. Su origen se encuentra en las famosas carreras de carros que tenían lugar en los circos. Al equipo vencedor se le entregaba una hoja de palma como símbolo del triunfo. Este símbolo también fue adaptado por el cristianismo para simbolizar la victoria del mártir sobre el Mal.

Vestimenta: Generalmente, la vestimenta con que representan a los mártires de esta época es un prototipo –a veces fantástico- de las vestiduras de la élite romana, aunque muy pocas veces estas representaciones tienen auténtico rigor histórico. Por ejemplo, cualquier santa mártir aparecerá vestida como una matrona romana, aunque no lo fuera y tuviera un status que no le permitiera para nada lucir estas vestiduras (esclava, extranjera, pobre). Los varones en cambio rara vez aparecen con el equivalente masculino (vestiduras de senador o de magistrado) sino que es muy frecuente que aparezcan como soldados, por el tema del “miles Christi” o guerrero de Dios, es decir, de luchador por la fe, aunque realmente también se da el caso de que la armadura casi nunca tenga parecido con las auténticas piezas llevadas por un legionario. A partir de cierta época según estilos, se simplifica el tema vistiéndolos simplemente con una túnica bastante atemporal y de los colores más inverosímiles. Se dan también errores de vestidura como representar a varones con túnicas femeninas (es decir, largas hasta los pies) o a las mujeres enseñando los tobillos (lo cual hubiera sido considerado indecente en la época). También confunden constantemente el calzado, poniendo a veces a las mujeres botas militares y a los varones sandalias de señora. Pero no me enrollo con esto…

La cruz: En la iconografía ortodoxa, los mártires se distinguen por estar portando en su mano una cruz, símbolo de su sacrificio en unión con el sacrificio de Cristo. Es su principal diferencia con la palma, más habitual en la iconografía católica. Lo que no significa que una excluya a la otra: recientemente los iconos ortodoxos han empezado a incluir palmas con las cruces y bueno, hemos visto muchos mártires representados con cruces pequeñas también en el catolicismo…

Heridas: Los cortes en el cuello, los golpes en la frente, y heridas o efusión de sangre en general indican el martirio, y lo indican de forma genérica. A veces coincide con el martirio del santo o santa en cuestión (p.ej; el clavo hendido en la frente de Santa Engracia) pero otras veces no tiene por qué.

Lámpara encendida: más propia de las vírgenes, porque se las asimila a las diez vírgenes prudentes de las que habla la parábola. Las vírgenes mártires suelen aparecer con ellas, y también tenemos esta representación desde muy antiguo, en los mosaicos paleocristianos.

Instrumentos de martirio: aparatos de tortura y armas de todo tipo. Algunos son muy específicos (cruces, potros, ecúleos) y otros son genéricos: una espada o un hacha. Indican muerte violenta.

Celda, grilletes, cadenas: para los que padecen encierro.

Se podría decir mucho más, pero ya he desarrollado muchos otros atributos en la sección de Martyrium. Te recomiendo que le eches un vistazo. Creo que he cumplido con lo básico, pero si algo se me ha pasado, acepta mis disculpas. Un saludo.

(En la imagen, mosaico paleocristiano de San Apolinar de Rávena, representando a las vírgenes mártires portando las coronas del triunfo. De izquierda a derecha: Eulalia, Inés, Águeda, Pelagia y Eufemia).

Meldelen

Y por redondear, las fieras, que también forman parte importante de la iconografía de los mártires antiguos.

Ramón

Clasificando a los mártires

Clasificando a los mártires

Retomando una cuestión anterior, creo que es bueno tener en cuenta bajo qué causas la Iglesia admite que se ha dado un martirio y se canoniza a un santo/a o beato/a como mártir. Según la Congregación para la Causa de los Santos, se distinguen cinco categorías de mártires:

1.- In Odium Fidei: dícese de quien ha perdido la vida o ha sido maltratado por rechazo o aversión a la religión católica. La inmensa mayoría de los mártires entran dentro de esta primera categoría. Los mártires de las persecuciones políticas o religiosas a lo largo de la Historia (persecuciones romanas, arrianas, víctimas del comunismo, de las guerras civiles contemporáneas, genocidios, etc) se consideran mártires en un contexto de odio a la religión. 

2.- In Defensum Castitatis: dícese de los que mueren defendiéndose de una agresión sexual, cuando esta defensa tiene un marcado sentido religioso y espiritual para el agredido. La inmensa mayoría son mujeres, por tradición, pero también hay hombres entre ellos. (Véase más sobre estos “mártires de la pureza” en: http://preguntasantoral.blogia.com/2009/052601-martyrium-las-martires-de-la-pureza.php )

3.- Ex Aerumnis Carceris: dícese de los que mueren a causa de las heridas, físicas o psíquicas, que han experimentado durante su encarcelamiento. Éstos, a diferencia de los anteriores, no mueren violentamente, sino a causa de complicaciones de heridas recibidas o enfermedades contraídas durante un largo encierro. Normalmente se ha venido cuestionando, desde la devoción popular, si esto es un auténtico martirio, pero como se puede ver sí que lo es para la Iglesia.

4.- Per Testimonium Caritatis Fortis: dícese de los que mueren a consecuencia de un acto heroico o caritativo excepcional. Por ejemplo, los que se ofrecen a morir en lugar de otros (San Maximiliano Kolbe) o los que son asesinados en sus esfuerzos por implantar la paz o brindando ayuda a sus enemigos (los misioneros asesinados durante su labor se incluyen aquí).

5. Ex Acertatibus Et Vexationibusque Pro Fidei Quibus Pertulit: son los que mueren a consecuencia de una violencia física o mental ejercida a causa de su fe. No hay una intención de matar, pero mueren a consecuencia del trato recibido. Se incluye aquí a los que son torturados o humillados y no se acaba con ellos, pero a quienes estos tratos dejan secuelas físicas y mentales que acaban causando la muerte. 

Por desgracia esta clasificación no es muy conocida entre los fieles y salvo el primer caso, la mayoría de las veces se tienen bastantes dudas a la hora de determinar si un santo es mártir o no. Por ejemplo, el caso de Santa Agostina Pietrantoni (en la imagen), virgen (13 de noviembre) que fue asesinada por el enfermo al que ella cuidaba, sabiendo que estaba en peligro –él la había amenazado de muerte repetidas veces- pero renunciando a marcharse y privarlo de sus cuidados. Parece evidente que se trata de un martirio per testimonium caritatis fortis, sin embargo no se cuenta entre los mártires y hay quien me ha reprochado que yo sí la considere como tal. ¿En qué quedamos, entonces? Espero que este artículo sirva para reflexionar sobre el tema.

Meldelen

De nobleza y martirio

De nobleza y martirio

Pregunta: Mel, me tienes que explicar algunas cosas (tu que eres la experta en santas mártires) ya lo hable con Ramon, pero no me quede convencido. Se trata del martirio a los nobles cristianos romanos (según Ramon no podian torturarlos, eran conducidos a su muerte directamente) y yo digo...que habria excepciones, ¿no? Saludos. España

Respuesta:
Pues yo no pretendo tener la última palabra, pero supongo que alguna excepción habría, porque no conocemos de primera mano todos y cada uno de los casos de los nobles martirizados en lo ancho y largo del antiguo Imperio Romano –más que nada porque conocer de primera mano significaría haber estado presente, cosa imposible por tiempo y por espacio- pero en principio lo que te ha dicho Ramón es lo más probable y verdadero, es decir, es una postura que yo comparto.
Para estudiar este tema tenemos que desentendernos un poco de los relatos fabulosos de martirios a los que estamos acostumbrados, porque tienden a exagerar en muchas cosas, empezando por atribuir un origen noble a la mayoría de los mártires, lo cual es absurdo. Especialmente si tras esto añaden una retahíla de tormentos imposibles de soportar y que no casan con el estatus social que se le acaba de atribuir a esa persona. Origen noble y tormentos, en general, no van juntos cuando hablamos de alguien que está bajo un proceso jurisdiccional romano cumplido con regularidad. Me explico:

La nobleza en la Roma antigua viene determinada no sólo por el estatus social y económico sino por la ciudadanía, que en principio fue un privilegio propio de las grandes familias de la urbe y que fue siendo concedido paulatinamente a aliados en las guerras, licenciados en el ejército y gente romanizada de otras naciones que lo ganaba por méritos políticos o militares. Este derecho de ciudadanía romana, entre otras muchas atribuciones, establece que un ciudadano romano no puede padecer humillación pública, tortura ni muerte ignonimiosa, entendiéndose por esta toda muerte que no sea la decapitación o la muerte rápida a espada. Tan sólo podía aplicarse una flagelación breve en caso de que tuviera que decidirse castigo físico.

Los ejemplos que puedo poner son muchos, a riesgo de caer en contradicción con lo que he dicho al principio, porque no me queda otra que volver a textos poco fiables –en razón de que son muy posteriores a los hechos que relatan-. Jesús, y San Pedro, en tanto que no ciudadanos romanos, padecieron la muerte ignonimiosa por crucifixión. San Pablo, que con ser judío de nacimiento había ganado la ciudadanía romana, murió decapitado, aunque algunos latigazos se llevó de tanto en tanto. Los esclavos, en tanto que no sólo no ciudadanos, sino también no considerados seres humanos, estaban expuestos a todo género de maltrato o muerte.

Las mujeres no eran ni podían ser en ningún caso ciudadanas, pero disfrutaban del derecho de ciudadanía de sus maridos, si éstos habían acumulado suficientes méritos para que les alcanzara a ellas. Así, a una noble matrona romana como Santa Cecilia se le concedió el privilegio de ser juzgada en privado para evitar su humillación. Después se le concedió el lujo de morir asfixiada en el baño de su casa –una muerte muy honrosa, según la mentalidad romana, como lo era también el abrirse las venas-. No pasó por ningún tormento, como tampoco su marido Valeriano y su cuñado Tiburcio, que también eran de familia noble según las actas.

Sin embargo, como te decía al principio, no quito que hubiera excepciones. En el año 212 d.C el emperador Caracalla extiende la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del Imperio. No es que fuera un filántropo: al hacerlo, despojaba a este derecho de todo su valor humano, porque si algo deja de ser un lujo para unos pocos y pasa a ser algo común y general, deja de tener valor. A partir de este momento, es de suponer que sólo la moralidad y honradez –más bien sensatez- del magistrado juzgante determinará lo deseable para una persona noble. Será posible que una persona acomodada sea humillada o maltratada, como Santa Perpetua, que fue exhibida desnuda en la arena y arrojada a las bestias, pero semejante proceder será rarísimo y motivo de escándalo. Por ejemplo, el caso de Santa Teonila, mujer de alcurnia, que como fuera golpeada y pisoteada en público, amonestó al prefecto diciendo: "Tú verás si está bien que a una mujer noble la atormentes de este modo". Y no faltan alusiones en las actas de los mártires donde se ve al público protestar cuando a una persona noble no se le da el trato debido a su estatus; y también hay casos al revés, en que se tiene consideración a esta situación y es tratada como se merece, es decir, dignamente y sin tormento. Es decir, que si no conviene tomar las actas de los mártires al pie de la letra, muchas veces nos dan claves esenciales para entender este fenómeno.

En resumen: la ciudadanía romana, y el estatus social, condició casi siempre el destino de una persona. En una sociedad que es desigual, el trato que se da en justicia a las personas es desigual, y siempre ha sido así. Sobre un pobre, sobre un extranjero y sobre un esclavo podían recaer todo tipo de humillaciones, tormentos y géneros de muerte. Pero un ciudadano, y además de alcurnia, era más que probable que se librase del tormento y recibiera una muerte rápida. En ello también estaba comprometido el prestigio del magistrado, que cuando terminaba su mandato se sometía a una inspección por parte de la autoridad y podía ser severamente castigado si había cometido abusos en sus gestiones. Si ha habido excepciones –por la mala praxis de un magistrado o porque el derecho de ciudadanía había perdido valor- son las que confirman la regla: que una persona nacida entre las principales familias de Roma o que ha ganado derechos por los servicios prestados al Imperio no puede ser tratada como un esclavo.

Como ves es un tema muy complicado porque el antiguo Imperio romano fue un territorio inmenso y la realidad en cada una de las provincias muy distinta. Sólo te he expuesto la teoría y la praxis general y deseable según la legalidad romana, pero asegurarte esto al 100% es imposible, hubiera tenido que estar yo allí y verlo.

(En la imagen, pintura historicista de E. Long, titulada “¿Diana o Cristo?”, en la que se representa a una joven cristiana noble en el trance de decidir si sacrificará a Diana, y vivirá, o seguirá fiel a Cristo, y morirá).

Meldelen.

Más que sobre santas mártires, en historia es donde eres una crack; porque esta cuestión es de historia. Y en cuanto a los santos, una vez más se prueba que las excepciones sólo confirman la regla.

Ramón.

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Martyrium: fusilamiento

Martyrium: fusilamiento

Se trata, básicamente, de la aplicación de la pena capital mediante una descarga de disparos, ejecutada por un pelotón de fusileros. Existe esta forma de muerte prácticamente desde que se generalizó el uso de las armas de fuego, a inicios de la Edad Moderna, y es un tipo de ejecución muy asociada al régimen militar y a las guerras. A diferencia de otras formas de ejecución, que fueron abolidas por su crueldad, el fusilamiento se sigue aplicando hoy día en las guerras y conflictos civiles, así como en algunos estados de Norteamérica. También se caracteriza por ser una forma de ejecución sumaria, rápida y expeditiva, que convirtió la muerte en un fenómeno masificado y más de una vez incontrolado.

El fusilamiento se puede aplicar por igual a personas individuales o a grupos. Era frecuente que al menos uno de los fusiles que estaban en manos de los ejecutores estuviese cargado con salvas –es decir, sin munición, sólo con pólvora, por lo cual no es lesivo- para aligerar la responsabilidad individual de cada uno de los ejecutores, que no sabían cuál había sido el arma cargada con salvas y podían consolarse pensando que podían no haber sido ejecutores en aquella ocasión determinada (esto disgusta por su cinismo, ya que realmente quien no tiene consuelo es el que muere, y aquellos que le quieren). Acabada la descarga, se aplica el tiro de gracia, que es un disparo individual en la cabeza, para cerciorarse de la muerte del ajusticiado, o ponerle fin si aún no ha fallecido. No es fusilamiento toda aquella ejecución por arma de fuego que es ejecutada por una sola persona, como el tiro en la nuca o el disparo a bocajarro.

La cantidad de personas que han muerto hasta día de hoy por fusilamiento es innombrable. No hablamos sólo de los ejecutados durante las dos guerras mundiales –especialmente en la segunda, la cifra de muertos se eleva a cantidades estremecedoras- sino también de los ejecutados en los pequeños –y no tan pequeños- conflictos civiles y fronterizos en otras zonas del mundo, en los grandes y pequeños genocidios, en las represiones políticas y las persecuciones religiosas, de cualquier naturaleza o ideología. Todos estos lamentables episodios han sembrado no sólo Europa, sino el mundo entero, de miles de fosas comunes repletas de víctimas que aún a día de hoy no han sido recuperadas ni contadas en su totalidad, y que difícilmente podrán serlo, teniendo en cuenta que sobre los cadáveres viejos, hasta día de hoy van cayendo de nuevos.

De entre todas las víctimas de tantas masacres, los mártires, es decir, aquellos ajusticiados por su vida o ideales religiosos, son también un número inmenso y sería demasiado extenso realizar una lista exhaustiva de todos ellos. Pero por hacer un breve recuento, aquí vienen algunos:

Mártires durante la Guerra Civil Española (1936-1939)

Soy consciente de que esta denominación es un tanto genérica, por lo que resta simplemente a título orientativo. Incluye principalmente a los religiosos, laicos y sacerdotes asesinados en la persecución religiosa que tuvo lugar en este conflicto. En algunos casos, se adelantó a la guerra, iniciándose alguna muerte en 1934.

Beatos Mártires Españoles (498 personas) 6 de noviembre
Beatos Mártires Valencianos (233 personas) 22 de septiembre
Beatas Carmelitas de la Caridad (25 religiosas)
Beatas de la Congregación de la Doctrina Cristiana (17 religiosas) 20 de noviembre
Beatas Mártires Escolapias (6 religiosas y 2 laicas)
Beatas Mártires Visitandinas (7 religiosas)
Beatos Mártires Agustinos  (65 religiosos)
Beatos Mártires Agustinos Recoletos (8 religiosos)
Beatos Mártires Capuchinos de Valencia (12 frailes y 5 clarisas)
Beatos Mártires Carmelitas Calzados (17 religiosos)
Beatos Mártires Carmelitas Descalzos de Barcelona (14 religiosos) y de Toledo (16 religiosos)
Beatos Mártires Claretianos de Barbastro (51 religiosos)
Beatos Mártires del Clero Diocesano de Toledo (12 sacerdotes)

Mártires durante la Revolución Rusa (1917) y la II Guerra Mundial (1939-1945)

Para esta denominación, mantengo lo dicho en la anterior: es meramente orientativa. En muchos casos las muertes se adelantan a la guerra y se mantienen después de ella. Están incluidas las víctimas de la persecución y de la represión tanto por parte del régimen nacionalsocialista alemán (nazismo) como los del régimen comunista (y dentro de este último también es meramente orientativo y no exclusivo el incluirlos, ya que desde la Revolución Rusa en 1917 hay gente fusilada por sus convicciones religiosas).

Beatos Mártires Polacos (108 personas)
Beatas Hermanas de la Congregación de la Sagrada Familia de Nazaret (11 religiosas)
(en la imagen)
Beatos Mártires Greco-Católicos de Ucrania (25 personas)
Neomártires de Rusia (incluye a todos los sacerdotes, religiosos y laicos rusos víctimas de la represión bolchevique, que es muy anterior a la guerra, a los del período de la guerra, y a los que han venido siendo víctimas del régimen comunista hasta mucho tiempo después de terminada la guerra).

Mártires Mexicanos de la Guerra Cristera (1926-1929)

San Cristóbal Magallanes Jara y 24 compañeros, sacerdotes y laicos.

Meldelen

Martyrium: la guillotina

Martyrium: la guillotina

Era la máquina utilizada para aplicar la pena capital por decapitación, reconocida por su utilización durante la Revolución Francesa. La máquina empezó a ser llamada guillotina, por el Dr. Joseph Ignace Guillotin, médico, aunque se debe aclarar que él no fue el inventor de dicho dispositivo. Máquinas parecidas ya se habían utilizado en Bohemia durante el siglo XIII, Alemania, Escocia y los Estados Pontificios desde el siglo XV, donde se la conocía con el nombre mannaia, según la descripción publicada en 1730, El viaje a Italia de Labat, y en el Voyageur français de Abbé de la Porte, de publicación posterior.

Como diputado en la Asamblea Constituyente Francesa, en octubre de 1789 el Dr. Guillotin propuso el uso de la máquina para llevar a cabo las ejecuciones. De modo que, como fue él quien sugirió el uso del artefacto, la máquina empezó a ser nombrada por su apellido. El hecho de que un médico como Guillotin sugiriera el uso de este instrumento, fue con el argumento de evitar “sufrimientos inútiles” al condenado, por ser un método más rápido y limpio. Llegó a decir, no sin cierta ironía, que “el sentenciado tan sólo tendría tiempo de notar una leve frescura en el cuello” antes de morir. (Lo cual, como se pudo comprobar después, no es cierto, ya que la conciencia se mantiene unos breves instantes después de desprendida la cabeza.) Pero en ese momento no fue escuchado. Insistió y, en abril de 1792, esta horrible máquina fue ensayada con cadáveres y animales. El secretario de la Academia de Cirugía, Doctor Antonio Luis, modificó la cuchilla horizontal por otra con forma oblicua, de mayor efectividad en el corte. La Asamblea Constituyente adoptó el uso de la guillotina a fin de que la pena de muerte fuera igual para todos, sin distinción de rangos ni clase social.

La guillotina tradicional consiste en un armazón de dos montantes verticales unidos en su parte superior por un travesaño denominado chapeau, que sostiene en alto una cuchilla de acero con forma triangular con un plomo de más de 60 kilogramos (mouton) en su parte superior. En su parte inferior se dispone un cepo de dos medias lunas (fenêtre) de las cuales la superior es móvil. Justo detrás de la máquina hay una plancha de madera que actúa como báscula. Hasta el siglo XX, era común que la guillotina estuviera elevada sobre un cadalso y pintada de rojo. Una ejecución puede completarse en menos de un minuto; de hecho, la acción mecánica es tan rápida que la cabeza permanece consciente unos segundos después de haber sido cercenada. Aunque la decapitación manual, mediante espada o hacha, se ha utilizado desde tiempos remotos, la decapitación mecánica no parece ser tan antigua. El primer ajusticiado de esta forma fue un bandido llamado Pelletier, el 27 de mayo de 1792.

En un principio el corte de la hoja era horizontal, pero debido a los fallos en las pruebas realizadas con cadáveres -y por recomendación del propio Luis XVI- se inclinó para que cortase eficazmente. El reo es acostado sobre la báscula posterior y empujado al trangallo o cepo, donde su cuello queda aprisionado; el verdugo acciona un resorte y la cuchilla cae, separando la cabeza del tronco a la altura de la cuarta vértebra cervical, la cual es recogida en un saco de cuero (y no en un cesto, como tantas veces se ha visto en películas). Esta máquina funcionó de un modo constante y estremecedor durante todo el período revolucionario en Francia, especialmente durante la etapa radical jacobina, no en vano conocida como el Terror, durante la cual se aniquiló no sólo a religiosos, monárquicos y cualquiera que no comulgase con el principio revolucionario, sino también a los propios revolucionarios que no compartían el radicalismo jacobino.

La última ejecución efectuada en Francia con este método tuvo lugar el 10 de septiembre de 1977; el ajusticiado se llamaba Hamida Djandoubi y era un inmigrante tunecino que había asesinado a su compañera. Luego de sucesivas movilizaciones por parte de organizaciones de derechos humanos, fue abolida en 1981. Bastante más recientemente de lo que muchos piensan, desde luego.

Los mártires más conocidos que fueron ajusticiados con este método rápido, pero no por ello menos horrendo, son naturalmente los del período revolucionario francés, aquí solo una pequeña muestra:

Beatas Carmelitas de Compiègne, vírgenes y mártires (17 de julio). Una por una, son:
- Beata Thérèse de Saint Augustin, superiora.
- Beata Germaine de Saint Louis.
Beata Charlotte de la Résurrèction.
- Beata Euphrasie de la Inmaculade Concéption.
- Beata Henriette de Jésus.
- Beata Thérèse du Coeur de Marie.
- Beata Thérèse de Saint Ignace.
- Beata Julie Louise de Jésus.
- Beata Marie-Henriette de la Providence.
- Beata Constance de Jésus, novicia.
- Beata Marie de l’Esprit Saint.
- Beata Germaine de Sainte Marthe.
- Beata Germaine de Saint François Xavier.
- Beata Catherine.
- Beata Thérèse.

Beatas Mártires de Cambrai, Hijas de la Caridad, vírgenes mártires. (26 de junio)
- Beata Marie-Madeleine Fontaine.
- Beata Marie-Françoise Lanel.
- Beata Thérèse-Madeleine Fantou.
- Beata Jeanne Gerard.

Beatas Ursulinas Mártires de Valenciennes, vírgenes y mártires (17 de octubre). Dentro de este grupo:
- Beatas Anne-Marie Erraux y Françoise Lacroix, brigidinas; Beata Josephine Leroux, clarisa.

Beatas Mártires de Orange: Ifigenia Gaillar, Teotisa Pélissier, Andrea Minutte, Mariana De Rocher, Mariana Béguine-Royal y 27 Religiosas más de varias órdenes. (9 de julio).

Beata Marie de la Dive. 26 de enero

Beatos Mártires de Laval. Dentro de este grupo: Beata Françoise Mezière, laica. (5 de febrero).

Beatas mártires de Anjou: María Ana Vaillot, Otilia Baurngarten, religiosas; Juana Gruget, Luisa Rallier de la Tertinilre, Magdalena Perrotin, María Ana Pichery y Simona Chauvigné, viudas; Francisca Pagis, Juana Fouchard, Margarita Riviére, María Cassin, María Fausseuse, María Galard, María Gasnier, María Juana Chauvigné, María Lenée, María Leroy Brevet, María Rouault, Petrina Phélippeaux, Renata Cailleau, Renata Martin y Victoria Bauduceau, esposas; Juana, Magdalena y Petrina Sailland d’Espinatz, hermanas; Gabriela, Petrina y Susanna Androuin, hermanas; María y Renata Grillard, hermanas; Ana Francisca de Villencuye, Ana Hamard, Carla Davy, Catalina Cottanceau, Francisca Bellanger, Francisca Bonneau, Francisca Michau, Jacoba Monnier, Juana Bourigault, Luisa Amata Déan de Luigné, Magdalena Blond, María Leroy, Petrina Besson, Petrina Ledoyen, Petrina Grille, Renata Valin y Rosa Quenion. (1 de febrero)

(En la imagen, “Martirio de las Hijas de la Caridad de Cambrai”, mural de la iglesia de Santa María de Barrens, en Perryville, Missouri, Estados Unidos).

Meldelen

Martyrium: diversos tormentos

Martyrium: diversos tormentos

En el ciclo de MARTYRIUM no he hallado sitio para unos cuantos mártires desperdigados por el santoral. De antiguo y de ahora, de Europa y de Asia, viejos, jóvenes y niños. Aquí va una buena recopilación de cuanto santo mártir hay por ahí (y cuanto atormentador también).

San Walter de Onhaye, mientras atravesaba el río Mosa, un sacerdote al que recriminaba sus costumbres lo mató golpeándole con un remo. 23 de junio. (en la imagen)

San Serapión: luego de descoyuntarlo, lo lanzaron de la azotea de su propia casa. 20 de febrero.
San Trifón: fue clavado al suelo y dejado morir. 11 de noviembre.
San Ferreol: falleció cargado de cadenas . 18 de septiembre.
San Flaviano: le vertieron plomo derretido en los ojos. 22 de diciembre.
San Marcelo de Lyon: fue enterrado en la tierra, dejando fuera el torso y dejado morir. 4 de septiembre.
San Quintín de Vermand: atravesado con una barra en forma de clavo. 31 de octubre.
San Thiem de Salzburg: le sacaron las tripas con una manivela, como a San Erasmo.
Santos Ciriaco, Largo y Esmaragdo: se vertió plomo ardiendo sobre sus cabezas. 16 de marzo.
Beato Pedro de Ruffia: inquisidor dominico, fue asesinado a patadas por los valdenses. 3 de febrero.
San Eutiquio de Roma: fue castigado con insomnio y hambre y, luego lo arrojaron a una sima profunda y allí fue abandonado. 4 de febrero.
San Flaviano de Constantinopla: fue atacado con puñetazos y patadas. Aunque murió poco después, en el destierro, se le considera mártir. 17 de febrero.
Santos Tiranión y Zenobio de Tiro: fueron colgados de garfios de hierro, en los fueron abandonados hasta morir. 20 de febrero.
San Conon de Pamfilia, hortelano mártir: fue obligado a correr ante un carro con los pies atravesados por clavos.
Santos mártires de Sebaste, después del agua helada, murieron con el descoyuntamiento y quebrantamiento de las piernas. 9 de marzo.
Santos veinte monjes de San Sabas, fueron encerrados en la iglesia y ahogados con humo. 19 de marzo
San Bercario de Montier-en-Der, abad:  un monje al que había castigado lo hirió con un punzón, un Jueves Santo, muriendo el día de Resurrección. 26 de marzo.
Beatos Enrique Kaczorowski y Casimiro Gostynski, sacerdotes mártires de Dachau, en las cámaras de gas. 6 de mayo.
Beatos Estanislao Kubski, sacerdote; y Martín Oprzadek, franciscano, mártires de Dachau, en las cámaras de gas. 18 de mayo.
Beato José Czempiel, mártir de Dachau, en las cámaras de gas. 19 de mayo.
Santas Bárbara Kim, viuda, y Bárbara Yi, virgen, mártires de Corea. Murieron a causa de la peste, estando encarceladas por cristianas. 27 de mayo.
Beato Antonio Julián Nowowiejski, obispo de Plock, murió de hambre en un campo de concentración. 28 de mayo.
Santos Marciano, Nicandro, Apolonio y compañeros mártires de Egipto, después de varios tormentos fueron emparedados expuestos al sol ardiente hasta morir de hambre y sed. 5 de junio.
Beato Guillermo Greenwood, cartujo mártir de Londres, murió en la cárcel, de hambre y enfermedad. 6 de junio.
Beato Juan Davy, diácono cartujo, mártir de Londres, murió de hambre en la cárcel. 8 de junio.
Beato Jacobo Berthieu, jesuita mártir de Madagascar, fue expulsado tres veces de las misiones, pero siempre regresó. Finalmente, al no querer apostatar fue pisoteado hasta la muerte. 8 de junio.
Beato Roberto Salt, cartujo mártir de Londres, murió de hambre en la cárcel de Newgate. 9 de junio.
Beato José Imbert, jesuita mártir de Rochefort. Murió de hambre y enfermedad en el barco, como todos ellos. 9 de junio.
Beatos Tomás Green y Walter Pierson, monjes cartujos de Londres, murieron de hambre y enfermedad en la cárcel. 10 de junio.
Beata María Ana Biernacka, mártir de Polonia (hoy en Bielorrusia), se entregó a los soldados para que su nuera embarazada pudiera esconderse, y fue fusilada. 13 de junio.
Beato Tomás Scryven, cartujo mártir de Londres, murió de hambre en la cárcel. 15 de junio.
Beato Tomás Reding, cartujo mártir de Londres, murió de hambre en la cárcel. 16 de junio.
Beato Antonio Constante Auriel, mártir de Rochefort. Murió de hambre y enfermedad en el barco, como todos ellos. 16 de junio.
Beato Felipe Pappon, mártir de Rochefort. Murió de hambre y enfermedad en el barco, como todos ellos; justo al dar la absolución sacramental a otro prisionero. 17 de junio.
Beato Jacobo Morelle Dupas, mártir de Rochefort. Murió de hambre y enfermedad en el barco, como todos ellos. 21 de junio.
San Eusebio de Samosata, obispo. Disfrazado de militar, recorría las comunidades cristianas, alentando a los fieles contra los arrianos, habiendo paz en la Iglesia, continuó haciéndolo abiertamente, hasta que una mujer arriana le mató arrojándole una teja en la cabeza. 22 de junio.
Beato Raimundo Petiniaud de Jourgnac, mártir de Rochefort. Murió de hambre y enfermedad en el barco, como todos ellos. 25 de junio.
Santo Tomás Toán, catequista mártir de Viet-Nam, padeció varios tormentos en la cárcel, hasta que falleció de hambre y sed. 27 de junio.
Beatos Juan Bautista Duverneuil y Pedro Aredio Labrouche de Laborderie, mártires de Rochefort. murieron en el barco por el hambre y la enfermedad, como todos ellos. 1 de julio.
Beato Agustín José Desgardin, monje cisterciense, mártir de Rochefort. Murió de hambre y enfermedad en el barco, como todos ellos. 6 de julio.
Santa Filotea, su padre le cortó una pierna por dar su comida a los pobres. Maldito tragón.

Martyrium: las mártires de la pureza

Martyrium: las mártires de la pureza

Con este apelativo se conoce a un grupo de mártires (todas mujeres) que responden al perfil de mujer joven asesinada brutalmente durante un intento de violación (la Iglesia las engloba dentro de la causa martirial in defensum castitatis, “en defensa de la castidad”, grupo creado recientemente). El término fue acuñado a principios del siglo XX, cuando se hizo famoso el terrible caso de Santa María Goretti, una niña campesina italiana que había sido brutalmente masacrada por su joven vecino cuando ella rechazó primero el acto sexual, y luego se resistió enconadamente a la agresión. Sin embargo, este término de mártires de la pureza resulta un tanto impreciso en muchos casos, incluso inadecuado, por una serie de razones que, desde mi estricta opinión personal, expondré a continuación:

1.- El término “mártires de la pureza” excluye a todas aquellas santas nacidas antes de María Goretti que fueron también asesinadas en un intento de violación. Semejante exclusión no es justa ni comprensible, pero es un hecho aunque muchos lo desconozcan. Se podría corregir incluyéndolas, pero esto parece complicado tratándose de santas muy antiguas, y algunas casi legendarias:

Santa Eutalia.
Santa Dula.
Santa Eufrasia de Nicomedia
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Santas Domnina y sus hijas Verónica y Proscudia.
Santa Pelagia de Antioquía.
Santa Irene de Tesalónica.
Santa Saturnina de Arrás.
Santa Belina de Landreville.
Santa Tomaide de Egipto.
Santa Solange de Bourges.
Santa Úrsula y compañeras.
Santa Sofía de Fermo
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Santa Laura de Constantinopla y compañeras trinitarias mártires.
Beata Marquesina Luzi.

NOTA: Hay una tendencia, actualmente en boga, que pretende considerar a Santa Inés de Roma como la primera mártir de la pureza. Esto es incorrecto, probablemente algo devocional y piadoso nacido de los bellos escritos de San Ambrosio y otros autores al exaltar el candor de una niña virgen. Pero no es una mártir de la pureza, ni de serlo de facto, estaría incluida dentro de ellas, por ser anterior a María Goretti. Inés fue víctima de un proceso judicial romano basado en el edicto de persecución a partir de la denuncia de un prometido rechazado, si es que damos su legendaria historia por cierta. Pero las causas de su martirio NO tienen nada que ver con la defensa de la pureza ni de la castidad.

2.- El término “mártires de la pureza” excluye sistemáticamente a los varones, por entender que sólo la mujer tiene una integridad física y sexual que proteger (este concepto, ya se ve, es machista y perjudica tanto a ellas como a ellos). Existen al menos dos santos varones que fueron martirizados por rechazar el trato sexual, aunque no en un intento de violación, se ha de hacer notar:

San Pelayo de Córdoba.
San Carlos Lwanga
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3.- El término “mártires de la pureza” excluye a todas aquellas mujeres de vida ejemplar que murieron en un intento de violación, aunque al ser esposas, viudas o madres de familia, no son vírgenes, pero también fallecen en la defensa de la integridad física, que tampoco es exclusiva de una virgen. Me consta que algunas mujeres entre las mártires de China y Japón, y otras de la Guerra Civil Española, responderían a este perfil.

4.- Por último, aunque esto ya no lo digo yo, tanto desde algunos colectivos feministas como desde dentro de la propia Iglesia hay voces que sugieren que el término “mártires de la pureza” es anticuado y han propuesto denominaciones alternativas como “mártires de la integridad física” o “mártires de la dignidad de la mujer”, que no han prosperado hasta la fecha. El caso de Pierina Morosini, que sí llegó a ser violada antes de la muerte, tendría algo que decir al respecto. Hoy en día los partidarios de estas propuestas más modernas enfocan el martirio de estas personas como una defensa de la dignidad y de la integridad física más del hecho simplemente virginal y casto de la cuestión. Creen, y probablemente con razón, que esto calaría más entre la gente en el mundo actual en el que vivimos, que el ancestral tópico de la defensa de la virginidad como el (casi) único bien valioso de una mujer.

Pero vamos a ver concretamente las que sí están incluidas como mártires de la pureza.

Santa María Goretti
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Beata Pierina Morosini
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Beata Antonia Mesina
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Beata Albertina Berkenbrock (en la imagen).
Beata Teresa Bracco
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Beata Lindalva Justo de Oliveira.
Beata Karolina Kozkówna.
Beata María Clementina Anwarite Nengapeta.
Sierva de Dios Josefina Vilaseca.
Sierva de Dios Concetta Lombardo.
Sierva de Dios Santa Scorese.
Sierva de Dios Marisa Porcellana.
Sierva de Dios María Vieira.
Sierva de Dios Angelina Zampieri.
Sierva de Dios Marisa Morini.
Sierva de Dios María de la Luz Cirenea Camacho González.
Sierva de Dios María de San José Parrá Flores.
Sierva de Dios Coleta Meléndez Torres.
Sierva de Dios Elena Spirgevidutè.
Sierva de Dios Anna Kolesarova.
Sierva de Dios Bodi María Magdolna.
Sierva de Dios Verónica Antal.
Sierva de Dios Isabella Cristina Mrad Campos.
Sierva de Dios María Israel Bogotá Baquero.
Sierva de Dios Bárbara Umiastauskaite.
Sierva de Dios Marta Obregón Rodríguez.

Además, llegó a mis manos, por cortesía de un amigo, una estampa de una chica llamada Esmeralda Rebenaque Rebenaque, de la que se dice que a los 22 años fue asesinada en un intento de violación, pero no he podido hallar más información al respecto, y parece que no esté todavía en calidad de Sierva de Dios.

Meldelen

Hoy, en el misal, se prefiere, salvo en el caso de las "vírgenes mártires" de siempre, poner simplemente "mártir", de hecho se celebra el oficio de mártires cuando no lo tiene propio. Creo que durante mucho tiempo se ha dado más importancia al hecho de la cuestión física que al hecho de por qué se defendieron: Estas mártires, no solo preservaban su cuerpo, sino que defienden su virginidad como un valor espiritual, como signo de pertenencia exclusiva a Dios. A muchos les podrá parecer una bobería, un atraso, pero a ellas no (y esto es lo importante) y es esa visión de la virginidad como valor religioso lo que da sentido a esta "pureza" y es, desde ese punto de vista, cuando trasciende el plano meramente físico o vaginal.

A mí el término de "mártires de la dignidad de la mujer" me parece tan machista o inadecuado como "mártir de la pureza", sobre todo porque la dignidad va más allá. Creo que "mártir", es suficiente. Con dejar claro que la defensa del cuerpo fue por razones religiosas basta (esto no quita mérito a las demás). Y lo de “mártires de la integridad física” creo que se aplica a todos, desde el primero hasta el último, porque crucificar, cortar cabezas, arrancar brazos es atentar contra la integridad física.

Ramón

Martyrium: violencia de género

Martyrium: violencia de género

Tanto te quiero, que te asesino.

Alguno se extrañará de esto, pero la violencia de género no es un invento del siglo XX, aunque el término para definirla sí lo sea. También entre las Santas y Beatas hay mujeres que padecieron esta situación o murieron por culpa de ella, y son honradas como mártires. Dejaremos aparte el caso de Santa Rita, Santa Mónica o la Beata Ana María Taigi por no ser  mártires, pero que sí fueron mujeres maltratadas por sus maridos, y pasaremos a las que perdieron la vida a causa de estos malos tratos, o por la intervención de su prometido o marido contra ellas.

En primer lugar, las que fueron denunciadas a las autoridades. Aquí se parte de la base de no permitir a una mujer que disponga libremente de su vida, en la Antigüedad, los relatos nos hablan de vírgenes cristianas cuyo ideal era consagrarse a una vida contemplativa –antes de la aparición del monacato, por cierto- y que fueron denunciadas por las autoridades, o directamente castigadas por sus pretendientes. Otras veces, aunque no pretendieran consagrarse, lo que no querían era desposarse con un pagano, porque no iba a permitirles ejercer su religión ni criar a sus hijos en ella. Entregarlas a las autoridades era la vía más rápida de vengarse de ellas por su negativa, ya que las ponía en el compromiso de faltar a su fe o someterse a la tortura y la muerte.

Santa Lucía.
Santas Victoria y Anatolia.
Santas Rufina y Segunda.
Santa Calíope.
Santa Flavia Domitila.
Santa Inés.
Santa Tárbula de Persia.
Santa María de Persia.

El caso de Santa Juliana de Nicomedia es particular, al existir versiones que defienden que fue casada por la fuerza con un prefecto, y no queriendo tener contacto carnal con él hasta que se convirtiera, él se vengó iniciando contra ella un proceso judicial en el que él mismo fue su juez. Otras versiones la equiparan a las anteriores mártires, yo suelo preferir la primera por ser más verosímil y no parecer copiada del resto de las actas.

El caso también de Santa Hripsime, donde el rey de Armenia es a la vez el rechazado y el juez de la mártir, junto con todas sus compañeras.

Santa Sushanik (Susana) de Armenia, esposa de un gobernador, decidió abandonar el domicilio conyugal cuando su marido se convirtió a la religión persa. Él, para vengarse, la persiguió, capturó, y encerró en una celda, donde permanecería seis años padeciendo hambre, sed y la tortura, y sin poder ver a sus hijos. Murió a inicios del séptimo año sin haber podido salir de allí.

Santa Sara de Antioquía, casada y madre de dos hijos, fue denunciada por su propio marido, el senador Sócrates, a las autoridades, que la hicieron quemar viva a ella y a los dos niños.

Santa Anastasia estuvo casada y su marido la maltrataba encerrándola en habitaciones cerradas, privándola de alimento y bebida y ordenando a los esclavos que la golpearan frecuentemente. Hubiera muerto de no ser por el fallecimiento repentino de éste y su consecuente liberación. Las causas de su martirio no tienen que ver con esto, pero sí fue una mujer maltratada.

De Santa Tecla también hay otras dos versiones, una que ya estaba casada, y otra que tan sólo estaba prometida, en ambos casos, al decidir abandonar la casa conyugal para ir en pos de San Pablo, fue denunciada a las autoridades, aunque no por su marido, sino por su propia madre.

En segundo lugar, las que eran directamente asesinadas por sus pretendientes. Los casos de mujeres que rechazaban el matrimonio en pro de una vida contemplativa y que lo pagaban con su vida se multiplicaron sobretodo en la Edad Media, pero también antes y después. Pero esta vez ya no eran llevadas a los tribunales, pues no existía ninguna causa que las pudiese inculpar, sino que eran directamente asesinadas por pretendientes rechazados. Este caso es muy triste porque, por contrapartida, a muchas mujeres las enviaron al convento en contra de su voluntad, donde languidecieron toda la vida, mientras que a otras que sí querían les imponían matrimonios desagradables o finales trágicos. Es el caso de:

Santa Maxellendis (en la imagen)
Santa Winifred
(también llamada Ginebra)
Santa Valeria de Limoges
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Santa Zlata de Maglene
(Neomártir Crisa)
Santa Engracia de Badajoz
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Santa Solange de Bourges (fue incluso raptada por un noble, pero intentando huir de él cayeron ambos a un torrente. Al final la decapitó).

Santa Irene de Portugal: único caso en que el pretendiente respetó la voluntad de ella de entrar en un convento, pero luego, habiendo oído la calumnia de que ella mantenía relaciones deshonestas con otros hombres desde el convento, sin más la encontró y la mató.

Santa Úrsula (según la tradición, hubiera salvado la vida de haber aceptado ser la concubina del caudillo huno, al rechazarlo, éste la mató de un flechazo)

Santa Dimpna (rechazó el matrimonio con su propio padre, aceptado por la cultura celta, pero considerado en la cristiana como incesto)

Finalmente, las esposas que fueron asesinadas por sus maridos, por rivalidades familiares y desavenencias con la vida piadosa de ellas.

Santa Godeleva de Gistel
Beata Camilla Gentili Rovellone


Hay que tener en cuenta que existen muchas vírgenes mártires de las cuales se dice que sufrieron el martirio porque rechazaron los amores de este prefecto, de aquel emperador, de aquel otro… pero no todos los casos valen. La mayoría de veces son simples leyendas piadosas que se repiten simplemente por edificación. Por tanto, NO fueron víctimas de ningún hombre despechado Santas como Águeda, Dorotea, Ágape, Quione e Irene, o Filomena, de la que también se ha dicho, sin el menor fundamento, entre otras. (Todos aquellos casos en los que se ha querido calumniar a prefectos y emperadores merecerían un artículo aparte).

Dejamos aparte todos los casos de santas que rechazaron el trato sexual, las conocidas como “mártires de la pureza”, y todas las que lo fueron de facto antes de que apareciera este término, porque también merecerían un artículo aparte, siendo también víctimas de esta violencia de género.

Meldelen

Yo añado, porque lo fueron, a San Pelayo, adolescente que rechazó las propocisiones del califa de Córdoba y a San Carlos Lwanga, lo mismo, pero con el rey de Uganda. Y, como siempre, excelente artículo, Meldelen.

Ramón.