Blogia
Tus preguntas sobre los Santos

Beato Eelko, otro mártir inesperado.

Beato Eelko, otro mártir inesperado.

Hace unos días un fiel seguidor del blog comentaba "me apeno terriblemente el caso de San Walter de Onhaye muerto por un SACERDOTE!!!...los que deberian ser el ejemplo son causa de escandalo...que pena para el Corazon de Jesus", se refería al artículo "Martyrium: diversos tormentos", en el que se lee que este santo fue asesinado por un sacerdote de mala vida. Le respondía yo "ya ves... da pena, sí. Un ministro del Señor que hace mártir a otro. Es el único caso del santoral que conozco ¡afortunadamente!" Pero debí morderme la lengua antes de hablar (o pillarme el dedo antes de escribir). La verdad, en esto de los santos, afirmar cosas rotundamente es arriesgado, porque, revisando santorales propios y viejos, hallé otro caso:

Beato Eelko de Lidlum, abad premonstratense, mártir. 22 de marzo.
Su vida la escribió Leonius Sibrand para el Martirologio Nobertino en 1580.
Eelko nació en Frisia, de una familia de campesinos acomodados, de niño fue pastor, joven aún entró al monasterio premonstratense de Lidlum, Holanda, donde fue elegido abad por su honestidad, sencillez y austeridad. Se dedicó a recorrer la región, donde había varios solitarios o cenobitas por propia inspiración. En las visitas les exhortaba, corregía o daba normas de vida. A otros los integró a su monasterio, viviendo plenamente la espiritualidad premonstratense. Era un verdadero padre, caritativo, pero inflexible en el cumplimiento de la Regla y la integridad de vida.

El monasterio de Lidlum era muy rico, con varias granjas en explotación, donde por razones prácticas vivían monjes-laicos que cuidaban de la granja. Según la costumbre medieval, estos monjes estaban sujetos a la abadía madre y no constituían un monasterio ni priorato aparte. Más de una granja dio dolores de cabeza a las abadías por cuestiones de desobediencias, trapicheos y negocios a espalda del abad. Una de estas granjas díscolas fue la Boxum, perteneciente a la abadía de Lidlum. Los siervos de esta granja le rogaron a Eelko que visitara a los monjes de esta localidad, que vivían una vida relajada y llena de vicios mundanos, esquilmando de impuestos a los campesinos. Eran conocidos por borrachos, vagos y lascivos. Así lo hizo Eelko, llegó a Boxum el Sábado Santo de 1322 y encontró a sus monjes de cena y bebiendo vino en grandes cantidades. Fue bien recibido, esperando ganarle a su mundanidad, le sirvieron buena comida y bebida. Eelko solo bebió el vaso de vino rebajado con agua que permitía la Regla, sin comer nada y escondiendo la bebida (suponemos que le darían botas de vino) en la manga del hábito, lo que fue visto por dos monjes que lo interpretaron como que era un avaro y comilón más.

Al cabo de un rato, Eelko dijo sentirse mal de tan opípara cena y se retiró a su celda. Los monjes continuaron su francachela un rato, hasta que aquellos dos se acercaron a la celda del santo con los demás monjes, para reciminarle su "avaricia" y amor a la bebida. Él les dijo "¿Hijos míos, cuando me vieron borracho?". Ellos le recriminaron que tenía la boca llena de pobreza y austeridad, pero la manga de su hábito era la prueba de su acusación, y para probarlo uno de los monjes le sacudió la manga y ¡milagro! cayeron rosas (ver "el milagro de las rosas"). Lo acusaron de hechicero y mago. Uno de ellos tomó una vara y le golpeó fuertemente, rompiéndole la cabeza y "salpicando con los sesos y la sangre las paredes encaladas", según dice Dries van den Akker, jesuita que también recopiló y escribió su vida. Así pues, lo asesinaron y luego arrojaron su cadáver a un canal por la ventana, pensando que podrían quedar impunes cuando la corriente llevase el cadáver. Pero al otro día, mañana de Pascua, una mujer vio su cadáver flotando y lleno de luz en la superficie del río. Dio la voz y los monjes fueron juzgados. Los premonstratenses de Lidlum se llevaron el cuerpo y lo pusieron en veneración, considerándolo santo y mártir. Su culto se conservó hasta el siglo XVI, pero la "reforma" protestante acabó con él, desapareciendo el cuerpo y la devoción.

De tus malos ministros, libéranos Dómine!

7 comentarios

EL AUTOR DEL BLOG -

Y San Alberto de Jerusalén (17 de septiembre), fue apuñalado por el Maestre del hospital del Espíritu Santo de Acre, en medio de una procesión, porque Alberto lo depuso de su cargo por su mala vida.

Jdegarcia -

Fray Pío de Jesús, qué terrible eso que cuenta sobre Santa Irene y San Arialdo. Me ha dolido el corazón. Tanta maldad que puede tener una persona, pero ya Dios que les juzgue.

Fray Pío de Jesús Crucificado+ -

El Diácono San Arialdo o Ariel de Cucciago, Carimate o Milán, fue torturado espantosamente y asesinado por dos presbíteros. Junto a Anselmo de Baggio y Landolfo Cotta fundó un movimiento espiritual contra la extendida simonía clerical (venta de Sacramentos, como por ejemplo, las Ordenaciones) y el no guardar el celibato, y así, para reformar las malas costumbres del clero relajado. Cuando Anselmo de Baggio fue electo Papa con el nombre de Alejandro II, se tornó sumamente áspero el conflicto sobretodo con el arzobispo Guido que se rebeló de la Excomunión Papal por hechos probados, y montó un operativo para prender y eliminar a San Arialdo, que era el Encargado Papal de supervisar las diócesis, predicar retiros y establecer las reglas o normativas espirituales al clero. San Arialdo, fue conducido al Castillo de Angera, de la que era dueña una tal Oliva, pérfida cómplice, que era sobrina del arzobispo comandante del asesinato con el engaño de llevarlo a visitar unas Comunidades. Llevaron al Santo Diácono por barco a unas propiedades en una isla del Lago Maggiore y ahí esperaban dos sacerdotes y un grupo de sujetos. Entre las horrendas torturas figuran: atravesarle los pomulos y labios con estacas, en castigo por sus prédicas, pisotearle las manos hasta rompérselas en castigo por sus Bendiciones, pisotearley luego cortarle los testículos en castigo por ser casto y célibe, e intentar imponer el celibato a los clérigos y señalarles la impureza. Luego a fuerza de golpes, patadas, palos y cuchillos, con los que fue acribillado, se vengaron a placer. Como el Diácono no terminaba de morirse pronto, lo degollaron y así entró Arialdo al Cielo a recibir la Palma del Martirio. Este espantoso asesinato ocurría el 27 de Junio del año 1066.
En el asesinato-martirio de Santa Irene, estuvo involucrado un presbítero, su confesor, quien estaba enamorado de la Santa, y fomentó el odio hacia ella y la venganza, en un varón que la pretendía, y que ella rechazaba por su Voto de Virginidad. Luego de confesarla se ingenió de ofrecerle un vaso de agua en la sacristía, pero el agua poseía una sustancia que inflamó su vientre y la puso enferma. Delgada como era se notaba cierta panza, que el confesor se apuró a indicarle al varón despechado (y citado a propósito ese día) como que la muchacha estaba embaraza de otro. El varón rechazado y burlado, por el supuesto embarazo, contrató un matón quien siguió escondido a Santa Irene, le clavó una daga en la garganta y la arrojó al río.

Edmundo (Edvi) -

Que triste final :'( por lo que leo y se ya serian por lo menos 3 casos de muertes dadas a santos por gente de la misma Iglesia no?
1. Santa Juana de Arco
2. San Walter de Onhaye
3. Beato Eelko
Que latima que mucha gente que debe dar testimonio de Cristo y dirigir o guiar a su pueblo se vaya por el caminio de la perdición y se lleve consigo a muchas almas...

Faustino -

Pobrecito.. qué triste...

TACHO JUAREZ HERRERA -

vaya como siempre bello articulo!!!!

Jdegarcia -

Ay Dios mío, qué cosas las que se leen. Me he quedado sin palabras.