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San Mauricio y la Legión Tebana

San Mauricio y la Legión Tebana

Pregunta: Buenos días Ramon, llevo unos días buscando por tu blog, información sobre San Mauricio, y no se si es que no se buscar bien o mi torpeza, el caso es que solo encuentro algunas notas o citas sobre el, podrías ayudarme? Muchas gracias. España.

Respuesta: No es tu torpeza, maestro, es que aunque hay algunas referencias en el blog, no tengo ningún artículo dedicado a San Mauricio y la legión tebana, y eso que es un tema que hace tiempo me rondaba la cabeza.

La primera noticia que se tiene de San Mauricio es una carta que escribe San Euquerio de Lyon (16 de noviembre) al obispo Salvio de Octodorum (1), narrándole la historia del martirio, según dice “habiéndola tomado de los autores fidedignos, de aquellos mismos que me han asegurado haberla aprendido del santo hombre Isaac, obispo de Ginebra, a quien el bienaventurado obispo de Sión, Teodoro, había hecho la relación”. Es decir, que asegura contar hechos ciertos, tomándolos de estas fuentes. Sí, pero no, pues hay algún que otro error histórico que hacen dudar. Euquerio vivió en el siglo V y narra la carta motivado por la gran devoción que hay en Agauna (lugar del martirio) y otros sitios a los mártires tebanos. La carta está llena de datos históricos, geográficos, pero vamos a lo que nos interesa; Mauricio:

San Mauricio y compañeros mártires de la Legión Tebana. 22 de septiembre y 22 de febrero (Iglesia Oriental)
Según Euquerio, esta Legión, formada por 6600 hombres, fue enviada en 286 a Agauna por los emperadores (reinaban Maximiano y Diocleciano) para someter a sus habitantes rebeldes. No eran confiables los soldados de procedencia gala, inscritos a la fuerza en el ejército, y por eso se encomendó la misión a una Legión del Alto Egipto y de probada fidelidad. Los “baugades”, fueron sometidos victoriosamente, pero se mandó que fueran masacrados. Los legionarios, cristianos, declararon que no podían asesinar a los civiles, como les mandaban. Primero, por ser civiles e inocentes y, segundo y más importante, por ser ellos mismos cristianos y tercero, porque la Legión servía al emperador para darle gloria y no manchar su memoria con sangre inocente. Otras fuentes dicen que la causa fue que se negaron a sacrificar a los dioses, en el sacrificio general que se hizo para celebrar la victoria.

Enterado Maximiano de esta rebelión, como estaba cerca (en la actual Martigny) se acercó a Agauna para, con su poder, castigar a los legionarios. No es poca cosa que una legión entera se negase a cumplir órdenes. Para castigarlos, Maximiano mandó se los degollase a la décima parte de los soldados, para amedrentar a los demás. Pero ni esto sirvió de nada: “Gritaron todos” – dice Euquerio – “que jamás verían sus manos manchadas con la sangre de sus hermanos (…) Que detestaban el impío culto de los ídolos; que adoraban, solo al verdadero Dios; y que padecerían los últimos castigos, y hasta la misma muerte antes que hacer la menor cosa contra la religión que profesaban”. Y mandó Maximiano fueran diezmados nuevamente, entre los que quedaban, que continuaron firmes en su fe y valentía. Euquerio afirma que entre ellos destacaban "Mauricio su coronel, al que se juntaron Exuperio, Mariscal de Campo, y Cándido, Preboste de la Legión".

Estos alentaban a los demás a permanecer fieles, diciéndoles que ya veían en el cielo a sus compañeros acabados de martirizar, coronados de gloria y con otras coronas en sus manos, esperándoles. Y, para dejar manifiestas sus razones de rebeldía, escribieron un memorial a Maximiano que, a grandes rasgos, declaran lo injusto de su muerte. Las primeras palabras dicen:

Señor, nosotros somos vuestros soldados, es verdad; pero también somos siervos del verdadero Dios, y nos gloriamos de confesarle. Nos habéis honrado con la milicia; pero á Dios le debemos la inestimable gracia de la inocencia. De vos recibimos el sueldo como una recompensa debida a nuestros trabajos; pero de Dios tenemos la vida como un don puramente gratuito, y que jamás podemos merecerlo. Luego, ¿no nos es permitido obedecer más a nuestro Emperador desde que nuestro Dios nos lo prohíbe? Sí, por cierto. Nos lo prohíbe nuestro Dios y Señor vuestro. Mandadnos cosas justas, y nos hallaréis sumisos, obedientes, prontos á emprenderlo todo por vuestro servicio y por vuestra gloria. Mostradnos al enemigo y lo veréis derrotado: nuestras manos no aguardan mas que vuestras órdenes para su más sangriento destrozo; pero jamás nos conspiraremos contra los fieles que son vuestros vasallos”. Y así, por el estilo, un escrito en que demuestran como han sido y serían fieles a su juramento de soldado si este no se opusiera a la justicia y la fe cristiana.

Y Maximiano, al leer esto, no esperó más, y mandó degollarlos a todos; martirio este que esperaron y aceptaron los legionarios con sumisión y fortaleza. No estaba el legionario Víctor entre ellos, al llegar, le contaron lo que había pasado y este, declarando su fe cristiana, repudió el acto infame que se había cometido y también fue asesinado. El supuesto cuerpo de este Víctor se encuentra en Brieg.

Aquí Euquerio da una noticia importante “De este gran número de Mártires no hemos podido saber el nombre sino de tres, que son: el de los Santos Mauricio, Exuperio, y Cándido, por más diligencias que hemos hecho. A la verdad, la Ciudad de Solothurn conserva aún el día de hoy la memoria de Víctor  [otro] y Urso, que comúnmente se cree ser dos soldados de esta dichosa Legión”. Es decir, que ninguno de los nombres que luego veremos pueden ser ciertos si en el siglo V solo constaban esos cinco nombres; y de ellos, dos “que comúnmente se cree ser”, o sea, que tampoco. La carta de Euquerio termina narrando algunos milagros que ocurrieron durante la construcción de la basílica de Agauna que hizo construir San Teodoro de Octodorum (16 de agosto), luego de haber tenido una supuesta revelación del sitio en que reposaban los cuerpos de todos los mártires. Esta parte se considera añadida posteriormente.

Y hasta aquí lo que de histórico hay sobre estos mártires. Ahora viene la cosa.
Lamentablemente el texto de San Euquerio ha tenido agregados y modificaciones para aclarar las cosas, que solo han hecho complicarlas más. Ruinat, de donde lo tomo yo, dice ponerlo tal cual, pero la causa del martirio “por no asesinar a cristianos” parece un añadido a la carta de Euquerio. En el siglo VII, ya consolidado el culto, se escribió una Passio que afirma que la legión tebana recibió la orden de sacrificar a los dioses por el éxito de la represión, y que Mauricio y sus compañeros se negaron a hacerlo. Esta versión es más que probable, sabido es la aversión que los cristianos tenían a los sacrificios. Otra causa no descartable es que, sabiendo Maximino que los cristianos se negarían a asolar y masacrar, ordenara el sacrificio antes de la lucha, para saber quienes eran los soldados cristianos y eliminarlos antes de que fuera tarde (2).

Ya desde el siglo XVI se discrepa en la causa del martirio; si fue por negarse a masacrar a civiles rebeldes, los "bagaude"; o si, como parece indicar el añadido en la carta de Euquerio, fue por negarse a matar a hermanos de fe. Como fuera, no es creíble que toda una Legión fuera sacrificada por el emperador, aunque los testimonios de Isaac y Euquerio son lo suficientemente válidos para confirmar que "algo" pasó. Es un hecho histórico el martirio de estos soldados, pero su número es imposible de conciliar. Primero, porque aunque una Legión contaba entre 4500 a 6500, no tenía porque haber sido enviados todos allí. No porque no fueran capaces, sino porque sentaría un precedente terrible, aparte de una simple logística, esos soldados habían costado lo suyo en entrenamiento y manutención. Y, por si fuera poco, el asesinato de toda una legión habría dejado constancia en otros testimonios históricos. No se puede ocultar así como así, aunque hay que recordar que ni Lactancio ni Eusebio, historiadores, mencionan dicha matanza.

En el siglo XIII, el Beato Santiago La Vorágine (13 de julio) aumentó la leyenda con intervenciones de Exuperio, respuestas de Maximiano, nombres ficticios, ect.. Para colmo incurre en errores de fechas al nombrar a los emperadores y al papa (Marcelino dice, cuando debió ser Eutiquio). Y afirma, como si él mismo estuviera allí, que algunos soldados pertenecientes a la Legión no estaban en Agauna, y que fueron martirizados en otro momento y lugar. Da los nombres y donde murieron Solutor, Adventor y Octavio en Turín; Alejandro en Bérgamo, Segundo en Ventimiglia; etc. Todos contaron lo sucedido en Agauna, predicaron el Evangelio y fueron mártires. Aunque no es culpa suya esto de añadir mártires locales a los tebanos, es una costumbre anterior a La Vorágine. Nos dice también que San Grato de Aosta (7 de septiembre) sacó esa noche del agua del Ródano el cuerpo del tebano San Inocencio, y lo enterró en la iglesia local. Estaría bien si San Grato no hubiera vivido a finales del siglo VI, casi ¡300 años después! Otros añadidos unen a Santa Verena de Zurchard (1 de septiembre) al grupo, como acompañante de los soldados.

La basílica construida por San Teodoro de Octodurum (al que también se ha acusado de inventar las reliquias, la leyenda y demás), y poblada por monjes al estilo acemeta (3), actualmente es una abadía donde reposan las supuestas reliquias de la mayoría de los legionarios. Incluidas un anillo y una ampolla con sangre de San Mauricio. En Veriolez hay una losa plana, en la que se dice que San Mauricio se arrodilló para ser degollado.

Culto, leyendas y patronatos:
San Mauricio es patrono de los soldados, vitralistas y tintoreros (estos dos patronatos son por su nombre, y su supuesto color de piel “moro”), tejedores, sobrereros. Se le invoca como protector de las viñas y contra la gota, el dolor de oídos y las enfermedades de los caballos. Es el patrono de Cerdeña, la casa real de Saboya y diversos sitios, de la infantería, los herreros. En la iconografía es usual verlo de color negro, pero esto es por lo dicho arriba, su nombre y su procedencia, Mauritania. Viste de soldado, con diversos uniformes, unos más anacrónicos que otros en época, región, materiales, etc. En la pintura es normal verlo acompañado de sus compañeros, o en escenas de martirio. En la imagen, un icono copto.

Sobre el culto, hay que decir que es bastante antiguo. Ya en el siglo VI, San Segismundo de Borgoña (2 de mayo) reconstruye la abadía de Saint Maurice d Agaune, donde se veneran las reliquias hasta hoy día, en un bello relicario del siglo XII. Hay muchas leyendas relacionadas con el culto a San Mauricio, y copio tres, que pone Ruinart en su “Actas Verdaderas de los Mártires”:

La más fantasiosa, nos narra que San Crodegando de Metz (6 de marzo) volvía de Roma a su diócesis, con reliquias de los soldados tebanos Gorgonio, Nabor y Nazario. Pasó la noche en Saint Maurice y a la mañana siguiente, los monjes se negaron a que se llevase las reliquias, aduciendo que los compañeros de Mauricio, con él debían estar. Crodegando avisó a los soldados y cuando estos pretendían entrar por la fuerza a la iglesia del monasterio, la imagen de San Mauricio tomó una palanca y partió todas las reliquias, como signo de que debían compartirse.
 
Otra leyenda dice que el rey San Gontram de Bretaña (28 de marzo), cuando se quiso retirar del mundo en el monasterio de Valais, mandó a un sacerdote a Saint Maurice a pedir unas reliquias. Cuando este regresaba, una tormenta en el lago de Lausana casi vuelca la barca. El sacerdote tocó el agua con las reliquias y esta se calmó inmediatamente. Con estas historias, es de entender que este monasterio fuera el centro neurálgico de la devoción y culto del santo.

Y la tercera dice que, habiendo confiado una mujer a su hijo al monasterio de San Mauricio de Valais, el niño murió niño murió. Su madre estaba inconsolable y esa noche se le apareció San Mauricio y le dijo: “No llores por tu hijo como si hubiera muerto, que vive entre nosotros. Y te doy la prueba: Ve temprano en la mañana a la iglesia, a escuchar el oficio de los monjes”. Así lo hizo la señora y oyó, entre las voces de los monjes, la de su propio hijo cantando el oficio de Laudes. Y de ahí en adelante fue todos los días a oírlo.

San Pedro Damián (21 de febrero) cuenta que un clérigo orgulloso y ambicioso, fue promovido a prior de los canónigos de una iglesia dedicada a San Mauricio mediante trampas y engaños. Un día, al terminar la misa, se oyó una voz que dijo: “El que se enaltece será humillado". Y contestó airado el sacerdote: "Eso no es del todo correcto. Porque si mis enemigos me hubieran humillado, no estaría presidiendo una iglesia hermosa y rica". Y en ese momento, un rayo lo mató, dejándolo con las tripas al aire.

Carlomagno lo proclamó patrón de la casa real y se hacía acompañar por una bellísima arqueta-relicario (hoy se venera en Xanten), con reliquias de Mauricio y sus compañeros Florencio, Cándido, Malloso y Casio. También fue nombrado patrón de las Cruzadas. Antes de la reforma protestante, existieron numerosas iglesias, altares y reliquias de San Mauricio en los Países Bajos, Alemania (4). Destaca la devoción en Magdeburg, donde es patrono junto a Santa Catalina desde el siglo X. En Francia tiene iglesias dedicadas desde al menos el siglo XIII. Y, por último, dato que pocos conocen, la famosa abadía de Claraval, le está dedicada.

Compañeros venerados de San Mauricio (y me ayudo de la página Santiebeti):

San Albano. 22 de septiembre.
San Alberto de Cuneo. 19 de agosto y 22 de septiembre.
San Alejandro de Bérgamo. 26 de agosto y 22 de septiembre.
San Alverio de Fossano. 2 de enero y 22 de septiembre.
San Antonino de Piacenza. 4 de julio, 22 y 30 de septiembre, y 13 de noviembre (traslación de las reliquias).
San Antonino de Susa. 22 de septiembre.
San Atilio. 28 de junio y 22 de septiembre.
San Barolo. 22 de septiembre.
San Benedicto de Vistrorio. Tercer domingo de octubre y 22 de septiembre.
San Celestino de Canavese. Primer domingo de octubre y 22 de septiembre.
San Constantino de Dronfield. 22 de septiembre.
San Dalmacio de Borgo San Dalmazzo. 5 de diciembre y 22 de septiembre. (este al parecer fue en realidad un obispo, al que la confusión convirtió en soldado mártir).
San Defendente de Marsella. 1 de enero y 22 de septiembre.
San Evencio de Cly (al parecer solo fue un eremita o un pastor). 22 de septiembre.
San Félix de Borgo San Felice. Primer domingo de agosto, 12 de julio y 22 de septiembre.
San Félix de Zurich, mártir con Régula y Exuperancio. 11 y 22 de septiembre.
San Florencio de Mondovi. 3 de marzo y 22 de septiembre.
San Fortunato de Casei. 16 de octubre (o tercer domingo de octubre) y 22 de septiembre.
San Gereon de Colonia, con otros 318. 10 de octubre y 22 de septiembre.
San Gil de Turín. 22 de septiembre.
San Gilmer de Borgo San Domnino. 16 de septiembre y 22 de septiembre.
San Gregorio “el moro” de Colonia. 15 de octubre y 22 de septiembre.
San Grisógono de Saluzzo. 22 de septiembre.
San Hipólito de Bardonecchia. 22 de septiembre.
San Jorio de Val di Susa. 23 de abril y 22 de septiembre.
San Juliano de  Fénis. 22 de septiembre.
San Juvenal de Andrate. 22 de septiembre.
San Magno de Cuneo. 19 de agosto y 22 de septiembre.
San Malloso de Birten, 10 de octubre y 22 de septiembre.
San Marchesse de Altessano. Primer domingo de septiembre y 22 de septiembre.
San Martiniano de Turín. 5 de diciembre y 22 de septiembre.
San Martino de Rivoli. 22 de septiembre.
San Mauro de Ancora. Tercer domingo de septiembre y 22 de septiembre.
San Membotto de Mogola. 23 de marzo (invención de las reliquias), primer domingo de septiembre, 22 de septiembre.
 San Pancracio de Villa Dora. 22 de septiembre.
San Pantaleón de Torgnon. 27 de julio y 22 de septiembre.
San Paragorio de Noli y compañeros, 7 y 22 de septiembre.
San Poncio de Pradleves. 23 de junio y 22 de septiembre.
San Próspero de Canavese. Primer domingo de septiembre y 22 de septiembre.
San Quirico de Monferrato. 11 de marzo y 22 de septiembre.
San Restituto de Cesana. 29 de mayo y 22 de septiembre.
San Segundo de Pinerolo. 22 de septiembre.
San Segundo de Ventimiglia. 20 de noviembre y 22 de septiembre.
San Segundo. 26 de agosto y 22 de septiembre.
San Teodoro de Vercelli. 22 de septiembre.
San Valeriano de Cumiana. 14 de abril y 22 de septiembre.
San Valerio de Casale. 22 de septiembre.
San Víctor de Caselle. 22 de septiembre.
San Víctor de Solothurn. 30 de septiembre y 22 de septiembre.
San Víctor de Xanten, y 330 más. 10 de octubre y 22 de septiembre.
Santos Abundio, Asterio, Cesáreo, Longino, Deseado y Demetrio de Caramagna. 22 de septiembre.
Santos Alvacio y Amancio de Rivalba. 22 de septiembre.
Santos Besso y Porcier. 10 de agosto, 1 de diciembre y 22 de septiembre.
Santos Casio, Florencio y Pío de Bonn. 10 de octubre y 22 de septiembre.
Santos Chiaffredo, Constancio, Olimpio y otros, de Saluzzo. 7 (Chiaffredo), 18 (Constancio) y 22 de septiembre.
Santos Cosano, Pelagio, Damián y Serena, virgen, de Novalesa. 22 de septiembre.
Santos Graciano, Carpóforo y Fidel. 13 de marzo y 22 de septiembre.
Santos Julián, Bisuzio, Isidoro y Martiniano de Dora Riparia. 28 de agosto y 22 de septiembre.
Santos Mariano y Próspero de Mondovi. 22 de septiembre.
Santos Mateo y Gusmeo. 11 y 22 de septiembre.
Santos Mauricio, Jorge y Tiberio de Pinerolo. 24 de abril y 22 de septiembre.
Santos Octavio, Adventor y Solutor de Turín. 20 de noviembre y 22 de septiembre.
Santos Palmacio, Majencio, Constancio, Crescencio, Justino, Leandro, Alejandro, Sotero, Hormisdas, Papirio y Jovaniano de Trier. 5 de octubre, 12 de diciembre y 22 de septiembre.
Santos Sebastián y Alverio de Fossano. 26 de enero (invención de las reliquias) y 22 de septiembre).
Santos Tégulo, Sulpicio, Vital y Juvenal de Cavanese. 25 de octubre y 22 de septiembre.
Santos Tirso y Bonifacio de Traer. 4 de octubre y 22 de septiembre.
Santos Víctor de Pollenzo y compañeros. 13 de mayo y 22 de septiembre.



(1) Isaac murió en 441 y Salvio en 448, así que la carta tuvo que ser escrita en esta fecha.

(2) Eusebio, aunque no habla de los mártires tebanos, confirma esta hipótesis en su Historia Eclesiástica (Libro VIII), afirmando que especialmente Diocleciano y Maximiano lo hicieron varias veces, como medio de sacar a la luz a cristianos, tenidos como posibles traidores. Aún en tiempos de paz y sin persecuciones oficiales, lo hicieron. En un pasaje de su crónica llega a hablar de un general, cuyo nombre no conocía, al que se le había obligado a sacrificar a los dioses junto a sus soldados, impreando Diocleciano y Maximiano. La mayoría permaneció fiel a sus creencias y algunos de ellos fueron condenados a muerte. ¿Mauricio? Conocía la historia, pero no los nombres, porque estos serían añadidos luego? ¿Es solo otro caso, de la misma época? No lo sabemos.

(3) Acemetas eran unos monjes de origen oriental, de los que se creía no dormían, pues rezaban el oficio litúrgico constantemente, día y noche. Está claro que tenían establecidos turnos de oración.

(4) En 1489 fueron hallados en Schoz, Lucerna, 200 cuerpos en lo que habría sido un cementerio. Sin pruebas ni estudios, fueron tomados como reliquias de los mártires tebanos y puestos al culto. Hoy no lo están. En el Acta Sanctorum los Bolandistas repudian vehementemente estas reliquias.

San Lino, papa

San Lino, papa

Pregunta: Dos preguntas, de dos personas diferentes en un artículo:

1. me pude dar informacion sobre san Lino papa.
2.
me gustaria q me puedan facilitar la oracion de san lino que me la dio mi bisabuela y se me perdio y tengo mucho tiempo buscandola y no la puedo hallar.

Respuesta: A ambos, sí que puedo, claro . Y aquí va: 

San Lino, papa y mártir. 23 de septiembre.
Hay que decir que de Lino poco se sabe y mucho se ha dicho. Pero de hecho lo más antiguo y certero es una mención por parte de San Ireneo (28 de junio), que dice: “Pedro y Pablo cuando fundaron la iglesia [de Roma], pusieron al frente de su episcopado a Lino”. La tradición dice que es el mismo Lino mencionado por San Pablo en su segunda carta a Timoteo (2 Tim. IV, 21), junto a otros cristianos, como Claudia y Pudente (que también tienen sus propias leyendas). Eusebio y Teodoreto confirman esta tradición, pero ya ellos escriben sobre hechos o tradiciones aprendidas. Bien pudo ser otro Lino. El "Liber Pontificalis" (que tiene que ser leido con ojo muy crítico), Baronio, Usuardo, el Flos Santorum y otros recogen hechos legendarios sobre Lino que podríamos resumir así:

Lino era originario de Volterra (de donde es patrón; en la imagen, el busto relicario venerado allí), en la Toscana, y su padre se llamaba Herculano, "hombre noble y principal". Habiéndose trasladado a Roma, allí conoció Lino a San Pedro (29 de junio, 22 de febrero y 18 de noviembre), se hizo su discípulo y este, al constatar las grandes cualidades y virtudes que le adornaban, le ordenó presbítero y le hizo su coadjutor (!), ayudándole en la administración de los sacramentos, la caridad y la predicación. Martirizado San Pedro (entre el 65 y 67), Lino fue elegido obispo de Roma. Aquí narra Baronio un hecho que también recogen otros, que supongo sea una tradición local. San Lino, enviado por San Pedro, visitó Besançon, donde convirtió al tribuno Onosio, que se bautizó y convirtió su casa en templo cristiano. Lo más probable es que esto solo sea una leyenda tardía para afirmar la antigüedad de la iglesia francesa (gustan mucho de ello por allí, sino, leer aquí). Sea como sea, Besançon guarda la memoria y algunas reliquias (?) de San Lino.

Se dice que ordenó 15 obispos y 18 presbíteros, y mandó que las mujeres no entrasen descubiertas a las iglesias (cosa rara esta, cuando ni iglesias se tenía en esa época, en todo caso, sería una costumbre importada del mundo judío). Se le atribuyen varios escritos, totalmente apócrifos y muy posteriores a su época (1). Un texto es la pelea de San Pedro y Simón Mago (ampliada y llena de discursos y milagros), y un relato de los martirios de San Pedro y San Pablo (29 de junio, 25 de enero y 18 de noviembre). De Lino se dice, como no, que tenía don de milagros, como resucitar muertos, sanar enfermos, sacar demonios de los poseídos. Incluso liberó del demonio a una hija del cónsul Saturnino y este, en lugar de agradecerle, fue quien le mandó apresar y matar por Cristo, el 23 de septiembre del año 80 (?), reinando Vespasiano, según Baronio y reinando Tito, según Eusebio (2). Su cuerpo fue enterrado en las catacumbas de la colina vaticana, junto a San Pedro. Su supuesta lápida permanece expuesta, pero no hay certezas de que sea verdadera.

Mucho se ha discutido sobre la figura de Lino, su obra y años exactos, pero nada puede resolverse definitivamente. Mucho menos puede considerarse una lista de "sumos pontífices" unos sucesores de otros, a tan temprana edad de la Iglesia. La misma cita de San Ireneo deja claro que en vida de San Pedro, ya Lino estaba al frente de la comunidad romana. Al mismo tiempo, y eso se sabe, fueron obispos de Roma, nuestro San Lino, y también San Anacleto (26 de abril) y San Clemente (23 de noviembre), y se aventura que hayan compartido misión apostólica, Lino con los gentiles; y Clemente y Anacleto, con los judíos.

En cuanto a su memoria litúrgica, tampoco hay unidad. El primero que lo recoge en un martirologio es San Beda el Venerable, que lo pone a 7 de octubre (sin llamarlo mártir), cosa que confirma el Misal Toledano de 1499. San Adón la puso a 21 de noviembre, y Floro, anterior a Adón, la pone a 23 de septiembre, día que ha quedado en el martirologio romano y se tomó como fecha de su “dies natalis”. En cuanto a llamarlo mártir, no será hasta después del siglo IX en que este título le sea dado. Se tenía por cierto que había sido San Clemente el primer papa mártir.

Es comprensible tanta confusión sobre estos primeros siglos, por dos causas; la primera es que casi nada se ponía por escrito, y segundo, que se ha intentado "rellenar" las lagunas con datos ficticios y suposiciones. Es lógico tanta diferencia en fechas, nombres y personas. El mismo Anacleto, es llamado Cleto muchas veces, y se consideraban dos distintos, con memoria litúrgica doble, hasta hace poco. La figura del obispo de Roma, si bien importante, en estos primeros no gozaba de la preeminencia que se le quiere dar a toda costa, creando la personalidad del papa, Sumo Pontífice, Vicario de Cristo, esos títulos y sentido vendrán más tarde, aunque se apoyen, eso sí, en el evidente primado de San Pedro sobre los apóstoles y en la Iglesia naciente.

Y la oración, que ponía el misal romano en su festividad (y que estoy seguro no es la de la bisabuela): Oh Dios, que nos alegras con la anual fiesta de tu Martir y Pontífice San Lino; concédenos benignamente que pues celebramos su glorioso tránsito, nos gocemos tambien con los frutos de su patrocinio. Por nuestro Señor Jesucristo, Amén.

Y os dejo con un link a los Gozos de San Lino, de la página Biblio Goigs, que recomiendo visitéis, pues tiene gozos de muchísimos santos, que sirven para las festividades y novenarios.



(1) Ya Baronio los miraba con sospecha, aunque no dudó de su autenticidad. Solo le parecían "aumentados". Pero lo cierto es que están plagados de errores, inclusive coqueteos con el arrianismo.
(2) No hay acuerdo en cuantos años fue "papa" San Lino. El Pontifical de Boucher dice que gobernó la Iglesia 12 años, cuatro meses y diez días. Adón quita un mes y el martirologio de San Germán, añade otro. La Crónica de San Próspero le da doce o trece años. Floro nueve, Baronio once años y poco más de dos meses. Y más de uno, no le da un año más de pontificado, pero esto es por “cuadrar” las fechas, para que haya sucesión y no conjunción entre Lino, Anacleto y Clemente.

Catarina de San Juan, la china poblana.

Catarina de San Juan, la china poblana.

Este artículo es la contunuación de uno dedicado a la Madre Tomelín, respondido por nuestro querido André. En aquel preguntaban además de por la Tomelín, por Catarina de San Juan. Y aquí va:

Catarina de San Juan, la china poblana.

La vida de esta mujer, inspiradora del traje típico nacional mexicano está envuelta en la leyenda y la religiosidad popular de su época, y lo que se sabe de ella es debido a sus confesores, que al morir esta quisieron difundir su vida a través de tres escritos de los que se pueden sacar algunos datos sobre ella.

Su nombre original era Meera, y era procedente de la India, posiblemente de Rajastán, tal parece que en un principado tributario del imperio mongol. Nació hacia 1605, hija de una concubina de nombre Botrha y una de las muchas esposas del rajá de aquella región, por lo cual Meera sería una princesa. El nombre de su padre se ha perdido en el olvido puesto que ni la misma Catarina lo recordaba, debido a que su madre era una de las muchas esposas del rajá y no tendría casi relación con él. Algunos biógrafos de la época le nombraron Maximiliano, algo bastante improbable siendo este un nombre cristiano. Según la misma Catalina estando su madre en dolor de parto la Virgen María se apareció y la asistió al momento de dar a luz, aun no siendo esta cristiana, y que al nacer la niña la Virgen le prometió a la madre que cuidaría de ella y la tendría como una hija.

También nos dicen sus biógrafos que Catarina aseguraba que tiempo después de su nacimiento llegaron tres ángeles en forma de adivinos a leerle la fortuna a la recién nacida de quien dijeron que sería un prodigio en la tierra, pero que eso sería en otro lado pues sus padres no la podrían disfrutar. Los biógrafos de Catarina han relacionado este hecho con el día de su muerte, un 5 de enero, y guiados por esto han dicho que aquellos tres adivinos no eran otros que los tres Reyes Magos que habían ido a predecirle la fortuna a la pequeña Meera y como un augurio de que su muerte seria en la víspera de Reyes.

Tal parece que debido a la invasión turca los padres de Meera junto con la niña tuvieron que huir a una región portuaria cercana a las posesiones portuguesas, según palabras de la misma Catarina. A la edad de 10 años Meera junto a uno de sus hermanos fue secuestrada por los piratas y vendida como esclava en Cochin a un mongol que se había enamorado de ella y la puso al cuidado de una noble dama. Esta, al ponerse celosa de la niña, la maltrataba y terminó por amarrarle una piedra al pecho y tirarla al mar, pero Meera cayó cerca de la cadena de un ancla, pudo salir a la superficie y gritando fue auxiliada por un portugués que la ayudó y la llevó con unos antiguos dueños que había tenido.

Aquí en Conchin es evangelizada y bautizada Meera. Como sucedía con la mayoría de los esclavos que llegaban a esas tierras portuguesas, un jesuita es quien la bautiza y le da el nombre de Catarina (Catalina) de San Juan. Catarina confiesa que en el momento de su bautismo pudo observar como la veían con gran regocijo la Virgen, Santa Ana y San Joaquín. En sus confesiones, Catarina dice que el nombre que le fue puesto, ocasionó una escena de celos celestiales, por saber a quién prefería Catarina. En una de sus visiones Santa Catalina de Alejandría y San Juan le cuestionaban a quien de los dos prefería; la Santa de Alejandría decía a su favor que ambas eran paisanas de la misma región, y San Juan que el mismo Dios se la había encomendado (cada vez me sorprendo más de las visiones, o mejor dicho, alucinaciones, de esta mujer).

Tiempo después Catarina fue llevada a Manila, en donde presenció la procesión de Jesús Nazareno y al ver la imagen comenzó a dar de gritos pues decía había visto en la imagen el rostro de su padre y escuchó que el Nazareno le decía “Yo seré tu padre”. Desde ese instante Catarina se volvió devota del Nazareno y hasta se dice que (ya estando en Puebla) solía visitar una imagen del Nazareno en la iglesia de San José, con el que conversaba largamente ante el asombro de las personas. Ella misma dice que un día al volver de la iglesia encontró en su casa el manto del nazareno y abrazándose a él durmió toda la noche como si fuera su noche de bodas. Cabe decir que Catarina siempre mantuvo la virginidad a pesar de que tuvo muchas proposiciones y pretendientes.

Hacia 1620 el mercader poblano, don Miguel de Sosa le pidió a un amigo suyo que le consiguiera una “chinita” para tenerla como hija, se debe entender que en aquella época todo lo que viniera del oriente se pensaba que era de China por esto es que a Catarina se le llamo "la china" poblana aun siendo de la India y no de China. Catarina llega a México en la Nao de China procedente de Manila, para esa época ella tendría entre 15 y 16 años, fue recogida por el mismo Sosa y la llevó a vivir en el barrio del Alto de San Francisco.

Se ganó la confianza de sus amos haciendo el trabajo de ama de llaves y aunque los Sosa querían que aprendiera a leer y escribir nunca pudo; es más, sus confesores dicen que nunca aprendió a hablar bien el español, y costaba trabajo poder entenderle y que solo cuando hablaba de sus visiones la lengua se le destrababa y hablaba con mucha fluidez, de otra forma tenía que usar las señas para poder darse a entender por completo.

Habiendo muerto los Sosa, le fue concedida la libertad en su testamento y fue recibida en la casa de su confesor, el jesuita Pedro Suárez, donde hacía el trabajo doméstico y solo salía para ir a la iglesia, se dice que llegaba hasta tres veces al día a escuchar misa. El padre Suarez tenía como esclavo a otro “chino" de nombre Domingo, quien se enamoró de Catarina y aunque esta lo rechazó, el padre Suárez la hizo que se casase con Domingo. Catarina aceptó con la condición de que este respetara su virginidad, pero el esclavo haciendo caso omiso, trató de persuadirla pero Catarina ponía una muralla de cojines y crucifijos en la cama como división para que este no tratara de tocarla. Domingo terminó por cansarse de la actitud de Catarina, se juntó con otra mujer y años más tarde falleció, dejando viuda a Catarina.

Después de enviudar Catarina se dedicó a servir en el colegio jesuita del Espíritu Santo y tiempo después, poco antes de su fallecimiento, fue recogida por un capitán que le dió una habitación. Catarina muere casi paralítica, con muchas dolencias y con multitud de contusiones provocadas, según su confesor, por los demonios que la golpeaban (o quizá su amo en turno que la golpeaba como a cualquier esclava, que es lo más probable). Falleció el 5 de enero de 1688, a los 82 años de edad.

Su confesor, un jesuita, hizo que Catarina fuera vestida con el hábito de la Compañía de Jesús para su entierro. Una multitud de gente llego a su velorio pues sabían de las virtudes de esta mujer, su ataúd fue cargado por el alcalde y los regidores así como diferentes órdenes religiosas de la ciudad y fue sepultada, por considerarla parte de la orden, en el templo del Espíritu Santo de los jesuitas en la ciudad de Puebla. Posteriormente con la intención de elevarla a los altares sus confesores escriben algunas biografías de ellas y hacen editar unos grabados con su imagen. Todo esto fue prohibido por la Inquisición, recogido y quemado y con pena de excomunión por considerar que contenía “revelaciones, visiones y apariciones inútiles, inverosímiles, llenas de contradicciones y comparaciones impropias, indecentes y temerarias, contrarias al sentir de los doctores y práctica de la Iglesia Universal, sin más fundamento que la vana credulidad del autor”. Esto propició que Catarina nunca llegara a los altares ni se le abriera un proceso. No es sino siglos después, al independizarse México en el siglo XIX, que su figura es retomada por los independentistas por considerarla una mujer libre. La forma en que vestía, con ropas de colores brillantes y con adornos de chaquira y lentejuelas sirven de inspiración para el traje típico nacional que en su honor se llama de “china poblana”.

Catarina de San Juan actualmente es muy poco conocida y la bibliografía sobre ella como en el caso de la madre Tomelín es sumamente escasa de encontrar fuera de Puebla. Es sólo recordada debido al traje típico que lleva su nombre, pero vamos, después de lo que hemos leído no queda más que estar perplejos ante las visiones de esta mujer y pensar que la Inquisición no estuvo tan mal al prohibir su culto, pues lo que se sabía de ella no era más que una serie de leyendas bastante fantasiosas, y como hasta el día de hoy es lo único que sabemos sobre ella.

André Efrén Ordóñez Capetillo.

San Ronan, el hombre lobo.

San Ronan, el hombre lobo.

Pregunta: HOLA HOMBRE! me gustaria saber si conoces algo de san ronan, no roman, tengo una enciclopedia de los enigmas y dice q cuenta su historia q era licantropo, pero no da mucho detalle como historico.

Respuesta: La verdad, no se que dirá esa enciclopedia (miedo les tengo), pero él no “era” un licántropo (sobre todo porque no existen), sino que fue acusado de ello injustamente, que no es lo mismo:

San Ronan de Bretaña, obispo y eremita. 1 de junio y domingo posterior al 15 de agosto.
Es este un santo del que la leyenda dice mucho, pero la historia poco. También es conocido como Renan, Reunan, Rouen, Rumon o Ruadhan. La leyenda dice que fue irlandés, y que San Patricio (17 de marzo) lo ordenó obispo. En Irlanda se hizo famoso por sus dotes, virtudes y milagros y huyó a Bretaña, donde se retiró a la soledad como un eremita en los bosques umbríos de Nevet Cornouailles, donde aún se le venera Escogió este sitio, en su deseo de huir de las gentes y para ello lanzó una piedra, pensando establecerse donde se detuviera. La piedra rebotó tres veces y llegó rodando hasta donde había una capillita escondida en medio de la maleza. Allí se estableció y esta ermita se conserva aún.

Como en todos los casos de los eremitas solitarios, su culto está rodeado de una serie de leyendas y mitos con respecto a su relación con la naturaleza. El hombre místico y solitario ha sido venerado en todas las culturas, como fuente de sabiduría, consejo e intercesor ante Dios. Someten la naturaleza, con la que se compenetran, en beneficio de los demás o suyo propio. Plantas y animales les obedecen, atrayendo beneficios o alejando males o enemigos.

El hombre lobo.
Esto es lo que pasó: se unió a los discípulos del santo un hombre casado; y su mujer, llamada Keban, intentando atraerlo de nuevo a casa, acusó a Ronan, ante Gradlon, el noble local (llamado rey en la leyenda), de convertirse en lobo y devorar a los niños, entre ellos a la propia hija de la mujer. Gradlon, conocedor de la buena fama de Ronan, aún así dudó, por la insistencia de la mujer. Así es que decidió poner a prueba al santo, lo llamó a su presencia y le dijo: “Tengo dos perros de presa muy fieros; voy a dejarte ir y dejaré que te persigan. Si escapas con vida sabremos que eres inocente. Si te comen, serás culpable”. Era de todos creído que los perros reconocían y atacaban a los hombres lobo aun de día y bajo apariencia humana.

Así pasó, pero cuando los perros se abalanzaron sobre el santo, este levantó la mano, hizo la señal de la cruz diciendo a los perros: “sed obedientes al Señor” y los dos perros se volvieron mansos y le lamían los pies (en la imagen). Al parecer la mujer fue perdonada, aunque quedó con rencor por el santo. Lo “sabemos” porque dice la leyenda que, luego de morir Ronan, cuando su cadáver iba al cementerio tirado por dos búfalos, al pasar delante de la casa de la mujer, esta tomó un palo y golpeó a uno de los animales. En ese momento, la tierra se abrió y se tragó a la mujer en medio de fuego y humo. Aún se señala el sitio como “la tumba de Keban”. Ahí si que no hubo perdón alguno…

Y, para terminar, decir que los búfalos mencionados se detuvieron en Plozévet, donde se negaron a caminar, por lo que se decidió dejar el cuerpo allí. Pronto comenzaron los milagros y curaciones y los de Locronan-Nevet, queriendo tener a su santo eremita consigo, lo robaron, llevandolo a la iglesia que le dedicaron. Una bello exponente del pre-románico. Su tumba aún es muy venerada. Se le invoca contra el reuma, la rabia y la calumnia. El domingo posterior al 15 de agosto se celebra una procesión y rogativa con sus reliquias.

San Bonifacio y su libro

San Bonifacio y su libro

Pregunta: Ramón, explícame por que San tiene un libro atravesado por una espada y cuentame mas de su vida.

Respuesta: La verdad es que para contar todo lo que se conoce o se ha fabulado sobre San Bonifacio necesitaríamos bastante tiempo y espacio, pero intentaré hacer un esbozo, tomando de lo que dicen Butler y el Acta Sanctorum. Lo primero es decirte que aunque no sea un santo muy conocido y de escasa devoción por el pueblo hispano parlante, es un santo conocidísimo y muy venerado al norte de Europa, donde estuvo y realizó su labor misionera. Y, además, es un personaje clave a la hora de hablar de la historia de la Iglesia y las misiones.

San Bonifacio de Fulda, obispo y mártir. 5 de junio.
Bonifacio (al que sus padres llamaron Winfried) nació en 672 en Crediton, Inglaterra. Estudió con los benedictinos de Nursling, donde profesó como monje y fue profesor de la escuela externa. A los 40 años decidió partir en pro de la evangelización del pueblo, aún sumido en el paganismo. Y comenzó a formar parte de la historia, como columna principal en la obra político-misionera de Carlomagno, artífice de una expansión evangelizadora y cultural que, ante todo, pretendía expandir su dominio.

En 716 lo tenemos en Frisia, predicando, y lo mismo Turingia, en 719. Este mismo año fue a Roma, donde Gregorio II, viendo su valía, lo consagró obispo el 14 de mayo, y es por eso por lo que decidió llevar en adelante un nombre cristiano, eligiendo el del famoso mártir celebrado ese día: San Bonifacio de Tarso. Gregorio II, como era ocasional, le dio especiales poderes para erigir diócesis, monasterios, ordenaro presbíteros, y en definitiva, organizar la iglesia allí donde fuese, y le dotó con reliquias de santos, ornamentos y libros sagrados.

Bonifacio se dirigió a Hesse, desde donde organizó la Iglesia, creando los obispados de Ratisbona, Passau, Eichstätt, Salzburg, Würzburg y Erfurt, quedando él mismo como arzobispo de Maguncia. En Hesse ocurrió un hecho que determinó su modo de evangelizar y, también su martirio: Derribó un enorme roble al que los habitantes de la región atribuían poderes y bajo el cual realizaban ofrendas y alabanzas a sus dioses. Allí mismo edificó una iglesia dedicada a San Pedro Apóstol. Y no se lo perdonaron.

Conocedor de la importancia de los monasterios en la cultura, economía y, claro, evangelización de los sitios donde se establecían las abadías, se rodeó de colaboradores, monjes o monjas, que ampliaran la labor evangelizadora y civilizadora de Alemania. Especialmente su amiga, confidente y consuelo fue Santa Eadburga (12 de diciembre), de la que se conservan cartas llenas de afecto y admiración por el obispo. En una ocasión le regaló una copia de las cartas de San Pedro, escrito a mano (como todos los libros del momento) con letras de oro y guarnecido de oro y piedras preciosas (1).

Otras mujeres importantes fueron Santa Lioba (28 de septiembre) y Santa Tetta, que proveía de monjas cultas y preparadas en la enseñanza a Bonifacio, para fundar escuelas en los monasterios. Sabía que educando a las niñas de clases acomodadas, con los años, estas influirían en sus maridos y familias, favoreciendo la cristianización. Especialmente importantes e imprescindibles en esta labor misionera fueron los santos hermanos Walburga, Willibaldo, Wunibaldo y Willibrordo. Fundó los monasterios de Fritzl y Ochsenfurt, y su favorito, el de Fulda, donde se sentía como en casa y que es comparable en importancia a Monte Cassino. Una bella leyenda dice que estando en esta fundación y, no teniendo que comer, un pájaro le lanzó un pez, el santo lo comió y al lanzar el espinazo al río, se regeneró y el pez continuó con vida.

El 5 de junio de 754, Domingo de Pentecostés, celebró una misión en Dokkum y, justo al comenzar la Misa, fue atacado junto a sus compañeros, por una turba de paganos frisones. Dijo Bonifacio a sus compañeros: "No os preocupéis, todas las armas de este mundo no pueden matar el alma". La leyenda cuenta cómo protegió su cabeza de la espada, que terminó atravesando el libro y el cráneo. Este libro, conservado como una reliquia, se muestra a los devotos actualmente, pero no hay certezas de que sea el mismo, o una reliquia falsa; en todo caso es su atributo principal, junto al zorro y el hacha (recuerda el árbol cortado).

Sus compañeros mártires fueron San Eoban, obispo de Utrecht (5 y 7 de junio); Santos Wintrung, Wiehtberht (hijo de Tetta), Ethelheri y Walter, presbíteros (5 y 7 de junio); Santos Hamund, Scirbald, y Bossa, diáconos (5 de junio y 9 de abril) y Santos Huachar y Gundekar, monjes (5 de junio y 9 de abril).

Fue sepultado en la iglesia de San Salvador en Utrecht, donde fue venerada mucho tiempo, hasta que se trasladaron a la cripta del monasterio de Fulda, donde permanece actualmente. Es patrón de Fulda, Utrecht, Haarlem, Frisia, Sajonia y Turingia, y muchas ciudades más. Además, es patrono de los cerveceros, libreros, sastres y archiveros.


 


 

(1) Mostrar riqueza era un medio efectivo a la hora de evangelizar a los pueblos paganos, por lo general fáciles de impresionar, aunque no de convencer. Predicaciones efectistas, ornamentos lujosos, derribo de templos paganos, “milagros”, eran más prácticos para lograr conversiones. También fueron elementos importantes en esta tarea las hagiografías de los santos: mostrando que los santos eran poderosos y, sobre todo, que controlaban la natauraleza, daban veracidad al mensaje de salvación anunciado por estos mismos santos. La verdad es que hoy día esta forma de evangelizar, nos parece incorrecta, pero la distancia en el tiempo es mucha como para juzgar con nuestros criterios.

Santa Constanza de Roma (I)

Santa Constanza de Roma (I)

Pregunta: Hola, me remito a tu excelente blog con la confianza de que me resolverás una duda: sobre Santa Constanza. He leido que tienes un apartado en la página, pero no está lo que busco, que es la santa Constanza, la hija de Constantino el Grande (también santo como sabrás. El asunto es que he visto muchas imágenes de esta santa, asi, como corposantos, esto lo he aprendido en tu pagina y quería saber si alguno es ella, o como se le puede venerar y donde, si hay alguna imagen. Gracias.

Respuesta: Lo primero, agradecerte tu lectura y atención a mi pequeña página, una más en un mundo lleno de sitios sobre santos. Solo con que tú hayas aprendido algo, ya vale la pena el esfuerzo de hacerla y dobla la satisfacción. Y paso al tema:

Santa Constanza de Roma, virgen, princesa. 19 de febrero.
Hay que empezar diciendo que santa Constanza no está incluida en los martirologios romano o cualesquiera que se consideren oficiales, aunque si lo está en listas no oficiales de santos. Sinceramente, no habría pasado a la historia de no ser por el bello mausoleo que su padre Constantino le dedicó en Roma, convertido en basílica y que con el tiempo terminó llamándose de “santa” Constanza, porque allí se encuentra su tumba (en la imagen).

Leyenda:
Un análisis de su “vida” lo primero que hace es poner en evidencia el poco valor histórico de las leyendas que narran su paso por esta vida. La suya y la de un par de santos más. Algo de historia hay, claro, pero muy mezclado con fábulas piadosas. Así es que Constanza era hija de Constantino el Grande, y padecía de escrófulas (lepra según otras versiones). Contantino la ofreció como esposa a su general Gallicano, recientemente viudo, pero a este no le hizo mucha gracia y se negó. Por tanto, Constantino lo envió a Tracia, para defender las fronteras romanas contra los bárbaros.

Gallicano, conocedor de la fe cristiana, hizo un voto de convertirse a la nueva fe si salía victorioso. Como no podía ser menos en una hagiografía, así sucedió: venció y se convirtió. Al regresar a Roma supo que Constanza había sido sanada milagrosamente por Santa Inés y que, junto a sus propias hijas Augusta, Ática y Artemia (celebradas también el 19 de febrero) se habían dedicado como vírgenes consagradas, junto a la iglesia de Santa Inés. Constanza tenía dos esclavos a su servicio, Juan y Pablo, a los que legó, a su muerte, la libertad y su patrimonio.

Al asumir el poder Juliano el apóstata, Juan y Pablo, fueron martirizados, con la intención del emperador de recuperar el patrimonio de Constanza (se celebran el 26 de junio). Luego del martirio, tres cristianos Crispín, Crispiniano y Benedicto los enterraron. Gallicano fue martirizado en Alejandría, adonde se le había desterrado por cristiano. El martirologio romano lo recoge a 25 de julio.

Historia:
Es cierto que el emperador Constantino tuvo una hija, cuyo nombre correcto es Flavia Julia Constantina, aunque generalmente es llamada Constanza. Sin embargo, consta históricamente, que no era una virgen consagrada, sino que estaba casada con Anibaliano. Y más aún, si creemos al historiador militar Amiano Marcelino, era una mujer completamente carente de principios, “un demonio en forma humana, una furia femenina siempre sediento de sangre”. (1)

Si Constantino tuvo otra hija que no tomó parte en la vida cortesana y pública, es desconocido por los historiadores o cronistas del momento. Lo cual no es de sorprenderse si, realmente, vivió recluida, primero por la enfermedad y luego por la consagración virginal. Queda en la sombra.

Un par de dificultades más: aunque el nombre de Gallicano era común, y en la época descrita hubo, dos muy conocidos, Vulcacio Gallicano, prefecto de Roma en 317, y Ovinio Gallicano, cónsul en 330, pero no consta ninguno en la guerra contra los bárbaros de Tracia. Por otro lado, es increíble que un general fuera martirizado tal y cual cuenta la leyenda. Y la segunda, el relato del martirio de los Santos Juan y Pablo, los ponen sometidos a interrogatorios por el propio Juliano en Roma, pero es conocido que después de convertirse en emperador, Juliano no puso un pie en Roma.

Por tanto, hay todos los motivos para tener la leyenda como fabulosa y sin sentido, uniendo a personajes de diversos momentos en una misma situación. Pero tranquilos, si bien la narración de sus vidas y martirio es falsa ¡hay indicios para creer en su existencia y culto muy antiguos! Pero eso, en el otro artículo, que este es muy largo. Además, así os aumento el interés.

 


(1) Historias, Tomo I, libros XIV-XVI.

San Charbel, tan católico como todos.

San Charbel, tan católico como todos.

Pregunta: segun tengo entendido que san charbel no pertenece a la iglesia catoliaca entonces por que su imagen esta en algunas iglesias? por mi parte si fue un gran honbre para tomarlo como ejemplo no me importa que religion sea. pero algunos conocidos no estan de acuerdo. México.

Respuesta: Es un error considerar a San Charbel (24 de diciembre) como un santo ajeno a la Iglesia Católica, puesto que sí pertenece a la Iglesia, y tan plenamente como Santa Teresa o San Juan Bosco, solo que es católico de rito maronita, o sea, que en la liturgia no celebra el rito romano, como la mayor parte de occidente. Este hecho de pensar que no es católico sucede por el desconocimiento en general de la diversidad en la unidad de la catolicidad de la Iglesia.

Es por esto que su imagen está en las iglesias, porque es un santo más. San Charbel, aunque venerado por los maronitas desde siempre, fue beatificado por Pablo VI en 1965 (el proceso se abrió en 1925) y canonizado en 1977. Fue un signo de unidad eclesial con aquellos que, celebrando otro rito, mantienen la misma fe apostólica. El rito maronita, libanés, ha estado presente en la iglesia católica siempre, donde quiera que ha habido colonia libanesa inmigrante, como en Estados Unidos o México. De hecho, en Mexico se le conoce gracias a eso mismo, a la inmigración de rito maronita. En la Habana tuvo sede en la iglesia de San Judas y San Nicolás, donde aún se venera a San Marón (9 de febrero), santo eremita árabe, que defendió la fe católica en Oriente. No fundó una iglesia aparte, sino todo lo contrario, defendió la unidad católica bajo el signo visible del Papa y los obispos, pero sí defendió la liturgia local, como expresión de la fe de su pueblo árabe.

En la Iglesia hay varios ritos perfectamente integrados, como el mozárabe, el jerosolimitano o el ambrosiano, y el recientemente aprobado, sudafricano. Están focalizados en lugares específicos o comunidades emigrantes, que trasladan sus costumbres y usos litúrgicos, aunque siempre deben contar con la aprobación del obispo ordinario donde se establezcan. Incluso el rito romano, desde hace unos años, admite dos variantes celebrativas, la forma ordinaria y la extraordinaria (comunmente llamada tridentina).

Sin embargo, en mi opinión, lo que no parece católico y raya el paganismo, es la costumbre de las cintas o listones de San Charbel.

Beato Eelko, otro mártir inesperado.

Beato Eelko, otro mártir inesperado.

Hace unos días un fiel seguidor del blog comentaba "me apeno terriblemente el caso de San Walter de Onhaye muerto por un SACERDOTE!!!...los que deberian ser el ejemplo son causa de escandalo...que pena para el Corazon de Jesus", se refería al artículo "Martyrium: diversos tormentos", en el que se lee que este santo fue asesinado por un sacerdote de mala vida. Le respondía yo "ya ves... da pena, sí. Un ministro del Señor que hace mártir a otro. Es el único caso del santoral que conozco ¡afortunadamente!" Pero debí morderme la lengua antes de hablar (o pillarme el dedo antes de escribir). La verdad, en esto de los santos, afirmar cosas rotundamente es arriesgado, porque, revisando santorales propios y viejos, hallé otro caso:

Beato Eelko de Lidlum, abad premonstratense, mártir. 22 de marzo.
Su vida la escribió Leonius Sibrand para el Martirologio Nobertino en 1580.
Eelko nació en Frisia, de una familia de campesinos acomodados, de niño fue pastor, joven aún entró al monasterio premonstratense de Lidlum, Holanda, donde fue elegido abad por su honestidad, sencillez y austeridad. Se dedicó a recorrer la región, donde había varios solitarios o cenobitas por propia inspiración. En las visitas les exhortaba, corregía o daba normas de vida. A otros los integró a su monasterio, viviendo plenamente la espiritualidad premonstratense. Era un verdadero padre, caritativo, pero inflexible en el cumplimiento de la Regla y la integridad de vida.

El monasterio de Lidlum era muy rico, con varias granjas en explotación, donde por razones prácticas vivían monjes-laicos que cuidaban de la granja. Según la costumbre medieval, estos monjes estaban sujetos a la abadía madre y no constituían un monasterio ni priorato aparte. Más de una granja dio dolores de cabeza a las abadías por cuestiones de desobediencias, trapicheos y negocios a espalda del abad. Una de estas granjas díscolas fue la Boxum, perteneciente a la abadía de Lidlum. Los siervos de esta granja le rogaron a Eelko que visitara a los monjes de esta localidad, que vivían una vida relajada y llena de vicios mundanos, esquilmando de impuestos a los campesinos. Eran conocidos por borrachos, vagos y lascivos. Así lo hizo Eelko, llegó a Boxum el Sábado Santo de 1322 y encontró a sus monjes de cena y bebiendo vino en grandes cantidades. Fue bien recibido, esperando ganarle a su mundanidad, le sirvieron buena comida y bebida. Eelko solo bebió el vaso de vino rebajado con agua que permitía la Regla, sin comer nada y escondiendo la bebida (suponemos que le darían botas de vino) en la manga del hábito, lo que fue visto por dos monjes que lo interpretaron como que era un avaro y comilón más.

Al cabo de un rato, Eelko dijo sentirse mal de tan opípara cena y se retiró a su celda. Los monjes continuaron su francachela un rato, hasta que aquellos dos se acercaron a la celda del santo con los demás monjes, para reciminarle su "avaricia" y amor a la bebida. Él les dijo "¿Hijos míos, cuando me vieron borracho?". Ellos le recriminaron que tenía la boca llena de pobreza y austeridad, pero la manga de su hábito era la prueba de su acusación, y para probarlo uno de los monjes le sacudió la manga y ¡milagro! cayeron rosas (ver "el milagro de las rosas"). Lo acusaron de hechicero y mago. Uno de ellos tomó una vara y le golpeó fuertemente, rompiéndole la cabeza y "salpicando con los sesos y la sangre las paredes encaladas", según dice Dries van den Akker, jesuita que también recopiló y escribió su vida. Así pues, lo asesinaron y luego arrojaron su cadáver a un canal por la ventana, pensando que podrían quedar impunes cuando la corriente llevase el cadáver. Pero al otro día, mañana de Pascua, una mujer vio su cadáver flotando y lleno de luz en la superficie del río. Dio la voz y los monjes fueron juzgados. Los premonstratenses de Lidlum se llevaron el cuerpo y lo pusieron en veneración, considerándolo santo y mártir. Su culto se conservó hasta el siglo XVI, pero la "reforma" protestante acabó con él, desapareciendo el cuerpo y la devoción.

De tus malos ministros, libéranos Dómine!