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Tus preguntas sobre los Santos

La Crucifixión: Christus Patiens

La Crucifixión: Christus Patiens

Entre los siglos XI-XII de Nuestra Era (Alta Edad Media) se produjo un cambio radical en la forma de representar a Jesús Crucificado. El Christus Triumphans ya no convencía a nadie, o mejor dicho, la gente se había acostumbrado a su visión de tal modo que ya no despertaba grandes sentimientos en el fiel, ni le decía nada aquel rey engalanado e instalado cómodamente en su cruz como si un trono fuera. Se había perdido el respeto y la devoción a aquella imagen. La religiosidad cristiana precisaba algo nuevo y diferente para restablecer la empatía con la Pasión, de este modo, nació el Christus Patiens: el Cristo que sufre.

Jesús apareció, por vez primera en el mundo cristiano, como nadie lo había visto antes, y desde luego de un modo inconcebible siglos atrás: no ya vivo, sino muerto; no ya vestido, sino desnudo (el taparrabos, añadido por pudor, llegó a retirarse en algunas esculturas del Renacimiento); no ya con la diadema real, sino con la corona de espinas (¡que hasta este momento jamás había aparecido!). Era algo que el mundo nunca había visto, pero que colmó la devoción de los fieles. Sin embargo, aún no era un Cristo muy sufriente, porque no tenía expresión de dolor en el rostro ni presentaba demasiadas heridas, es lo que en arte se llama crucifixión simbólica-tipológica (la célebre cruz de San Damián es un perfecto ejemplo de ello).

No sería hasta la llegada de las grandes pestes y la muerte de miles de personas en Europa (siglo XIV), cuando empezaron a aparecer crucifijos que realmente expresaban el dolor de Cristo en la cruz: los primeros fueron llamados crucifijos de la peste, se colocaban en los hospitales para que los enfermos invocaran a Jesús para lograr la curación. Ahora, el cuerpo de Cristo también se representaba en agonía, el cuerpo podía retorcerse de dolor, el rostro expresaba un sufrimiento desgarrador, sangraba por muchas heridas y si aparecía muerto colgaba pesadamente del madero, como vencido por la muerte.

Por sorprendente que parezca, esta imagen de Cristo ya nunca se ha retirado de la iconografía cristiana. Paradójicamente, Cristo sufriente triunfó sobre el triunfante. La gente necesitaba hallar consuelo e identificación en un Salvador que también fue humano y que sufrió atrozmente, que sabía tan bien como ellos lo que era el hambre, la sed y el dolor, la tortura y la muerte, porque Él mismo lo había experimentado en su carne. Aquel Cristo humano era lo que el mundo necesitaba, y por eso se quedó para siempre.

En el Renacimiento, con la llegada de un mundo antropocéntrico, donde era el hombre y no Dios quien pasaba a ser la referencia de toda acción humana, aparecieron Cristos muy bellos, anatómicamente perfectos, como el famoso Cristo de Bellini en el Escorial (cuya desnudez integral sigue causando sorpresa en todo aquel que lo ve), con apariencia serena en lo sencillamente humano. Con el Barroco, se regresó al Cristo llagado, con una brutalidad nunca conocida antes: el barroco español es un ejemplo de estatuaria terrible y atroz, donde las llagas y las heridas adquieren dimensiones tremendas y hasta repugnantes, todo en un intento de recordar al fiel lo que Cristo padeció como humano por salvarle. Este estilo es el que ha perdurado hasta nuestros días como imagen principal de la representación del Cristo crucificado, y es poco probable que sea sustituida.

Ha habido también, en el arte, algunas variaciones,  como representar a Jesús clavado en un árbol o en una balanza, son todo simbologías particulares que no han prosperado. En cuanto al propio aspecto de Jesús, éste adopta, como los Santos, aquel rostro con el que más se identifica el pueblo, o el artista: desde el Cristo joven e imberbe, semejante a un efebo griego, hasta el Cristo maduro y barbudo, que apareció por primera vez en Siria, como aspecto predominante de lo que entendemos por un varón judío en la treintena de su vida. Cabe también decir que no aparecieron crucifijos tridimensionales hasta la época carolingia (s.VIII), hasta ese momento fueron siempre bidimensionales, y si tomaron relieve fue porque se pensó en usarlos como relicarios. Luego, esta función se perdió y simplemente se convirtieron en imágenes de culto.

Meldelen

4 comentarios

Gabriel -

que me recdomendarias en el caso de colocar un altar en casa con un crucifijo central. A Jesús en agonia, vivo o muerto. Talvéz decirme cuales son sus diferencias. Por supuesto que mi familia adora de igual manera a nuestro señor crucificado. pero tú, que me recomendarias.

Fabian Muñoz -

Hola Ramón:

A propósito de este tema de Cristo crucuficado, aquí en México y supongo que en España también hay muchas imágenes desde los S. XVI al XIX que representan a Cristo en algún momento de su pasión: Desde la agonía en el huerto hasta la sepultura.Sólo quiero señalar que estas representaciones serían de algún modo las mas acercadas a realidad que vivió nusetro Señor, ya que describen como tu dices hasta de una manera muy sangrienta todo lo que El sufrió por nosotros.
Me llama particularmente la atención una en la que Cristo está sentado, después de la flagelación y la coronacion de espinas, con la cara recostada sobre su brazo derecho y la mirada perdida, como pensando, meditando.Es una imágen que me conmueve mucho ya que humanamente es muy probable que Cristo en los momentos que estaba cautivo y solo,se pusiera a orar y a meditar sobre su pasión, sobre el amor que lo llevaba a la cruz y el enorme y espantoso sufrimiento que le esperaba en unas pocas horas.

Me pregunto: ¿Por que tiene la mirada perdida? ¿En que´estaría pensando? ¿Qué sería lo que más lo hizo sufir?

Meldelen -

La verdad es que no soy experta en crucifijos, sólo se me ocurre que ese tipo de cruces reflejan una simbología de gloria y redención, también se les llama a veces "crucifixiones activas", porque Jesús no está simplemente crucificado, sino que hace algo (por ejemplo, estigmatizar a San Francisco). Las "pasivas" son el resto, las que simplemente representan la crucifixión. Toda esta terminología es un tanto fría, pero así la usan los estudiosos del arte.

Miriam -

Muy interesante! se que hay "cruces gloriosas" que les salen como unos rayos laterales (no se si me explico) sabrias decirme algo de ellas??
Gracias.