El Santo Niño Doctor de los Enfermos
En el estado de Puebla, muy cercano a la capital de México, se encuentra una población de nombre Tepeaca, lugar famoso por haber sido aquí donde Hernán Cortés escribiera su segunda carta de relación al rey de España. Esta ciudad sigue dando frutos de devoción y amor a Cristo y especialmente en su infancia, como es el caso de la imagen del Santo Niño Doctor de los Enfermos.
Se cuenta que en la ciudad de México una de las religiosas josefinas poseía una bella talla del Niño Jesús, que decidió rifar entre las hermanas de la congregación, saliendo premiada la hermana Carmen Barrios. La imagen fue puesta a veneración primeramente en el hospital Concepción Béistegui, en el cual ayudaban las religiosas josefinas, y en este sitio es donde se le da primeramente el título de “Niño Doctor”. La hermana Carmen fue enviada a servir en el hospital de Tepeaca, recientemente inaugurado, pues el presidente municipal en persona había solicitado la ayuda a la congregación para que atendieran el recinto. Corría el año de 1942 cuando las hermanas llegan a esta localidad, llevando consigo la preciada y venerada imagen, que, como había sucedido en su residencia anterior, comenzó a obrar prodigios a quien afligido recurría a su auxilio, por lo que muchos le comenzaron a llamar también el “Santo Niño del Hospital”.
Tiempo después las religiosas fueron trasladadas a Tehuacán, Puebla y se llevaron consigo la imagen, pero fue reclamada de regreso por los pobladores de Tepeaca quienes se habían encariñado con ella. Hacia 1961 debido a la gran devoción que el pueblo le prodigaba a la imagen se estableció la festividad del "Santo Niño Doctor de los Enfermos" el 30 de abril, fecha en que México festeja el "día del Niño”. Debido a su avanzada edad, la hermana Carmen Barrios se mudó a la casa de la señorita Trinidad Torres, donde siguió siendo venerada la imagen por sus devotos en el oratorio particular de la última, hasta el 5 de julio de 1963, fecha del fallecimiento de la religiosa josefina. Al poco tiempo, para cumplir con la última voluntad de la hermana Carmen, la imagen del Santo Niño fue llevada a un altar lateral en la parroquia de San Francisco de Asís. En este sitio se encuentra hasta el día de hoy, junto a los restos de la que en vida fuera dueña de la imagen.
La preciada imagen mide aproximadamente 75 cm de altura, tiene mejillas sonrosadas y viste una blanca bata de doctor que lleva bordada las palabras Dr. Jesús H.H. J.J. en el bolsillo izquierdo, estas siglas significan el nombre de Jesús (algo similar al JHS o IHS), de la misma forma en que los médicos llevan su nombre en la bata y con la duplicidad de las letras por estética. Lleva su maletín de doctor y su estetoscopio, y en otras ocasiones es vestido como cirujano, completamente de azul; cosa que bellamente nos recuerda que Cristo es el médico de cuerpos y almas, que es el Único remedio de nuestros males y la medicina del espíritu.
Los milagros de este Divino Infante se cuentan por miles, y según se dice, sus mejillas palidecen cuando está ayudando a algún enfermo grave y se sonrosan cuando el enfermo ha sanado. También se cuenta, como suele suceder en muchas de las imágenes de gran devoción, que se le gastan los zapatos porque sale a curar a sus enfermos en las noches, por lo que constantemente se le compra un nuevo par de zapatos, cosa que de todos modos no hace falta pues muchos le son obsequiados a modo de exvotos por los milagros recibidos.
Por: Lic. André Efrén Ordóñez.
Y yo, como siempre, que me gusta apostillar algo cuando el artículo no es mío, primero le doy las gracias a André por su artículo, y luego a comentar algo sobre la imagen. La verdad es que me llama muchísimo la atención (por desconocimiento de la cultura mexicana, claro está), como a una imagen de reciente devoción (40 o 50 años es nada en devociones) le surgen leyendas típicas de siglos pretéritos. Es normal que leyendas como esas de los paseos nocturnos se creyeran en el pasado, muy pasado, y se arrastren hasta hoy como tradiciones, pero me asombra que nazcan en pleno siglo XX, cuando ya es hora de dar a la imagen si justo valor: imagen inanimada que representa, remite a una realidad superior: Dios presente en sus santos.
El título "Salus Infirmorum" existe desde hace mucho en la Iglesia, aunque referido a la Madre de Dios, y lo llevan varias advocaciones marianas, le corresponde plenamente y con más derecho a Cristo.
Y la imagen en sí, pues hay que decir que tiene su encanto, se nota que es una imagen "de belén" sentada y vestida, parece estar en su policromía original, aunque los dedos se notan rehechos sin mucho arte. Probablemente sea una imagen de finales del XIX o principios del XX y de buena factura, cosa que no tienen ni por asomo los cientos de imágenes que pretenden prepresentar esta devoción. Y, por último, es interesante como la identificación se hace con el típico médico visitador, con el maletín cuasi mágico del que sacaban todas las pócimas necesarias, aquellos médicos de antaño.
6 comentarios
Creaciones Carlos García -
André Efrén -
Tacho Juàrez Herrera -
Ángel Luis Estecha González, pbro. -
Por otra parte, referida a Jesús, las Siervas de Jesús de Santa María Josefa del Corazón de Jesús Sancho de Guerra (con Casa Madre en Bilbao), utilizan la expresión "Cor Iesu, Salus infirmorum", al menos figura esta inscripción sobre la entrada de su capilla en la Comunidad de Cuenca.
Ángel Luis Estecha González, pbro. -
Germàn -