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Tus preguntas sobre los Santos

La Cuestión Filoménica (I) – La lápida

La Cuestión Filoménica (I) – La lápida

Con este artículo doy inicio a una traducción, presentada en dos partes, del informe presentado en 2005 por Mons. Giovanni Braschi, rector del Santuario de Santa Filomena en Mugnano del Cardenal (Italia), donde en opinión del mismo se da respuesta definitiva a la controversia famosa sobre esta mártir de las catacumbas. No tengo constancia de que este texto, presente en inglés e italiano, tuviese una traducción en español a la que pudiesen acceder los hispanohablantes, por eso he decidido realizarla yo misma a partir de la versión en inglés disponible en http://www.catholic.org. Quiero dejar claro, sin embargo, que por de pronto este texto se publica aquí con la única intención de informar a los lectores de un tema muy controvertido e interesante que no parece estar disponible ampliamente en la red; y que por tanto, de momento no me pronuncio al respecto sobre su contenido ni afirmo compartirlo o no, tan sólo me limito a exponerlo.

2005 es un año muy especial para todos nosotros, los devotos de Santa Filomena, ya que es la celebración del 200 aniversario del traslado de sus sagradas reliquias de Roma al Santuario de Mugnano del Cardinale. El viaje en sí es una historia y podréis leer de éste y de otros eventos históricos acerca de nuestra Santa en nuestro boletín de noticias, El Mensajero de Santa Filomena.

Hace doscientos años Santa Filomena fue colocada en un altar especial en el Santuario, situado al centro del lado izquierdo según entráis en la iglesia. Y desde ese momento ella cambió las vidas de aquellos que la hallaron. Ahora, en nuestros días, ella sigue tocando las vidas de tanta gente alrededor del mundo y la llama al Santuario en Mugnano del Cardenal.

Tristemente, muchos devotos han informado de cierta confusión de acuerdo con la controversia de Santa Filomena. He sido Rector del Santuario durante unos veinte años y he trabajado para corregir cualquier confusión o malinterpretación respecto de Santa Filomena. Por ello, como Rector, decidí que la solución más efectiva era consagrarme a reclutar las mejor mentes disponibles en el mundo científico para descubrir la verdad sobre nuestra Santa. Desde el primer momento, estaba preparado para aceptar la verdad sin importar los resultados que revelara la investigación científica. Mi deseo era acabar con la controversia de una vez por todas para aliviar cualquier ansiedad que los devotos tuvieran sobre nuestra Santa.

Anunciamos los resultados del nuevo y exhaustivo estudio científico en la Conferencia de los Nuevos Estudios Filoménicos el 9 de abril de 2005, en las Catacumbas de Santa Priscila en Roma, donde la tumba de Santa Filomena fue hallada en 1802.

Hay dos partes principales en esta investigación; la primera es la que concierne a la lápida. Las tres piedras cuentan la historia de la persona allí enterrada con símbolos específicos que ilustran la historia de los sufrimientos y la muerte que discurren alrededor del nombre de la persona.


La controversia fue iniciada cuando el caso de Santa Filomena empezó a ser discutido y debatido al inicio del siglo XX: usando los métodos científicos disponibles en su tiempo, el arqueólogo Orazio Marucchi estableció la teoría de que las piedras de la lápida habían sido selladas más de una vez, lo que significaría que fueron reutilizadas.

Además, él postuló que la razón de que el orden de la primera y última piedra estuviese invertido era que la tumba había sido abierta y luego vuelta a sellar.


Las investigaciones científicas de la actualidad, que emplean equipo moderno y técnicamente avanzado han demostrado claramente que las piedras de la tumba fueron selladas una vez tan sólo.

Más importante es que con estas técnicas modernas, se han podido datar en 202 d.C, lo que significa que Santa Filomena es una mártir de la Iglesia mucho más temprana de lo que primeramente supusimos.


Con los nuevos resultados científicos de las piedras de la tumba, que originalmente fueron puestas en el orden incorrecto, ahora tenemos una explicación para ello; con potentes y modernas herramientas hemos obtenido un cercano y más detallado examen de las tres baldosas que ha revelado una sorpresa que nadie había descubierto anteriormente.

En el momento de su entierro, había originalmente dos piedras a modo de lápida, pero tres eran necesarias para sellar completamente la tumba. La más grande las dos fue cortada horizontalmente por la mitad, de modo que dio lugar a dos nuevas piedras, que acabó por sumar tres piedras en total. Las tres baldosas fueron colocadas y la inscripción se aplicó a la totalidad de las tres, PAXTE-CVMFI-LVMENA. Cada una de esas tres baldosas tenía una porción del mensaje: la primera piedra, PAXTE, la segunda tenía CVMFI, y la tercera LVMENA.

Después de hecho esto, el albañil se dio cuenta de que el hueco de la tumba era más alto en un extremo que en el otro. Las piedras fueron retiradas para colocar la piedra más ancha en la abertura más ancha y así cubrirla. Además, para que las piedras encajaran bien en la abertura, hubo que colocar las tres secciones de la inscripción en el siguiente orden: LVMENA-PAXTE-CVMFI, colocando la última piedra en el lugar de la primera, de modo que haciendo esto, las palabras quedaron en orden incorrecto”
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Meldelen

Y bueno, yo sí voy a meter la cuchareta, porque todo esto depende de un albañil que corta una piedra en dos, sin medir antes la abertura, para darse cuenta ¡después de que estaban colocadas y escritas!, que el nicho era irregular y por tanto, tuvo que desmontar las piedras y ponerlas al revés, aún de que la escritura quedara mal.

Además:

1. Las lápidas se graban antes de ponerlas, por una simple cuestión de sentido común, no ya de comodidad. Si las grabas después de puestas, tienes que, al menos, que esperar que la argamasa seque, porque de grabarlas enseguida se caerían.

2. Si aún así, decides ponerlas antes, ¿como no ves que las piedras no sellan bien la tumba por estar mal cortadas y decides grabarlas, para luego cambiarlas?

3. Estas lápidas y nichos de las catacumbas destacan por su limpieza, nivel de seguridad y sellamiento. No había olores ni podredumbre, así que los albañiles no serían tan malos. Tendríamos a uno de los chapuzas más grandes de la historia, por lo famosa que es Filomena.

4. Este albañil se toma el trabajo de identificar a la mártir, dibujando anclas, látigos, flechas, lirios, palmas... para luego dejarlo mal. No haces eso si te interesa identificarla con tanta exhaustividad.

5. Me gustaría me explicaran esta contradicción: "Las investigaciones científicas de la actualidad, que emplean equipo moderno y técnicamente avanzado han demostrado claramente que las piedras de la tumba fueron selladas una vez tan sólo." y, por otro lado: "Las piedras fueron retiradas para colocar la piedra más ancha en la abertura más ancha y así cubrirla".  O fueron selladas una sola vez, o no lo fueron.

Evidentemente, todas mis conjeturas son eso: conjeturas, pero no son más fantasiosas que las del artículo. Nos describen la tarea del albañil como si le vieran.

Ramón

2 comentarios

Juan Antonio -

Hoy por primera vez he aterrizado por aquí y ha sido por "causalidad". El motivo ha sido buscar el texto "palabras filoménicas" en la red para intentar solucionar el problema de "una pregunta" de mi hijo pequeño. Al final no tenia aparente relación con el tema que aquí se trata, pero "la casualidad" es muy grande. La pregunta de mi hijo se la contestó el mismo releyendo el texto completo pues trataba de un cuento donde la protagonista "Filomena" cambiaba el significado a las palabras.
En la tumba de Santa Filomena lo que cambia primero, al parecer, es el orden de las palabras. Y un orden distinto puede dar lugar a significados distintos.
"Causalidades" o "casualidades" mi respuesta va por apuntar, a mi parecer, una posible meditación al respecto de manera distendida, pues no soy docto en materia de santos, albañiles ni latines.
Un cordial saludo.

Meldelen -

Ramón, hay una cosa que debes tener en cuenta, y es que la arqueología moderna SI permite reconstruir el proceso de construcción de lo que sea... si sabemos como se edificaron las piramides, los acueductos romanos y hasta las casas rurales mediante los métodos de Harris y Wheeler... ¿cómo no vamos a saber cómo se hizo o se deshizo una simple tumba en las catacumbas? Sin embargo, no digo que te falte razón en tus planteamientos; el problema es que Monseñor Braschi se limita a exponer las conclusiones a los fieles, ¡sin aportar el proceso, como si no mereciéramos saberlo todo! Ya le escribí pidiendole esa informacion y no he recibido respuesta. Pero he de volver a intentarlo.
Por otra parte, que el albañil primero probara las piedras en el hueco, luego las retirara y las volviese a colocar, no implica que la sellara dos veces. Yo he visto a los enterradores probar las piedras en los huecos y luego cambiarlas y sellarlas, y seguro que tú también.

En resumen, que creo que haces bien en dudar y puedes no estar nada equivocado; y que el monseñor debió haber sido más pródigo con los fieles y no limitarse a enviar el informe adecuado sólo a los representantes de la Archicofradía, quienes, conociéndoles por su espiritualidad particular, les daba lo mismo esta investigación que no.