Santa Úrsula: entre la historia y la leyenda (I)
(Recientemente comentaba en un artículo lo mucho que podría dar de sí el tema de Santa Úrsula y sus Once (Mil) Vírgenes. Así que pedí a mi amigo Antonio Barrero que hiciese una síntesis de lo que trae la Bibliotheca Sanctorum –enciclopedia extensa que compendia las investigaciones de los Bolandistas con otras fuentes- acerca de esta cuestión. Este artículo, y los que vienen, son una redacción desarrollada de esa síntesis).
En lo que conocemos acerca de Santa Úrsula –también llamada Santa Ulla-, en su vida y martirio, se mezclan la historia y la leyenda. La primera passio de la que se tiene conocimiento fue escrita en el año 975, pero el mismo documento asegura que los hechos narrados “fuit tempore vetusto”, es decir, ya eran antiguos por aquel entonces. Esto podría confirmar las teorías que sitúan a esta mártir en torno al siglo IV de nuestra era, y no el VIII o el IX como tradicionalmente se ha venido creyendo.
Esta passio del año 975 –atribuida al monje Enrique de San Bertino- contiene una primera aproximación básica de lo que ha venido siendo la tradicional leyenda de la Santa: ella era la hermosa y piadosa hija de un rey bretón, que después de haber consagrado a Dios su virginidad, fue pedida en matrimonio por Etéreo (Aetherius) que era hijo de un rey pagano. Como una respuesta negativa por parte de Úrsula hubiese conducido a la guerra, ella, aconsejada por un ángel durante un sueño, pidió una tregua de tres años para tomar la decisión definitiva e hizo prometer a su futuro esposo que abrazaría la fe cristiana antes del matrimonio. Acabada la tregua, huyó por mar en once barcos acompañada de once mil compañeras, pero una gran tormenta las hizo adentrarse por el estuario del río Waal y llegaron hasta Colonia. Allí de nuevo se le apareció el ángel y le profetizó que serían todas martirizadas en aquel mismo lugar en el plazo de un año, y le aconsejó peregrinar a Roma. De modo que navegaron el Rhin hasta Basilea y desde allí, a pie, alcanzaron Roma. En el plazo establecido por el ángel regresaron por el mismo lugar a Colonia, recién conquistada por los hunos, que las mataron a todas. Úrsula, en concreto, fue atravesada por una flecha al no querer desposarse con el cabecilla de los hunos. Gracias al sacrificio de las doncellas por la fe y la pureza, Colonia fue liberada de los enemigos que huyeron poco después. Los habitantes de la ciudad recuperaron sus cuerpos y un hombre llamado Clemacio (Clematius), venido de Oriente, construyó una basílica en el mismo lugar del martirio.
Hasta aquí la información dada en la passio de 975. Pero en el siglo XI aparece una nueva passio que básicamente es la misma, aunque con algunos añadidos, y ésta llegó a hacerse más popular que la primera. En ella es donde aparece por vez primera un Papa de nombre Ciríaco, que habría sufrido martirio con Úrsula –la justificación de su no aparición en la lista de Papas venía por un dato en la leyenda, según el cual, al dejar voluntariamente la Sede por sufrir el martirio contrariamente a las opiniones de sus consejeros, no fue honrado ni recordado por sus sucesores-. Posteriormente la leyenda conoció mayor desarrollo con las revelaciones de la Beata Isabel de Schönau (De Exercitu Virginum Coloniensium) y con añadidos por parte de otros autores, principalmente germánicos.
Por tanto, aunque se puede concluir que la leyenda de Santa Úrsula y compañeras mártires no es más que eso, una leyenda, ésta tiene un primitivo núcleo de carácter histórico. Éste se prueba por una inscripción en el coro de la iglesia de Santa Úrsula en Colonia, que dice:
“Clematius, senador venido del Oriente por inspiración divina, construyó con su propio dinero esta basílica, a fin de cumplir el voto realizado al enterarse de tamaño sacrificio”.
Han existido diversas controversias sobre esta inscripción, sin embargo hoy día es admitida como auténtica y ha venido a fecharse entre los siglos IV-V, lo que probaría la antigüedad del martirio de un grupo numeroso de vírgenes en Colonia. Las excavaciones más recientes en esta iglesia han demostrado que fue construida sobre un cementerio romano. Cuando en el año 1106 fue ampliada la ciudad de Colonia, fue hallado junto a la iglesia un cementerio (Ager Ursulanum), cuyos restos humanos fueron considerados como pertenecientes a las mártires: aquí empezó el reparto de cráneos y huesos por toda Europa.
Meldelen
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