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Tus preguntas sobre los Santos

El Adviento, algunas particularidades

El Adviento, algunas particularidades

Al comenzar hoy este bendito Tiempo de Adviento, recordemos algunas de sus características litúrgicas: No nos detendremos en todas aquellas que podemos hallar fácilmente en los libros litúrgicos, sino que glosaremos las que a menudo son infringidas, por desconocimiento, o por incorrecta interpretación. El Adviento consta de cuatro semanas, casi siempre incompletas. (La expresión adverbial "casi siempre" queda bien fundamentada en 2011, en que este Tiempo de gracia sí dura cuatro semanas completas).

La primera etapa: Comienza el Domingo I de Adviento y concluye el 16 de diciembre. En esta etapa la liturgia nos invita a meditar sobre la segunda Venida del Señor, al final de los tiempos. Contemplamos a Jesús, como el Justo Juez que vendrá, rodeado de ángeles y cubierto de gloria. Dentro de esta etapa debemos tener en cuenta:

-La novena a la Inmaculada comienza el día 29 de noviembre, y concluye el 7 de diciembre. Nunca debe rezarse dentro de la Misa.

-En las celebraciones litúrgicas del 8 de diciembre, Solemnidad universal de la Inmaculada Concepción, en muchos lugares pueden usarse ornamentos celestes, en lugar de blancos. En cualquier caso, han de ser festivos.

La segunda etapa: comienza el 17 de diciembre y culmina el 24, antes de las primeras vísperas de Navidad: En estas "ferias privilegiadas", que constituyen como una "Semana Santa de Navidad" (Cf. IGLH, "Tiempo de Adviento, desde el 17 hasta el 24 de diciembre"), meditamos sobre la Expectación de la primera Venida del Señor (Encarnación y Navidad).

Contemplamos al Verbo Eterno de Dios, que habita el seno purísimo de la Virgen, hija de Sión. Es la Palabra creadora, que viene a habitar entre nosotros. Tengamos en cuenta:

-Durante esta semana, como en la de la infraoctava de Navidad, sólo se puede hacer conmemoración de los santos. Esto quiere decir que en la Misa se puede tomar la oración colecta del Santo, y omitir la del día, pues ya no se permite pronunciar más de una colecta, como antes. Todo esto vale sólo para las memorias del Calendario General.

-En la Liturgia de las Horas, en cambio, a la oración del día, puede añadírsele la antífona propia del Cántico evangélico (o del Común correspondiente), más la oración del santo.

Algunas particularidades generales del Tiempo de Adviento:

-Durante el Adviento, en las Misas, se omite el himno “Gloria in excelsis”, salvo que se trate de Fiestas o de Solemnidades litúrgicas, o bien, de otras celebraciones solemnes. Esta omisión obedece a razones distintas de las que se aducen para Cuaresma. En efecto, como el himno “Gloria a Dios” es el que cantaron los ángeles la Noche de Navidad, porque se cumplía la promesa de la Venida del Mesías, es lógico que durante el Adviento, en que evocamos la espera del Salvador, dicho himno se omita hasta la Noche en que celebremos y revivamos el cumplimiento de aquella promesa.

- En el Domingo III de Adviento, llamado “De Gaudete”, se pueden usar ornamentos rosados. Es el color que, entre el morado y el blanco, simboliza el gozo por la inminencia de la Navidad. Sería aconsejable adornar el templo con flores de ese color, más abundantes que en los otros domingos. El conopeo que cubre el sagrario, el paño que cubre el copón y el velo que suele colocarse delante del Altar podrían ser también de ese color.

-A partir del Domingo IV de Adviento, los textos litúrgicos, y también los de la piedad popular, adquieren un acento mariano mucho más notable. Son los días en que podemos invocar a la Madre del Señor con títulos y advocaciones tales como: Madre de Esperanza, Nuestra Señora del Adviento, de la Dulce Espera, Virgen del Sí, de la Escucha, y otros similares.

-El Aleluya se recita o canta siempre, sin excepciones, durante todo el Adviento. -En algunos lugares se ha difundido la idea de que no debe usarse incienso durante los tiempos de Adviento y Cuaresma. Esto es infundado e incorrecto. El incienso puede usarse en cualquier forma de Misa, aunque en muy pocos actos litúrgicos sea obligatorio.

-La ya tradicional Corona de Adviento no debe tener flores ni frutos ni otro tipo de adornos, sino solamente ramas y hojas verdes, más los cuatro cirios, tres morados, y uno rosado (este último, para encender en el Tercer Domingo). Esto se debe a que las flores, los frutos y demás adornos, simbolizan la fiesta, no la "preparación a la fiesta". La Corona no es un signo propiamente litúrgico pero sí puede ser incorporado a la celebración litúrgica (De hecho, los cuatro cirios pueden ir encendiéndose durante sendos domingos, en la Misa, luego del Saludo inicial, y en la Liturgia de las Horas, antes de las primeras vísperas dominicales). Es aconsejable no desestimar tal práctica.

-El uso de las flores en los lugares sagrados debe ser moderado, al igual que el uso de música instrumental. Pero en la normativa vigente, nada de esto está prohibido.

Con la bendición de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, en el aniversario de la aparición de la Santísima Virgen a Catalina Labouré (1830).

Roberto Rodolfo Reynoso.

 


 Y una última particularidad, en forma de aforismo: "Primer domingo de Adviento, el más cercano a San Andrés, sea antes, sea después".

 

2 comentarios

Ramón Rabre Jordá -

Gracias, German, pero ha sido Rodolfo el oportuno. Dios le bendiga mucho.


Hasta pronto.
Ramón.

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De: Blogia

German -

Siempre oportuno. gracias