Blogia
Tus preguntas sobre los Santos

Martyrium: mutilaciones

Martyrium: mutilaciones

La mutilación –esto es, amputar una parte del cuerpo sin finalidad médica- fue siempre un método de tortura y castigo. La muerte se producía por hemorragia si no se cosía ni cauterizaba la herida inmediatamente, o por la infección si estaba mal curada.  Se practicó desde siempre en todas las culturas, hasta la actualidad. El mutilado, al que se le solía permitir vivir tras ello, quedaba por siempre estigmatizado y era objeto de la burla y el rechazo de la sociedad. Aunque esta situación se dio más en la China y Persia antiguas y en la Edad Media que durante las persecuciones cristianas en Roma; donde tuvo un destino de muerte por desangramiento, frecuentemente asociado al descuartizamiento. Se cortaron casi siempre manos y pies, los pechos a las mujeres –cosa que ya tratamos en otro artículo- y los genitales a los hombres, a los que luego se les vendía como esclavos para gineceos –caso de los mártires Proto y Jacinto, Nereo y Aquiles, entre otros-. También se les cortaba la lengua a los que replicaban al pretor o juez con insolencia, gritaban con estridencia, le insultaban o proferían injurias contra las divinidades paganas.

Santa Avia: una de las compañeras de Santa Úrsula, la tradición sostiene que sus captores le amputaron los pechos con cuchillos sin afilar para darle mayor tormento.

Santas Basilisa y Anastasia: les amputaron manos y pies, pechos y lengua, y fueron dejadas para desangrarse hasta que fue decidido que las remataran.

Santa Cristina: al final de su largo proceso, como siguiera confesando su fe con ánimo e insistencia, el pretor Juliano mandó cortarle la lengua.

Santa Febronia: le amputaron los pechos, manos y pies, y finalmente la cabeza.

Santa Orosia (en la imagen): le cortaron manos y pies.

Santa Ebba y compañeras: el suyo fue un caso de automutilación voluntaria. Como el convento se viese asaltado por bandidos sajones y temieran ser violadas, la abadesa Ebba se cortó ella misma la nariz y el labio superior, siendo imitada por sus compañeras. Su aspecto quedó tan horrible que los sajones no las quisieron tocar, pero las quemaron vivas.

Santa Taciana: le fueron extraídos los dos ojos con un garfio calentado al rojo vivo.

Santa Sinforosa
y San Leodegario de Autún: les vaciaron los ojos a punzadas.

Santa Hripsime: mutilada de pechos, manos y pies, le sacaron los ojos también.

Santa Victoria de Córdoba: le cortaron manos y pies, y como profiriera grandes gritos de dolor que molestaban a los verdugos, se dio orden de cortarle la lengua.

Santa Anastasia Romana: le cortaron manos y pies, luego brazos y piernas. Como suplicara que le diesen algo de agua, le cortaron la lengua.

Aunque parezca una obviedad, a los santos que padecieron mutilaciones se les invoca contra pérdidas de miembros, hemorragias, a favor de los que padecen discapacidades por falta de miembros, las víctimas de accidentes, y para las consecuencias psicológicas que se derivan de estas situaciones.

Meldelen

También sufrieron mutilaciones: los Santos Adriano, Quirico y Julita, Mario, Bruno de Querfurt (le cortaron la mano derecha) y Juan Damasceno, que le cortaron una mano aunque a este le fue restituida por la Virgen María, así que no se vale.

3 comentarios

Meldelen -

Se me acaba de ocurrir que quizás esté haciendo referencia a se les castró como método de ejecución -es que mi concepto de martirio no incluye necesariamente la muerte violenta, si te dan tormento y luego te sueltan, también se ha sido martirizado-. En ese caso, la pregunta es más difícil de responder.

Yo personalmente, no conozco ningún caso de varón mártir castrado y dejado desangrar. Este castigo se aplicó en la Edad Media a algunos rebeldes o disidentes políticos, pero en cuanto a santos, los hagiógrafos omiten muchos detalles por pudor, y esto no lo he visto mencionado en ninguna parte. De los santos que menciono en el comentario anterior, los eunucos, ni siquiera todos los relatos mencionan este detalle, por pura vergüenza. Por lo tanto, yo no conozco ninguno, quizá Ramón sí tenga noticia de alguno.
De todos modos, era más provechoso para el sistema esclavista de la antigua Roma, castrar a los varones y venderlos como eunucos, que dejarlos morir sin más, lo cual era un desperdicio para su mentalidad. Lo cual tiene mayor sentido si se piensa en los riesgos que la emasculación -sinónimo de castración- implicaba, era frecuente que muchos murieran por hemorragia o infección de las heridas, así que cabía aplicarse en la tarea.
Por último, decir que Roma no fue precisamente una cultura del eunuco, no hasta la época de los emperadores "cristianos", y que tales prácticas eran más propias de Persia y del oriente imperial, que de Roma en sí.

Meldelen -

Hola amigo, soy jovencita, no jovencito, y si se fija bien sí que he mencionado santos varones que fueron castrados, los Santos Proto y Jacinto, y los Santos Nereo y Aquiles; que luego fueron vendidos como esclavos para gineceos -o sea, apartamentos de mujeres-, por eso los dos primeros eran esclavos de Santa Eugenia, y los dos segundos lo eran de Santa Flavia Domitila.
Si menciono mas que nada a las mujeres y no tanto a los hombres, es porque yo trabajo con las mujeres como proyecto de investigación, y por tanto, en cuanto a hombres, domino mejor los que están junto a alguna mujer.

Gary -

Que interesante, pero usted jovencito solo menciona la forma de mutilación de las santas y no de los santos mutilados. Esto tambien me lleva a preguntar ¿existen santos que sufrierón martirio siendo castrados?