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Tus preguntas sobre los Santos

Comentario a la leyenda de Santa Filomena (V)

Comentario a la leyenda de Santa Filomena (V)

"Al día siguiente, el Emperador ordenó que la doncella compareciese en su presencia; Filomena heróica y sonriente, apareció tranquila ante el tirano. Cuando el Emperador vio que habían desaparecido las huellas de los azotes, quedó pasmado. Al verla con perfecta salud y con la misma belleza que lo había obsesionado, trató de hacerle creer que debía este favor a Júpiter, su falso dios, que la había curado porque su destino era ser la esposa del Emperador. Le habló en estos términos:

-"Tu juventud y hermosura me inspiran lástima; Júpiter es clemente contigo; renuncia a tus pasados errores y ven conmigo a compartir el solio real".
-"Nunca, nunca -contestó Filomena- Mi Dios quiere que sólo a Él pertenezca".
-"Te arrepentirás".
-"Conquistaré las bendiciones del Cielo con los tormentos de la Tierra".
-"Morirás hoy mismo".
-"Reviviré a eterna vida, en el seno de Dios".
-"Pero, ¿te olvidas de tus padres, desdichada?"-, prorrumpe al fin el tirano, no sabiendo como vencer tan firme resistencia.

La joven vaciló un momento, pensando en aquellos ancianos cargados de años y pesadumbres. El recuerdo de los días felices vividos con sus padres la sobrecogió un instante, sólo un instante, por la gracia de Dios, recuperó su serenidad y contestó con voz tranquila:

-"Dios les dará consuelo y resignación; yo muero contenta, fiel al celestial Esposo, que mi corazón ha elegido".
-"¡Calla, calla, no blasfemes! Sacrifica a los dioses y quedas perdonada".
Entonces el emperador, cogió de la mano a la cristiana y la condujo frente a la estatua de Júpiter, pero ella se cubrió la cara para no ver al ídolo, diciéndole:
-"Es inútil, yo sólo rindo culto a mi dios; sus falsos dioses no tardarán en caer de los altares".

Estas palabras provocaron un tumulto entre los presentes, el Emperador lívido de cólera, sin comprender cómo podía soportar tantas pruebas y sufrimientos, soltó la mano de la jóven y volviéndose a sus servidores ordenó en voz breve y severa que atada a un ancla de hierro al cuello, fuese tirada al río Tíber."

Lo primero que llama la atención en este pasaje es que se abandona el estilo en primera persona, en el cual Filomena parecía hablar por sí misma, para sustituirlo por una tercera persona de tipo narrador omnisciente, como si fuera un observador  el que relatara esto. Además, es un pasaje que no está presente en muchas versiones de la misma leyenda. ¿Lo añadió una mano ajena a la de Sor María Luisa Jesús? ¿Es un despiste de la religiosa, que cambió de persona narrativa sin darse cuenta? En cualquier caso, eso resta todavía más credibilidad al relato en sí.

En cuanto a los hechos descritos aquí: el pasaje del ancla y el río Tíber es uno de los más espinosos del tema. Los defensores de la veracidad de las revelaciones afirman que en modo alguno es inverosímil que Filomena fuese lanzada a las aguas con un ancla el cuello, y se apoyan en el caso de San Clemente, pontífice y mártir, quien fue lanzado al mar con un ancla para hacer peso. Sí, pero no. Un solo caso no prueba la veracidad de otro, y además no tienen otro caso en qué apoyarse. Clemente fue lanzado al mar con un ancla, y esto es posible, pero no por ese caso habría que sentar una norma. Para empezar, sí es cierto que algunos cristianos fueron arrojados a las aguas con pesos para hacerlos hundirse, pero casi siempre fue al mar, y esto tiene un componente religioso desde la piedad pagana: el agua de mar es por sí misma agua sagrada, la sal que contiene purifica, por tanto, al arrojar a un cristiano al mar, juzgaban que el salitre purificaría su blasfemia contra los dioses.

Segundo aspecto a tener en cuenta: nunca usaban anclas. El ancla es un objeto funcional, útil, que tiene un importante papel en el fondeo de las naves. No se invierte el esfuerzo de fabricar un ancla para luego usarla para hundir cristianos. Si se usó un ancla con Clemente, es probable que fuese un objeto muy usado y a desechar. Fuera de este caso, excepción que confirma la regla, lo que nos dicen los relatos de los mártires es que usaban otros tipos de peso menos caros que las anclas: pedruscos, fragmentos de piedra de molino. Y aquí si hay infinidad de casos para documentarlo: Santa Cristina, San Vicente, Santa Teodosia, etc…

Tercer aspecto a tener en cuenta: jamás, jamás, un juez pudo haber dado orden de arrojar alguien al Tíber. Tengo mis dudas de que se autorizara a arrojar a alguien que no fuese al mar. El agua dulce es vital para el riego de los campos y la alimentación de las personas, ¡y es demencial pensar que dieran orden de contaminarla voluntariamente con un futuro cadáver! La civilización que construyó acueductos altísimos y cerrados para evitar la contaminación del agua dulce, en modo alguno dispondría arrojar cuerpos humanos a ella. Cierto es que éste no es el caso del Tíber, cuya agua no se podía consumir. En algunas revueltas populares contra los cristianos, cierto que algunos acabaron en el agua, pero esto era más consecuencia de venganzas personales y enfrentamientos puntuales que por orden de ningún magistrado. Por ejemplo, Santa Beatriz, quien fue estrangulada y arrojada al río para poder incautarse los bienes que había heredado de sus hermanos Simplicio y Faustino, recientemente martirizados.

Sin embargo, aun cuando no potable, el río Tíber era comercial, navegable, los barcos mercantes fluviales remontaban desde el puerto de Ostia hasta la Insula Tiberina para abastecer los mercados de Roma. Lo último que convenía era dificultar el tráfico comercial llenando el solio del río con cadáveres y anclas o piedras a modo de pesos. Es algo absurdo, que no tiene ningún sentido. Además, que un río contaminado es foco de enfermedades. Por todo esto, el relato de Filomena arrojada al Tíber con un ancla es absurdo, y el caso de San Clemente no sirve en absoluto para justificarlo. Por otra parte, igual de absurda es la representación de verla con el ancla al cuello: el peso de semejante instrumento le habría arrancado la cabeza de cuajo nada más soltarla al agua. Lo que se hacía era atar el cuerpo entero al peso escogido para el hundimiento.

La única realidad de este pasaje es ésta: el episodio del ancla y el río Tíber fue inventado única y exclusivamente basándose en que en la lápida de Santa Filomena aparece representada un ancla. Tosca, pero claramente identificable: es un ancla. Y alguien, muy ingenuamente, o quizá la propia Sor María Luisa de Jesús, simplemente lo identificó con un modo posible de ejecución, apoyándose casi seguro en San Clemente. La realidad es que el ancla es un símbolo persistente en las lápidas de las catacumbas romanas. Cualquiera sabe hoy en día que lo que significa es la esperanza, la virtud teologal en la confianza en una vida ultraterrena, y esperanza simbolizada en la fortaleza y resistencia de un ancla que se queda fijada en el suelo del mar. No es en absoluto un instrumento de suplicio. Y esto es algo que ya se sabía en el momento del hallazgo del loculus de Filomena, lo que hace todavía más inexplicable que pasara a la leyenda y acabara siendo aceptado como instrumento martirial.

"Arrastrada por la corriente y creyendo morir, abracé mi ancla como Jesús abrazó su Cruz. Pero Jesús, mostrando su omnipotencia, para la confusión del tirano y de los idólatras, mandó de nuevo a sus ángeles, para que rompieran la cuerda amarrada a mi cuello. El ancla cayó en las profunidades del Tíber, donde aún permanece cubierta de lodo. Sostenida por las alas de un ángel, fui llevada a la costa, sin que una gota de agua me hubiera mojado. Cuando la gente me vió así, en seguridad y perfectamente seca, esparcieron la noticia, y muchos se convirtieron a la Fe.”

Primero la arrastra la corriente –algo absurdo, con semejante peso debería haberse hundido sin más- y luego es depositada en la orilla sin que se haya mojado un poco. Las contradicciones empiezan a sucederse en el relato. No cabe decir mucho más: otro pasaje milagroso tomado de casi todos los relatos martiriales donde se trata de ahogar a alguien con un peso.

Meldelen

1 comentario

Betina -

Hola, yo vivo en Los Mochis, Sinaloa, y en el santuario de la virgen de guadalupe de mi ciudad dicen que estan los restos mortales de santa filomena, llegaron a esta ciudad el 16 de julio de 2010, desde italia, será esto verdad? lo curioso es que tuve un raro sueño el 6 de julio, donde veia una niña que decia que era "santa" y en una parte del sueño me vi en el mar tratando de flotar y ella estaba a mi lado tambien flotando en el mar como que fue tirada ahi y parecia que un tiburon o algun animal del mar la habia mordido en una mano pero ella me decia que sanaria de esa herida porque dios siempre la sanaba porque era santa ¿?. habria que señalar que yo no sabia nada de santa filomena, ni de que traerian sus restos a mi ciudad, solo que meses despues me he enterado y ate cabos con ese sueño. Ademas no soy religiosa, pero si tengo sueños lucidos y a veces premonitorios.