Martyrium: suplicio por fuego
Tras la fractura de un hueso, la quemadura es la lesión más dolorosa que percibe el cuerpo humano. A tal efecto se aplicaban en el tormento diversos métodos para quemar zonas del cuerpo, por lo general axilas, costados, pechos en el caso de las mujeres, genitales, plantas de las manos y de los pies, es decir, las zonas del cuerpo más sensibles. Esto se hacía con la aplicación de instrumentos metálicos calentados al rojo vivo, tales como tenazas, barras, planchas o pinzas, que además tenían la propiedad de cauterizar al aplicarse sobre heridas de tormentos anteriores. Se podían aplicar también antorchas o hachones encendidos. De igual modo podían disponerse lechos de brasas –a menudo combinados con trozos de vidrio o cerámica rotos- o parrillas grandes sobre los que tendían al supliciado.
Las quemaduras que producían estos instrumentos eran lesiones muy graves que se infectaban enseguida y causaban la muerte. Estos tormentos fueron muy típicos en todas las etapas de la Historia, se usaron profusamente en la Edad Media – inspirados por los antiguos y espantosos ritos de ordalía en los pueblos bárbaros de Europa- y han durado invariablemente hasta hoy, sin que hayan desaparecido en absoluto, únicamente modernizados por instrumentos contemporáneos.
Y aquí el habitual registro de mártires –no exhaustivo, como siempre- que sintieron en carne propia este suplicio, y a las que se podría invocar en caso de quemaduras –pero no por ello dejar de recurrir a la medicina, claro está-.
1. Antorchas o hachas encendidas:
Santas Basilisa y Anastasia
Santa Victoria de Córdoba (con su hermano San Acisclo)
Santa Marta de Astorga
Santa Dorotea (le quemaron los pechos en una ocasión, y los costados en otra)
Santa Marina (Margarita) de Antioquía
Santa Caritina
Santa Regina
Santa Fermina (en la imagen)
Santa Bárbara
Santa Teodosia de Tiro
2. Planchas de metal calientes:
Santa Blandina
Santa Reparata
Santa Dignamérita
3. Barras de metal:
Santa Calíope (las usaron para quemarle la cara hasta desfigurarla)
4. Carbones encendidos:
Santa Caritina (usados para quemarle la cabeza, previamente rapada)
Santa Águeda (lecho de brasas)
5. Parrilla:
Santa Fe de Agen.
Santa Irene de Tesalónica.
Santa Fe, hija de Santa Sofía.
Santas Máxima y Donatila.
San Lorenzo.
San Vicente mártir.
Santos Tirso y Calínico. 14 de diciembre.
Santos Macedonio y Teódulo de Frigia. 12 de septiembre y 19 de julio.
6. Tenazas o pinzas:
Santa Águeda (aplicadas a los pechos)
7. Atados a un poste y quemados vivos:
Santa Juana de Arco
San Orestes
8. Dentro de un toro de bronce ardiendo:
Santa Pelagia de Tarso
Santos Estaquio, su mujer Teopista, y sus hijos Agapio y Teopisto.
Meldelen
1 comentario
mateos -
Gracias...un monje