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Tus preguntas sobre los Santos

San Werner de Oberwessel

San Werner de Oberwessel

Pregunta: buscando mi nombre, Werner, encontré tu blog y me pareció increíble lo que dices de mi “santo”. Veo que no compartes la idea del asesinato ritual de los judíos. Mis preguntas son: 1. podrías darme más datos del “santo”. 2. De verdad crees que fuera del todo imposible que los judíos lo mataran? Gracias. Es impresionante tu blog.

Respuesta: Gracias por el elogio, se intenta hacer bien.
Me haces una pregunta algo complicada de responder, porque la gente lee lo que quiere leer y no lo que se escribe… A ver, creo que los seres humanos no tenemos límites en bondad o maldad. Cualquier grupo humano es capaz de hacer cualquier atrocidad, pero una cosa es que lo hagan y otra cosa es que lo hagan por pertenecer a ese grupo; o sea, porque ese grupo humano tenga normas o creencias que impulsen a semejantes crímenes. Los ejemplos, sencillos: un grupo de judíos pudo matar a este niño, pero si lo hicieron no fue porque el judaísmo lo ordene. Hay unos curas pederastas, pero no porque la Iglesia lo ordene, como musulmanes terroristas, o protestantes del KKK. Muchos historiadores han demostrado que eran patrañas y calumnias eso de que los judíos asesinaban niños, pero eso no hace del todo imposible que alguno lo hiciera verdaderamente. También han demostrado otros cuanto colaboraron algunos judíos con el régimen de Hitler, pero lo hicieron a cuenta propia.

Y pasando a Werner y lo que sabe de él:

San Werner de Oberwesel, niño mártir. 19 de abril.
Werner fue un adolescente, jornalero de unas viñas, que en 1287, fue encontrado asesinado (abierto en canal, desangrado y colgado cabeza abajo en un árbol) en un campo cerca de Bacharach. No se halló el autor, ni el motivo, por lo que se creyó que tendría motivos ocultos, y de ahí a pensar que habían sido los judíos no hubo más que un paso. Era una época propicia a esto, los casos de Guillermito de Norwich o Simoncito de Trento eran conocidos y se concluyó que era el mismo caso: asesinato ritual por manos judías. Lamentablemente, esto se tradujo en una persecución popular contra los judíos (que, dicho todo, continuó durante la reforma y el establecimiento del protestantismo) mientras que Werner fue considerado mártir y santo, puesto que había padecido como Jesús.

El cadáver del niño fue enterrado solemnemente en capilla de San Cuniberto de Bacharach. Pero pronto surgió la idea de una capilla dedicada a él, comenzaron las peregrinaciones y se comenzó una bella capilla gótica, que aún no terminada comenzó a abandonarse: el culto fue efímero y pronto decayó, hasta que apareció el sacerdote Winand de Steeg, hombre culto, catedrático, capellán de la catedral de Bacharach, director espiritual de varios monasterios y el clero, participó en el Concilio de Constanza, fue secretario privado del rey Segismundo. En 1426 comenzó su trabajo para relanzar el culto y terminar la capilla iniciada. También se implicó en la canonización del niño, para dar estabilidad al culto, las peregrinaciones y demás.

Lo primero que hizo fue exhumar el cuerpo (metido en un ataúd de madera y enterrado en el suelo de la iglesia de San Cuniberto), lo trasladó a una urna abierta, y puso la mano derecha en una custodia de oro, sobre la misma urna. También mandó se recogieran en un libro los testimonios de gracias y milagros concedidos a los fieles que rezaban al niño mártir. La capilla se terminó, pero la canonización nunca llegó, los papas (especialmente Martín V) no veían con buenos ojos aquello, no les parecía claro, sobre todo porque no había constancia de que esa muerte violenta se debiera a martirio.

Winand murió en 1454, con la tristeza de no lograr la canonización de Werner. En 1689, la capilla fue destruida por los franceses, pero todavía se conservan unas románticas ruinas que muestran la otrora belleza del edificio. Aunque no canonizado, la devoción continuó y el título de “santo” lo conserva todavía. Es patrón de los viticultores y se suele representar con aperos de labranza, racimos de uva y una daga, arma del “martirio”.

4 comentarios

Meldelen -

Entonces mi anterior comentario también lo hago común a todos los casos...

EL AUTOR DEL BLOG -

No, no se supo. Simplemente apareció en esas condiciones tan extrañas (lo que es común con los demás muchachos "mártires").

Meldelen -

Lo que se deduce del artículo es que no se supo quién lo había matado ni por qué. Así que cargarle el muerto a los judíos no sólo era injusto y cruel, sino además típico. Para la época demasiado típico, pero a estas horas ya podríamos haber superado todos estos tópicos... ¿no?

Maruxela -

La respuesta de este artículo está muy bien.Un artículo curioso