La canonización de Juana de Arco
Pregunta: Estoy en una comunidad de 20 personas y entramos en la duda y controversia si Juana de Arco ya fue nombrada Santa y si es asi deseamos saber todas las causas y demas motivos por los cuales la nombraron asi. Podrían ayudarme a resolver esta duda mil gracias que Dios les Bendiga.
Respuesta: En primer lugar, sí, Juana de Arco es Santa. Fue canonizada el 16 de mayo de 1920 por el papa Benedicto XV. Pero para entender bien todo el proceso por el cual llegamos a este punto, es preciso remontarnos al momento de su condena y ejecución en la hoguera. Hablar de Juana de Arco es siempre complejo y polémico, puesto que ha sido un personaje muy manipulado de acuerdo a conveniencias políticas y nacionalistas, sobre todo durante el siglo XIX.
Juana de Arco fue condenada a muerte por herejía el 29 de mayo de 1431 por un tribunal jurídico y eclesiástico sito en el arzobispado de Rouen. Sus faltas habían sido la insumisión al tribunal de la Iglesia, el vestir ropas masculinas y llevar cabello corto, haberse declarado enviada de Dios y visionaria y oyente de voces celestiales; pero ante todo, el haber acaudillado las tropas francesas contra los ingleses en la guerra (algo que, naturalmente, no consta en acta pero que fue el motivo de mayor peso). Veintitrés años después de su quema en la hoguera, la familia de Juana solicitó al papado un proceso de rehabilitación para ella, que fue autorizado por el entonces pontífice Calixto III. Tras una serie de investigaciones que llevaron a declarar numerosos testigos presentes en el proceso (frailes, jueces, verdugos), al fin, el 7 de julio de 1456, Juana de Arco fue rehabilitada y se le levantó la excomunión. Había quedado demostrado de sobra que el proceso condenatorio había sido injusto, plagado de irregularidades y de abusos, de falsificaciones de actas, de interrogatorios malintencionados y otras muchas infamias. El odio y el interés puramente político del arzobispo de Rouen, Pierre Cauchon, de sus allegados y de los propios ingleses, habían conducido a la condena y ejecución de una joven que no sólo era inocente de cualquier acusación de brujería, sino que además estaba dotada de una profunda espiritualidad y una devoción intachable.
Nadie había creído nunca que Juana fuese bruja o hereje y desde ese momento se había formado en torno a ella un halo de santidad. El horror y la compasión de aquellos testigos que luego declararían en el proceso de rehabilitación y del pueblo que la vio morir en la hoguera ya estaban santificándola mucho antes de que se pensara en ningún proceso oficial de reconocimiento a su santidad. Fue el pueblo francés quien empezó a construir el mito de la Juana de Arco heroína, salvadora de Francia, enviada de Dios. Durante 500 años la figura de Juana fue cambiando y modelándose de acuerdo a las necesidades patrióticas del pueblo francés, construyendo lentamente una heroína nacional aureolada de santidad, que diera satisfacción a las necesidades patrióticas y espirituales de un país cuyo devenir histórico está presente en cualquier manual de Historia. En el siglo XIX, los obispos franceses, con Dupanloup a la cabeza, solicitaron al papa Pío IX que se canonizara a la Doncella. La petición fue denegada. En cambio, su sucesor, León XIII, aprobó que su causa fuera trasladada a la Congregación de Ritos. No fue hasta Pío X que el proceso culminó y por fin, el 18 de abril de 1909, Juana de Arco fue beatificada. El camino hasta la canonización fue ya muy corto, como podemos ver.
Lo que resulta realmente controvertido son las causas de la canonización, que el papado, ciertamente incómodo, acabó por ofrecer a la Francia de 1920. A esas alturas poco quedaba ya de la Juana original, había nacido un mito, una heroína nacional y patriótica que había sido enviada por Dios para salvar a Francia contra la tiranía de Inglaterra. Los argumentos esgrimidos, ciertamente, son más políticos y nacionalistas que religiosos. La Juana de Arco que fue canonizada en 1920 es el resultado de todo un proceso que sería demasiado complejo de analizar aquí. Naturalmente, no es que no hubieran razones buenas para reconocer la excepcionalidad y la maravillosa espiritualidad de aquella campesina lorena (no francesa) que había logrado lo que ninguna mujer en su época. Juana era inteligente, buena cristiana y devota; y en cuanto a las visiones y las voces, realmente sólo ella sabía si eran verdaderas, porque ello es indemostrable, pero desde luego siempre actuó creyendo fervientemente en su papel como enviada de Dios. El problema es que, en mi opinión, se ha instrumentalizado a esta persona convirtiéndola en algo que no era: no hay más que verla en las estatuas ecuestres para convenir en que más que una santa, parece lo que realmente ha sido forzada a ser: un caudillo militar y patriótico, un jefe de guerra, un héroe de nación.
En fin, creo que la respuesta está quedando demasiado larga y en cualquier caso siempre será un tema controvertido. Las actas de canonización de Juana de Arco actualmente no están disponibles para consulta (que yo sepa), pero, se den las razones piadosas que se quieran dar para la canonización, la realidad del proceso es ésta, política y nacionalismo, más que piedad y devoción. No digo con esto que no debiese ser Santa, en absoluto; ni que la canonización no sea válida, que tampoco; ni que el papado entrara en ese juego político y nacionalista, ni mucho menos. Digo, en cambio, que la auténtica canonización ya tuvo lugar en 1431, en aquella hoguera de la plaza de Rouen, y en aquella sentencia de Jean Tressart, secretario del rey inglés, cuando observando cómo arrojaban las cenizas de Juana al Sena, comentó amargamente: “¿Qué hemos hecho? ¡Hemos quemado a una santa!” En fin, que la proclamación de la santidad de Juana se adelantó varios siglos al mito de la heroína nacional, y al propio proceso de canonización.
Meldelen
Impecable, como siempre. Y bueno, su memoria, como mártir es el 30 de mayo.
Ramón.
7 comentarios
Elizabeth -
facu -
Anónimo -
Martin -
Que bueno.
Hoy me paseo otra vez por aquí y descubro una contradicción suya que a mí me la remarcó tan enérgicamente.
Me recriminó que yo mencionara sobre su martirio, (cuando me refería a su sufrimiento), diciendo que no es martir, pero aquí escribió (desde hace mucho):
...
Impecable, como siempre. Y bueno, su memoria, como MARTIR es el 30 de mayo.
Por favor busquen a alguien capacitado que revise sus escritos, y no pretenda convencer a los demás dandose credibiliad al mencionarse como colaborador de un sitio católico serio de internet.
Gracias.
Paz y Bien
Martin -
Me pregunto si puede decir ¿cómo la ve a Juana de Arco la Iglesia?
y
¿Qué actitud tiene que seguir un católico con lo que dice y establece la Iglesia?
Por último,
¿Puede decir cómo la veía a Juana Santa Teresa de Lisieux?, (es la cuarta vez que le hago esta pregunta).
Gracias por su tiempo.
Dios nos bendiga y ampare
Martin
Meldelen -
De la leyenda de la doncella de Lorena, así como de todos esos particulares portentos en la corte del Delfín, sólo se pudo saber a través de los hombres de armas y los allegados de la corte; si era cierto o no estamos en las mismas, sólo ellos lo sabían.
Y finalmente, no, yo no valoro a Juana por sus imágenes, pero el resto del mundo, especialmente aquellos que siguen viéndola como una heroína patriótica, sí lo hacen. En ese sentido, el problema de cómo ven a Juana de Arco es asunto de ellos. Yo tengo claro cómo la veo.
Martin -
¿Por qué insiste en hacerla figurar como no francesa? ¿es que debemos cuestionar a San Antonio de Padua y decir ... nacido en Lisboa? o San Martin de Tours santo francés, patrono de Buenos Aires, cuando en realidad es nacido en un lugar que hoy es Hungría y nisiquiera en su fecha perteneció a Francia.
¿es incorrecto otorgarle la nacionalidad a quién vive y muere por ese país, convirtiendose es más digno de llevar esa nacionalidad a muchos que son nacidos allí y les importa un ápice lo que le suceda a su nación?
Tengo una duda, ¿existió la leyenda de la doncella de Lorena o es una invención de escritores o de Hollywood? De haber existido (la leyenda) se convirtió en una profecía.
Con respecto a las voces que oía, ¿no es de tener en cuenta la revelación que le da al Delfín, que el mismo dice que solo puede ser conocido por Dios y por eso apoya a Juana? ¿o el haber encontrado al Delfín camuflado entre los miembros de su corte? ¿o al final de sus días profetizando que en pocos años los ingleses serían expulsados de Francia? y debe haber más. ¿Es que hay algún caso de videntes (me refiero en casos de la fe) que pueden hacer que otros vean y escuchen sus voces? ¿ qué hay de Bernadette? ¿qué hay de todas las apariciones Marianas? hoy en día todavía hay videntes que reciben mensajes de la Virgen ¿alguien se lo toma en serio?
Por último menciona:
...no hay más que verla en las estatuas ecuestres para convenir en que más que una santa, parece...
Me compadezco de usted si valora a los santos por la apariencia de sus imágenes. Si lo que vemos no toca nuestro corazón y nuestra alma no sirve. Esto dependerá en gran medida cómo miremos la imagen, si nuestra postura es terca y negamos su existencia como santo, es obvio que estaremos ante una imagen que nos dice nada o confirma lo que pensamos.
A Sor Faustina le causaba mucho dolor que ningún pintor pudiera representar la imagen de Jesús Misericordioso tal como ella la veía, pero en una visión (aquí tenemos más locuciones)Jesús le reveló que lo importante no es la calidad de la imagen sino el efecto que hace en nuestro interior (las palabras exactas no las recuerdo, pero en algún lugar las tengo).
Como verá Ramon, no tan impecable, pero si exelente su exposición.
Gracias.
Dios nos bendiga