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Tus preguntas sobre los Santos

Las Santas Miróforas

Las Santas Miróforas

Pregunta: Podrias proporcionarme información sobre esta festividad y los nombres de las otras dicipulas del señor que son consideradas santas.

Respuesta: Pues mira, los ortodoxos celebran en el Tercer Domingo de Pascua, el Domingo de las Miróforas (portadoras de mirra, sustancia utilizada para tratamiento de cadáveres), recordando tanto a las personas que intervinieron, como al hecho en sí, del embalsamamiento de Cristo (o sea, el hecho de lo que ellas pretendían hacer). Cada una de estas santas mujeres tiene su festividad propia, por separado, en distintos días del calendario, pero están unidas en esta memoria. La iglesia ortodoxa tiene varias celebraciones de este tipo, llamadas Synaxis o unión, en que celebran santos unidos por un hecho o una "categoría". Así están la Synaxis de los Tres Doctores (Basilio, Gregorio y Juan Crisóstomo, el 30 de enero), o el Domingo de los Profetas y Antepasados de Cristo (Domingo XXVIII después de Pentecostés).

En el caso de las mujeres miróforas, los Evangelios son claros: Mateo dice que al sepulcro fueron "María Magdalena y la otra María"; Marcos dice que estaban "María Magdalena, María la de Santiago, y Salomé"; Lucas deja entrever que eran un grupo al escribir "eran María Magdalena, Juana, y María madre de Santiago, y las demás con ellas"; y, finalmente, Juan solamente menciona la aparición a María Magdalena. Aunque parezcan relatos divergentes, son complementarios entre sí. Diversos escritores han concordado los relatos para armar una historia más o menos como esta: Las mujeres llegaron a la tumba, tienen la aparición del ángel y regresan adonde los apóstoles y les avisan. En este recorrido, se les aparece Jesús. Al saber la noticia, Pedro y Juan fueron al sepulcro, lo vieron abierto, se fueron y María Magdalena quedó allí, y tuvo su encuentro con el Señor. Y no me extiendo más, porque estas concordancias las puedes leer mejor en cualquier sitio que en este.

Problemas históricos aparte, el hecho de poner a unas mujeres como testigos de un hecho tan importante como la Resurrección de Cristo, en contextos tan poco favorables a la mujer como eran el judío o el gentil, es uno de los datos en que se apoyan muchos escrituristas a la hora de validar los textos referentes a la Resurrección: mujeres que acuden al sepulcro, frente a hombres temerosos y escondidos. Con estos comienzos cualquier religión podía peligrar, no hay una comunidad restallante de fe, alucinada, que ve visiones. Incluso las mujeres van a la tumba ¡a adecentar el cadáver de su líder!, no hay atisbos de que se creyeran lo de la resurreción, solo son mujeres no dignas de crédito.

No hay que ir muy lejos para ver este pensamiento en la Iglesia primitiva: San Pablo o San Pedro, cuando predican sobre la Resurrección de Cristo, se ponen ellos mismos como testigos fiables, o a una multitud, pero jamás hacen referencia a "tenemos el testimonio de María Magdalena" u otro parecido. No, dicen: "se apareció a dos de los nuestros" o "se apareció a Santiago". Y sin embargo, en los escritos no hubo más remedio que poner a las mujeres como mensajeras y a los hombres como receptores de este anuncio. Así debió ser si se quería escribir la verdad.

Entonces, y respondiendo a tu pregunta, las Miróforas son: Santa María Magdalena (22 de julio, y 5 de mayo en la Iglesia Oriental), Santa María la de Santiago (24 de abril), Santa María Salomé (22 de octubre y 9 de abril), Santa Juana la de Cusa (24 de mayo, y 27 de junio en la Iglesia Oriental). Y, aunque no aparecen en los relatos evangélicos, en ocasiones se añaden, por el hecho de ser discípulas de Cristo, a Santa Susana (18 de abril), Santa María Cleofás (9 de abril) y Santa María de Betania (29 de julio); y hasta a Santa Marta (29 de julio) meten en el saco otros. Es perfectamente aceptable que las discípulas de Cristo que aún les fueran fieles estuvieran allí.

En el arte ortodoxo son representadas en grupo en muchas ocasiones, todas con frascos de mirra. Ya en el siglo III fueron representadas juntas, como puede verse aún hoy en una capilla siríaca junto al Éufrates.

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