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Tus preguntas sobre los Santos

Devociones Mexicanas

El Santo Niño Doctor de los Enfermos

El Santo Niño Doctor de los Enfermos

En el estado de Puebla, muy cercano a la capital de México, se encuentra una población de nombre Tepeaca, lugar famoso por haber sido aquí donde Hernán Cortés escribiera su segunda carta de relación al rey de España. Esta ciudad sigue dando frutos de devoción y amor a Cristo y especialmente en su infancia, como es el caso de la imagen del Santo Niño Doctor de los Enfermos.

Se cuenta que en la ciudad de México una de las religiosas josefinas poseía una bella talla del Niño Jesús, que decidió rifar entre las hermanas de la congregación, saliendo premiada la hermana Carmen Barrios. La imagen fue puesta a veneración primeramente en el hospital Concepción Béistegui, en el cual ayudaban las religiosas josefinas, y en este sitio es donde se le da primeramente el título de “Niño Doctor”. La hermana Carmen fue enviada a servir en el hospital de Tepeaca, recientemente inaugurado, pues el presidente municipal en persona había solicitado la ayuda a la congregación para que atendieran el recinto. Corría el año de 1942 cuando las hermanas llegan a esta localidad, llevando consigo la preciada y venerada imagen, que, como había sucedido en su residencia anterior, comenzó a obrar prodigios a quien afligido recurría a su auxilio, por lo que muchos le comenzaron a llamar también el “Santo Niño del Hospital”.

Tiempo después las religiosas fueron trasladadas a Tehuacán, Puebla y se llevaron consigo la imagen, pero fue reclamada de regreso por los pobladores de Tepeaca quienes se habían encariñado con ella. Hacia 1961 debido a la gran devoción que el pueblo le prodigaba a la imagen se estableció la festividad del "Santo Niño Doctor de los Enfermos" el 30 de abril, fecha en que México festeja el "día del Niño”. Debido a su avanzada edad, la hermana Carmen Barrios se mudó a la casa de la señorita Trinidad Torres, donde siguió siendo venerada la imagen por sus devotos en el oratorio particular de la última, hasta el 5 de julio de 1963, fecha del fallecimiento de la religiosa josefina. Al poco tiempo, para cumplir con la última voluntad de la hermana Carmen, la imagen del Santo Niño fue llevada a un altar lateral en la parroquia de San Francisco de Asís. En este sitio se encuentra hasta el día de hoy, junto a los restos de la que en vida fuera dueña de la imagen.

La preciada imagen mide aproximadamente 75 cm de altura, tiene mejillas sonrosadas y viste una blanca bata de doctor que lleva bordada las palabras Dr. Jesús H.H. J.J. en el bolsillo izquierdo, estas siglas significan el nombre de Jesús (algo similar al JHS o IHS), de la misma forma en que los médicos llevan su nombre en la bata y con la duplicidad de las letras por estética. Lleva su maletín de doctor y su estetoscopio, y en otras ocasiones es vestido como cirujano, completamente de azul; cosa que bellamente nos recuerda que Cristo es el médico de cuerpos y almas, que es el Único remedio de nuestros males y la medicina del espíritu.

Los milagros de este Divino Infante se cuentan por miles, y según se dice, sus mejillas palidecen cuando está ayudando a algún enfermo grave y se sonrosan cuando el enfermo ha sanado. También se cuenta, como suele suceder en muchas de las imágenes de gran devoción, que se le gastan los zapatos porque sale a curar a sus enfermos en las noches, por lo que constantemente se le compra un nuevo par de zapatos, cosa que de todos modos no hace falta pues muchos le son obsequiados a modo de exvotos por los milagros recibidos.

Por: Lic. André Efrén Ordóñez.

Y yo, como siempre, que me gusta apostillar algo cuando el artículo no es mío, primero le doy las gracias a André por su artículo, y luego a comentar algo sobre la imagen. La verdad es que me llama muchísimo la atención (por desconocimiento de la cultura mexicana, claro está), como a una imagen de reciente devoción (40 o 50 años es nada en devociones) le surgen leyendas típicas de siglos pretéritos. Es normal que leyendas como esas de los paseos nocturnos se creyeran en el pasado, muy pasado, y se arrastren hasta hoy como tradiciones, pero me asombra que nazcan en pleno siglo XX, cuando ya es hora de dar a la imagen si justo valor: imagen inanimada que representa, remite a una realidad superior: Dios presente en sus santos.

El título "Salus Infirmorum" existe desde hace mucho en la Iglesia, aunque referido a la Madre de Dios, y lo llevan varias advocaciones marianas, le corresponde plenamente y con más derecho a Cristo.

Y la imagen en sí, pues hay que decir que tiene su encanto, se nota que es una imagen "de belén" sentada y vestida, parece estar en su policromía original, aunque los dedos se notan rehechos sin mucho arte. Probablemente sea una imagen de finales del XIX o principios del XX y de buena factura, cosa que no tienen ni por asomo los cientos de imágenes que pretenden prepresentar esta devoción. Y, por último, es interesante como la identificación se hace con el típico médico visitador, con el maletín cuasi mágico del que sacaban todas las pócimas necesarias, aquellos médicos de antaño.

El Santo Niño Cieguito de Puebla

El Santo Niño Cieguito de Puebla

En la ciudad de Puebla, Puebla en México, en el convento de las monjas capuchinas se venera una curiosa imagen del Niño Dios con la peculiaridad que a muchos sorprende de estar llorando lágrimas de sangre. Esta imagen del siglo XVIII está envuelta en una leyenda que, como suele suceder en estos casos, tiene varias versiones: la primera y más difundida nos habla de un “hereje u hombre falto de fe”, y la otra nos habla de un ladrón. En ambos casos el fin es el mismo; terminan profanando la imagen del Niño Jesús.

Según estas leyendas, esto sucedió el 10 de agosto de 1744 en el convento de la Merced de la ciudad de Valladolid (hoy Morelia) en el estado de Michoacán. Debido a que el patrón del templo anexo era San Lorenzo, después de las festividades en honor al Santo se desató una tormenta. El hombre “falto de fe” se guareció dentro del templo y al estar dentro comenzó a atacar a las imágenes, en especial la de Nuestra Señora de la Merced a la que arrebató el Niño Jesús de los brazos. Huyó con él a las afueras de la ciudad, donde furioso, comenzó a desmembrar la imagen, quitándole piernas y brazos, por lo que la imagen del Niño comenzó a derramar lágrimas de sangre. Esto aumentó la ira del hombre quien, con el punzón que sostenía la imagen a la Virgen, le arrancó los ojos dejándole las cuencas vacías. Esto no detuvo el llanto, por lo que le dio 33 puñaladas y decidió abandonarlo entre piedras en el cerro de Punjuato.

La segunda leyenda, como ya menciono, nos habla nuevamente de la festividad de San Lorenzo y un hombre que se esconde en la iglesia esperando que terminen las celebraciones litúrgicas. Al concluir estas y quedar el templo oscuro comenzó a arrancar las joyas de las imágenes y al ver los hermosos adornos que tenía la imagen de la Virgen de la Merced decidió robarlas, pero al intentarlo sintió la mirada del Niño sobre si y oyó que este daba alaridos. El ladrón quiso callarlo tapándole la boca con las manos, pero a la imagen le salieron dientes y mordió al delincuente.

Enfurecido el hombre sacó un puñal y le arrancó a la imagen del Niño las esmeraldas que tenía por ojos. El niño dejó de morderlo, pero comenzó a derramar lágrimas de sangre de las cuencas vacías. Asustado el hombre ante aquel portento, decidió llevarse consigo la imagen y dejarla enterrada en un agujero para tratar de ocultar su sacrilegio.

Según se nos narra, un indígena encontró la imagen y la llevó de regreso al templo, donde fue recibido con gran tristeza y arrepentimiento por la manera en que había sido profanado. El padre fray José Miguel Durán de la Huerta O.M., superior del convento, decidió enviar a la imagen al convento de capuchinas de Puebla, explicándole a la abadesa, Sor María Manuela Josefa lo que había sucedido con ella y pidiéndole fuera resguardado en su convento para que se le hicieran homenajes de expiación y desagravio.

La imagen fue recibida en Puebla con una misa solemne y las capuchinas se encargaron de su custodia hasta el día de hoy. Durante todo el año permanece resguardado en el convento de donde solo le sacan en su festividad que es el día 10 de agosto.

La fotografía más popular que se conoce del Niño Cieguito es una foto de la réplica que existe en el templo de las Capuchinas, puesto que de la original existen muy escasas fotografías. En la original se nota la naturalidad de las lágrimas de sangre siendo derramadas de sus cuencas. La imagen es ataviada con los símbolos de la pasión, una corona de espinas, los clavos, una Cruz, y en una de sus manos lleva una bandeja con dos ojos recordando su profanación. Esto ha propiciado que sea considerado patrón de los ciegos, enfermos visuales y todas las enfermedades de la vista. Es una imagen que impresiona a la mayoría, pero esto no ha evitado que tenga una gran cantidad de devotos.

Las leyendas que se narran sobre esta imagen están llenas del barroco de la época aunque la del ladrón parece un poco más factible que la del hombre falto de fe que, sin razón ni motivo, comienza a profanar las imágenes. Ambas leyendas tienen muchos elementos milagrosos, además no se puede olvidar la importancia que se daba en esta época a la imagen religiosa, llegándolos a considerar muchos casi como si se tratara del mismo Cristo, lo que avala también la posibilidad de una profanación a este tipo de imágenes solo por el desafecto a este tipo de creencias. Esto mismo es lo que complica, como en la mayoría de los casos, conocer cuál es el relato que más se acerca a lo que realmente ocurrió.

Lic. André Efrén Ordóñez Capetillo.

Gracias, André, una vez más por traernos algo sobre estas devociones del otro lado del mar. Y bueno, yo mismo soy el primero en considerarla una imagen horrenda, tanto por la forma, como por el fondo. Ni por asomo se ven rastros de "ojos arrancados", sino simplemente cuencas que no han tenido ojos jamás. A saber quien fue el de la idea de hacerlo así y, con el tiempo, dotarlo de una leyenda propia. Añadido el "misterio" de que solo sale una vez al año, ya tenemos toda una historia. Eso y que la imagen está repintada, no queda de la pintura original ni rastros. Y si hablamos de las demas imágenes de este niño, todas dan espanto, las modernas, peor. En fin, para gustos, colores...

Ramón.

El Santo Cristo de las Ampollas

El Santo Cristo de las Ampollas

Durante el siglo XVII, época en la que nacieron muchas devociones en el territorio novohispano, en la península de Yucatán  no fue la excepción. Según nos cuentan las leyendas, en la población de Ichmul, Yucatán un vaquero vio durante varios viernes de cuaresma como un árbol resplandecía, lo que le hizo ir a avisarle al cura del pueblo de tal portento, quien acudió al lugar para observar con sus propios ojos tal prodigio por lo que se decidió cortar el árbol y llevarle a la casa cural. Estando en resguardo en la parroquia no volvieron a suceder los extraños resplandores ni ningún otro suceso extraño, hasta que un día apareció un escultor y el párroco le pidió que esculpiera el madero, a lo que el artista le dijo que haría un Cristo. El escultor se encerró en una habitación y a la mañana siguiente al ir a buscarle el sacerdote, el joven había desaparecido dejando la imagen del Cristo terminada que había sido realizada en una sola noche (1), por lo que el Cristo fue puesto en el altar inmediatamente y la noticia de aquel prodigio se hizo tan famosa que muchos llegaban a pedirle favores a la imagen.

Hacia 1651 durante un novenario que se celebrara en el templo un incendio consumió por completo el lugar, lo que dio pie al nombre que lleva por título esta imagen, puesto que se realiza la maravilla de que las llamas respetan la imagen del crucificado, dejando solo como señas unas ampollas por todo el cuerpo del Cristo.

Al saber de este milagro de la preservación del Cristo, el obispo de Yucatán, Luis  de Cifuentes y Soto Mayor decidió llevar al milagroso Cristo de Ichmul a la capital, Mérida, a pesar de la negación de los fieles de Ichmul. El obispo logró su cometido y al Cristo se le colocó en la catedral, en el altar de ánimas. El mismo obispo comenzó la realización de una capilla para contener la imagen, que fue terminada por su sucesor Luis Rodríguez de Villamil. Posteriormente un milagro hizo que la fama del Cristo creciera a un más, y fue el salvar a la ciudad de una  terrible peste con lo que se instituyo una procesión en su honor en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.

En 1717 el papa Clemente XI aprobó la Hermandad del Santísimo Cristo de las Ampollas y lágrimas de San Pedro en la catedral de Mérida. Durante el siglo XX en 1915 durante la persecución religiosa en la entidad a manos del gobernador Salvador Alvarado, la imagen del Cristo de las Ampollas fue destruida, por lo que la actual es una réplica que se mandó a hacer a Querétaro por orden del arzobispo Martín Tritschler y Córdova. Las festividades en honor al Cristo de las Ampollas se realizan entre septiembre y octubre con una gran afluencia de devotos y procesiones de cofradías y gremios que le tienen por patrón, los principales días son del 14-17 de septiembre.

 


(1) Hay que hacer notar que este milagro de la imagen que se realiza en una sola noche es algo muy común y repetitivo de ver en muchas advocaciones principalmente de Cristo y sobre todo las que son del periodo colonial, por lo cual puede ser que solo sea un agregado a sus leyendas para acrecentar el renombre de la imagen

 

Lic. André Efrén Ordóñez Capetillo

Tienes mucha razón en lo de la repetición del milagro en la hechura de la imagen. Tanto en la rapidez y desaparición del escultor, como en la procedencia de un arbol misterioso. Cuba tiene al menos, que yo conozca, dos casos, el Cristo de la Misericordia y el Cristo del Jacán, ambos en Matanzas.
Y quiero puntualizar que en este caso, la pregunta la realicé yo a nuestro querido André, intrigado por ese nombre "de las ampollas". André nos hace este regalito en forma de artículo, dos veces bienvenido: por el artículo en si y porque me socorre en mi habitual falta de tiempo. Gracias, André.

Ramón

El Santo Niño del Consuelo

El Santo Niño del Consuelo

En el municipio de Chalma, Estado de México, lugar famoso por el Santuario en el que se venera al Cristo crucificado conocido como Señor de Chalma, en ese mismo Santuario se venera una imagen de Jesús niño conocido como “El Santo Niño del Consuelo” dentro de una urna de madera y bronce. La imagen de madera, del siglo XVII parece ser que es obra de un artista de apellido Solache. El Santuario donde se venera al Niño y al Santo Cristo comenzó a ser construido hacia 1623 por el agustino Bartolomé de Jesús María, hasta el día de hoy el Santuario sigue estando a cargo de la Orden de San Agustín.

Entre las leyendas que se cuentan acerca de la imagen del Niño del Consuelo, es que la imagen aumenta de tamaño, muchos dicen que alrededor de hace 20 años creció tanto que se salió del nicho en el que estaba y tuvieron que hacerle uno más grande y que mientras esto se hacía se lo llevaron a Roma (aun sigo con la duda de que razón podrían tener para llevarlo a Roma), estas creencias puede ser que se basen solo en una forma mística de explicar el porqué en alguna ocasión la imagen del Niño fue cambiado a una urna más grande, también hay que recordar que al ser una imagen de madera en ocasiones este material tiende a expandirse, pero muchas veces los devotos prefieren ver señales milagrosas en hechos más sencillos.

A la imagen acuden especialmente las madres a rogarle por sus hijos pequeños, lo que ah propiciado que se le llame Niño del “Consuelo” porque consuela a las madres afligidas, quienes llevan a los niños a tocar la urna donde se encuentra el Niño Jesús y luego le acarician la cabeza al menor, todo esto también le ha ganado ser conocido como “abogado de los niños”, cuando el Niño del Consuelo favorece a alguien con un milagro la forma de agradecérselo es llevándole juguetes o ropa de bebé.

Las festividades en honor al Niño del Consuelo se llevan a cabo del 16 de diciembre al 6 de enero, siendo los días más importantes, el 24 y 25 de diciembre y el 6 de enero. Durante la feria navideña, como se le conoce a la festividad en honor al Niño, se reciben peregrinaciones de muchos pueblos vecinos y de otros estados de la república mexicana, estas fiestas están llenas de danzas y diversos rituales, del mismo modo cada noche hasta el 24 de diciembre se cantan las posadas y el 24 se lleva a cabo las mañanitas al Niño y la danza de las “pastoras” que son niñas o mujeres vestidas de blanco o rosa con velo y corona de flores que cantan villancicos al Niño del Consuelo y cantos al Señor de Chalma, para después d escuchar la misa de gallo entre todos arrullar al Niño del Consuelo antes de ser puesto en el nacimiento. Mientras, uno de los peregrinos porta en su mano una gran estrella de cartón con listones de colores que la mueve de lado y lado, simbolizando que ellos fueron guiados por la estrella de Belén hasta el Niño del Consuelo. Al siguiente día 25 de diciembre se hace cambio de mayordomos en algunos gremios y después de hacerse el cambio todos los peregrinos de ese gremio pasan a besar al Niño del Consuelo.

Oración al Niño del Consuelo
Divino Niño Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, Tú que eres el único salvador de los hombres, y estás representado en esta hermosa imagen del Niño del Consuelo de Chalma; te rogamos por todos los niños, especialmente por los enfermos, desamparados, incomprendidos y maltratados. Ilumina el entendimiento de los padres, maestros y legisladores, a fin de que conozcan y respeten los derechos humanos en los niños. Te lo pedimos por tu gran misericordia, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Por: André Efrén Ordóñez Capetillo

Una vez más, André, gracias por traernos algo más sobre las tierras mexicanas, en cuyas tradiciones y devociones estoy en cero. Me enamoré de esta imagen en cuanto vi la fotografía, es una imagen preciosa!!!

Ramón

El milagro de las flores, en Cristo

El milagro de las flores, en Cristo

Interesado por el tema de los panes convertidos en rosas, nuestro André nos regala este artículo, con su variante mexicana y en imágenes de Cristo. Gracias, André:



El milagro de los panes o alimentos que se convierten milagrosamente en flores o en otros objetos no es exclusivo de la vida de algunos santos, también existen algunas advocaciones especialmente imágenes de Cristo a los que se les atañen milagros muy similares a los narrados en varias vidas y leyendas de santos, tratare tres temas en particular que son los más famosos en el caso de México no son los únicos pero si los que más popularidad han alcanzado por este milagro, me refiero en especial a tres Cristos, dos son crucificados (el Señor de Villaseca, del Mineral de Cata de Guanajuato y El Señor de las Maravillas de El Arenal, Hidalgo) y uno de ellos es un Nazareno en el momento de una de las tres caídas, El Señor de las Maravillas de Puebla, en la imagen.

Las tres imágenes son coloniales y en los tres casos el milagro que se narra es muy similar: Trata sobre una mujer infiel que engaña a su marido y que todas las mañanas le lleva en una canasta alimentos a su amante, el esposo al enterarse del engaño de la mujer decide seguirla con un cuchillo o puñal en la mano y al verla salir con la canasta la intercepta y al preguntarle que lleva en la canasta, la esposa contesta “flores para el Señor” (en las diferentes versiones dice: “flores para el Señor de Villaseca”, “flores para el Señor de la Caída” y “flores para el Señor de los Laureles” que en el caso de los dos últimos eran los antiguos nombres que recibían esas imágenes antes del susodicho milagro). El marido, incrédulo, raja con su navaja (puñal o cuchillo) o tira la canasta para percatarse de lo que lleva dentro. Se da cuenta que en verdad lo que había eran flores, habiéndose transformado los alimentos que la mujer llevaba a su amantes en flores para el Cristo.

Analizando versiones:
1. En el caso del Señor de Villaseca, la mujer está casada con un minero, cosa que se entiende siendo que el Señor de Villaseca pertenece a la mina del real de cata. En los otros dos, a veces el marido está en la cárcel o simplemente es un marido celoso.

2. Los nombres de los personajes varían, nunca coinciden, lo mismo en algunas versiones dicen en donde vivían dichas personas y hasta en que calle sucedió el milagro.

3. En el caso del Señor de Villaseca, una de las tres versiones que revisé va aún más allá que las otras versiones al decir que al levantar el marido la servilleta para ver el contenido de la canasta, los alimentos se convirtieron en ramos de flores (no especifica cuáles), el atole (bebida a base de maíz) en vino para la misa, las tortillas (alimento a base de maíz en forma plana y redonda muy típica de México) en hostias, y los frijoles (judías) en granos de incienso.

4. Otras versiones del mismo Señor de Villaseca dice que los alimentos se convirtieron en rosas y aquí entra la diferencia con las versiones de los otros dos Cristos, en los cuales los alimentos se transforman en una clase de flor morada llamada “maravillas”, lo que hace que a la imagen en cuestión se le comience a nombrar “Señor de las Maravillas”.

5. En la mayoría de las versiones al siguiente día del hecho milagroso el amante de la mujer aparece muerto (parece que al amante ni un milagro lo salvaba ya del marido celoso), y tanto la mujer del milagro como su esposo desaparecen de la ciudad y nunca más son vueltos a ver.

Analizando fechas y devoción:
En el caso de este milagro, es difícil poder saber si le corresponde a los tres, o si fue copiado de uno de ellos a los otros Cristos o si es una copia de los milagros en las leyendas de santos como Santa Isabel y San Diego de Alcalá.

1. Por fechas el más antiguo es el Señor de Villaseca, que es una escultura del siglo XVI, siendo que el Señor de las Maravillas de Puebla, es una imagen entre el siglo XVII, y del XVIII el Señor de las Maravillas de El Arenal, del que no se consolidan su Santuario y devoción sino hasta principios del siglo XIX.

2. Quizás por antigüedad de la talla, podríamos decir que el milagro corresponde al Cristo de Villaseca, pero hay que decir que a pesar de que la versión de este Cristo es la que más datos da, no es el único milagro famoso sobre esta imagen, ni el que le da su nombre, cosa que si sucede en los otros dos.

3. El milagro de las flores es más famoso en el Señor de las Maravillas de Puebla que en el de El Arenal. Además, la devoción que recibe el primero es mucho mayor que el segundo. Pudiera darse el caso de que en alguno de los dos Señor de las Maravillas, por querer darle una explicación “milagrosa” a su advocación copiara o inventaran esta leyenda del marido celoso y las “maravillas” que aparecen en la canasta.

Como conclusión debo decir que es muy difícil poder saber esta leyenda de donde vino, y en que Cristo fue primero, si en los tres se dio este milagro, si en los tres no es más que un añadido para aumentar su devoción. En el caso del Señor de Villaseca podría ser, pues como he dicho no es el único milagro famoso que se cuenta de él aunque sí el más popular. En devoción el que más tiene y el que más famoso ha hecho este milagro es el Señor de las Maravillas de Puebla.

Se vuelve aún más difícil siendo que no existen muchos estudios a fondo sobre el culto a estas imágenes y que por lo general esta leyenda se cuenta oralmente no existiendo prueba que pueda dar fe de dicho milagro, aunque en el caso del Señor de Villaseca se habla de un retablo que lo narraba pero que ya ha desaparecido del templo. A todo esto muchas veces la Iglesia prefiere decir que se le da el nombre de “Señor de las Maravillas” por los milagros tan maravillosos que obra Cristo, para de esta forma no meterse en controversia ni en historias legendarias.

Lic. André Efrén Ordóñez Capetillo

El Señor de la Ascensión de Cachuy

El Señor de la Ascensión de Cachuy

Una fe que mueve montañas.
Cuarenta días después de la Pascua de Resurrección, las provincias de Cañete y Yauyos, en el departamento de Lima, rinden culto al Señor de la Ascensión en un pueblito escondido, llamado Cachuy, ubicado a 3700 metros sobre el nivel del mar en medio de un agreste y casi inhóspito paisaje, entre abismos y quebradas. Es una imagen de apenas medio metro (tal vez menos) pero que atrae una multitud, que el paso de los años sólo hace aumentar. Al Señor de la Ascensión nadie le dijo donde quedarse, él escogió el lugar y la ruta que debían seguir sus fieles para saludarlo.

Un poco de historia… (y leyenda).
En la primera década del siglo XVI, coincidieron en Lima, Santo Toribio de Mogrovejo (23 de marzo), San Francisco Solano (14 de julio), San Martín de Porres (3 de noviembre) y Santa Rosa de Lima (23 y 30 de agosto), españoles de nacimiento los dos primeros y peruanos los dos siguientes. En ese momento, el Perú vivía el esplendor y auge de la religión católica, el fervor religioso traspasaba frontera con la consolidación cultural virreinal, comenzando a apreciarse los frutos de la primera evangelización. A mediados de siglo se inició lo que sería más tarde la devoción al Señor de los Milagros y casi al finalizar el siglo, en Yauyos, el Señor de la Ascensión.

Según la tradición, entre los años de 1690 y 1712 un pastor llamado Martín Barrios pastaba su ganado vacuno en los pastizales de la zona. Un día próximo a la festividad de San Lorenzo, se le extraviaron sus vacas y habiendo salido a buscarlas, llego hasta una pampa pedregosa llena de malezas y espinas; encontrando en ese lugar al ganado extraviado. Junto al ganado Martín Barrios diviso una pequeña figura humana que parecía ser la de un niño vestido con una túnica blanca. Sorprendido por tan extraño hallazgo, el pastor cogió la estatuilla y tomándolo por el patrón de los pastores San Lucas, se lo llevó a su choza distante a 5 km. del actual pueblo de Cachuy.

Al llegar a su choza, Barrios contó de lo sucedido a su esposa y colocó a la imagen en un improvisado altar. A los pocos días, el pastor notó con sorpresa que la imagen había desaparecido misteriosamente del lugar (milagro que suele repetirse con otras  imágenes). Paralelamente a la desaparición, el ganado del pastor volvía a extraviarse. Barios se echó a buscar al ganado perdido y lo ubicó por segunda vez en el mismo lugar donde anteriormente fue encontrado. Mayor fue su sorpresa al encontrar junto a las vacas a la imagen que había desaparecido de su choza. El misterioso acto de desaparición aconteció muchas veces, optando luego Martín Barrios, por edificar una capillita junto a su morada al imaginar que su modestísima choza era inadecuada para albergarlo; Con mucho fervor y devoción, Barrios y su familia le rendía culto con la seguridad que el santo patrón le dispensaría con el don de acrecentar su ganado. A pesar del solicito culto que le rendían, la imagen volvía a desaparecer; siendo encontrado por el pastor cada vez que desaparecía, en el mismo lugar donde le encontró por primera vez.

Estando en vísperas de la festividad de San Lorenzo, Martín lleva la imagen al vecino pueblo de Putinza, donde se celebraba la fiesta, para que el párroco la bendijera y tal vez así, evitar que se desapareciera. Pero el sacerdote al examinar bien la pequeña imagen y verla con los brazos extendidos en actitud de bendecir y con la mirada fija hacia el frente, ligeramente hacia lo alto, no tuvo dudas en identificarla como la de Jesús en el misterio de su Ascensión al cielo, descartando lo que en un primer momento pensaba Martín Barrios al confundirlo con San Lucas. El sacerdote dispuso que se colocara a la imagen en un sitio preferencial del altar mayor del templo, dando la orden de que nadie la moviese de allí. Al siguiente día, antes de la misa, el sacerdote echó de menos a la imagen y viendo que no estaba, lo buscó dentro del templo sin resultados satisfactorios. Ante este suceso, el sacerdote y la gente del pueblo creyeron que Martín Barrios lo había sustraído. Las autoridades le conminaron al pastor a entregar la imagen, sin embargo, Barrios relató al pueblo y autoridades de las desapariciones anteriores, solicitando se le permitiera ir en su búsqueda.

Con el permiso concedido, el pastor Martín Barrios se trasladó hasta el lugar de siempre encontrando nuevamente la imagen, optando por quedarse en el lugar a pasar la noche. Fue en esas circunstancias que el Señor se le presenta en sueños al pastor indicándole que construya su templo en el lugar del hallazgo. Cuando Barrios despertó al siguiente día, encontró una pampa terraplenada con extensión suficiente para construir una capilla y población; las espinas, malezas y rocas del lugar habían desaparecido. Lleno de inefable gozo y sorprendido por lo ocurrido Barrios inició la construcción del primer templo apoyado por los otros pastores de la zona, iniciándose así, el culto y fervor de una de las fiestas religiosa más importante del sur-medio. Fiesta religiosa que congrega cerca de 45 mil peregrinos de todo el país, que recorren en ascenso permanente 16 km. de un serpenteante e inaccesible camino de herradura, lo que se traduce en más de 10 horas de una larga y agotadora caminata, soportando el fuerte calor de día y el intenso frío de noche, característico de las zonas andinas limeñas.

Otras versiones… (y supersticiones).
Como en todo culto, no faltan otras versiones de la historia y leyendas que se han tejido alrededor de ella. Por ejemplo, cuando era niño, me contaron que esa imagen era la de un niño que se había portado mal y en castigo lo habían convertido en imagen, y el paso del tiempo le hizo crecer el cabello y las barbas. En algunas estampas antiguas, el Señor aparecía con una mano incompleta (evidentemente por una impresión defectuosa) pero la gente le atribuía que era una de las “travesuras” del niño que se había quedado sin manos. Como observarán en la imagen, las manos no aparecen, por una cuestión muy simple: la ropa le queda grande, pues la imagen muy pequeña y no permite hacerle ropa a su medida… nada más.

También afirman sus devotos que la imagen está encadenada al altar mayor para evitar nuevas “escapadas” del Señor. Que el cabello, la barba y las uñas le crecen cada año (he conocido gente que jura haberle cortado las uñas a la imagen…) y que es muy “castigador” si no le cumplen sus promesas o se burlan de él. También te castiga si no vas movido por la fe, sino solo por el afán de aventura… ¡todo te sale mal! El camino se te hace largo, no tienes cuando llegar, tus cosas se pierden o te las roban, etc. Lo que sí es de admirar es que en este caso, la fe si mueve montañas. Como dije líneas arriba, el estrecho camino es de herradura, en constante ascenso, con dificultades como el clima, el mal de altura con abismos (han habido accidentes mortales con gente que cae al abismo) y aunque hay la posibilidad de ir a lomo de bestia, la mayoría lo hace caminando. Gente de toda edad, hasta bebés llevan a ser bautizados y gente muy anciana, solo movida por la fe y el valor de una promesa.

El punto final.
Debo decir que en la actualidad se discute acerca de la autenticidad de la verdadera imagen. Aunque para los peregrinos este punto no admite discusión, en el pueblo de Cachuy (cuya mayoría de habitantes es protestante, cosas de la vida, siendo así que el Santuario permanece la mayor parte del año cerrado) en el templo hay una imagen en el altar mayor (dicen es la verdadera) otra en la entrada (que es la que procesiona y también afirman que es la que se apareció). La polémica se agudizó cuando en el año 2000 con motivo del jubileo el Obispo dispuso que la imagen recorriera todas las poblaciones de la Prelatura. Los de Yauyos decían que la verdadera imagen jamás se había movido del santuario, que el Señor no lo permitiría, etc, mientras que los de Cañete, estaban felices de tener aunque sea un par de días la verdadera imagen en sus parroquias. La cuestión se calmó algo cuando el Obispo en la misa de fiesta del año siguiente 2001, afirmó que a estas alturas no se conoce con exactitud cuál es la verdadera imagen y que no es ella la que hace los milagros, sino Jesús en el cielo y….etc.

Germán Yactayo.

La Enrama de San Antonio

La Enrama de San Antonio

El pueblo de San Antonio de los Naranjos (actual ciudad y municipio de Cárdenas), ubicado en el estado de Tabasco en el sureste de México, fue fundado hacía el siglo XVIII por una donación de tierras hecha por el presbítero José Eduardo de Cárdenas y Romero, párroco del pueblo de Cunduacán y representante por la provincia ante las cortes de Cádiz, con el patronato como lo testifica su primitivo nombre de San Antonio de Padua.

Esta ciudad es escenario hasta la actualidad de una de las devociones populares más arraigadas en la población rural tabasqueña, la enrama de San Antonio, aunque la enrama se practica en la mayoría de los municipios y comunidades rurales de Tabasco y en los demás estados suceden actos muy similares alrededor de las fiestas patronales, cada uno tiene su matiz propio y es el caso de la enrama de San Antonio. Es una de las más famosas, junto con la de San Isidro en el municipio de Comalcalco. Días antes de la festividad del Santo, a veces el día anterior, algunas otras el mismo día de la fiesta del patrón, todas las comunidades del municipio se reúnen para presentar ante San Antonio animales vivos. Muchos donan ganado, los cuales posteriormente se venden o se cocinan para ayudar a la manutención de la parroquia. Otros, los más pobres, llevan lo que cultivan: maíz, caña, plátano, cacao, etc; en una enorme procesión que recorre las calles principales alrededor de la parroquia de San Antonio donde va presidiendo la imagen del Santo (de vestir y la más antigua de la iglesia, solo sale para su fiesta). Muchos hombres y mujeres van ataviados con el traje regional entre cánticos y oraciones. No sólo se lleva a cabo esta procesión, sino que también desfilan los taxistas y los propietarios de transporte público, así como diversas comunidades, puesto que San Antonio es de los santos más populares, siendo patrón de tres municipios.

La enrama tiene su origen prehispánico como la mayoría de las fiestas mexicanas que perduran hasta el día de hoy: ya fray Diego de Landa escribe sobre actos similares que se llevaban a cabo entre los mayas (cabe destacar que la región de Tabasco forma parte del área maya, específicamente de los maya-chontales), según nos dice Landa, durante las fiestas de sus dioses se acostumbraba sacar la imagen del dios y se le adornaba con guirnaldas de flores y ramas con hojas y se le ponía una tela a modo de falda. De esta acción de adornar al dios con flores y ramas viene el nombre de “enrama”, los mayas llevaban en la fiesta del dios toda su producción de alimentos, maíz, cacao, el famoso chorote (bebida a base de maíz y cacao), y animales vivos, algunos cocinados y otras los daban en sacrificios en honor al dios (en otras ocasiones eran jóvenes los que eran sacrificados). Algo similar a lo actual, pues ya no se sacrifican humanos o animales, pero se hace la misa que es el recuerdo del sacrificio de Cristo por nosotros. Todos los productos son bendecidos por el sacerdote y después que la imagen del Santo entra en la iglesia toda la gente hace lo mismo, dispuesta para participar en este nuevo sacrificio, pedir por intercesión de San Antonio que haya buenas cosechas y que les vaya bien en los negocios, muy similar a la creencia prehispánica.

Durante la persecución religiosa en Tabasco a manos del gobernador Tomás Garrido Canabal, se cerraron todos los templos y para tratar de acabar con estas fiestas “de fanatismo y vicio” como diría el señor Garrido, se comenzaron a imponer las ferias regionales donde se exponían los productos producidos en el municipio y se hacia una exposición ganadera, tratando con esto de acabar con las fiestas patronales, puesto que se hacían en el margen de la celebración del santo patrón de cada localidad, así como en la ciudad se hacía durante Semana Santa. En dichas ferias se ridiculizaba a Cristo y a los Santos, se nombraba a una vaca o un burro con el nombre del Papa o el Obispo en turno y se hacía mofa de ellos, de los sacerdotes y de la misa. En cada una de estas ferias no podía faltar la incineración de imágenes religiosas, en las que, por lo general, terminaba hecho cenizas el santo patrón del pueblo, si no había podido ser escondido. En el caso del pueblo de Cárdenas se organizó la feria "de la caña" y la elección de la flor de la caña alrededor del 13 de junio, para malestar del ex gobernador Garrido.

Al día de hoy aunque la feria de la caña se sigue realizando, ha quedado en completa relación a la celebración de San Antonio de Padua, al grado que se le conoce más como la feria de San Antonio, que la feria de la caña.

Hoy se puede apreciar alrededor del 13 de junio como la imagen de San Antonio es venerada por su pueblo y especialmente por las mujeres que llenan de nudos el cordón del santo franciscano esperando a que este año si se les haga vestirse de blanco y estar ante el altar, otros llenan de besos los pies del mismo o al Niño Jesús que porta en sus brazos. Para desgracia en la ciudad capital del estado la tradición ha desaparecido pero en los municipios y en las localidades rurales aún sigue persistiendo esta hermosa tradición de la enrama a los santos patrones.

André Efrén Ordóñez Capetillo.

El Señor de Atotonilco

El Señor de Atotonilco

La hermosa imagen de Jesús Nazareno, legado del barroco mexicano del siglo XVIII es venerada como su advocación nos lo indica en el árido poblado de Atotonilco (que en náhuatl significa “lugar de agua caliente”), Guanajuato, es un sitio lleno de mezquites y nopales y que en tempranas épocas fue habitado por chichimecas; para muchos este sitio es muy similar a Palestina lo cual le da un paisaje idóneo para venerar a la tan célebre imagen de Jesús Nazareno, idea la cual compartió el fundador del santuario, el venerable Luis Felipe Neri de Alfaro, del oratorio de San Felipe Neri.

Según narra la conseja popular, regresando de misionar el venerable Luis Felipe, se detuvo a descansar bajo un mezquite que había donde ahora se levanta el citado santuario, y en sueños se le apareció el Nazareno con la cruz a cuestas pidiéndole que en ese sitio se le construyera un Santuario para recordar su pasión, para que en ese lugar se hiciera penitencia y oración. Otras versiones nos dicen que habiéndole parecido tan similar a Palestina el sitio como ya se menciono le pareció ideal para un santuario donde recordar al Nazareno y como sucede en muchos casos de esta forma poder acabar definitivamente con los cultos idolátricos que se realizaban en los manantiales cercanos.

Con muchas dificultades el padre Alfaro logro conseguir el dinero para la construcción del Santuario (junto al que construyó una casa de ejercicios espirituales), gracias a limosnas y la herencia que sus padres le habían dejado.  El santuario fue dedicado el 20 de julio de 1748 colocándose en el altar mayor la imagen de Jesús Nazareno, que fue hecha según indicaciones del Padre Alfaro, basándose en el Nazareno que vio en sueños. En un principio fue nombrado por el padre Alfaro como El Señor de Aguascalientes por el significado de Atotonilco, su festividad se celebra el Tercer domingo de julio. La casa de ejercicios fue dirigida por el padre Alfaro realizando los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola con gran asistencia de penitentes como hasta la actualidad se siguen efectuando.

El Viernes Santo se realiza la procesión de penitentes en la cual, cuando aun vivía el padre Luis Felipe él mismo cargaba una cruz y una corona de espinas, y descalzo recorría varios kilómetros haciendo el viacrucis desde la población de San Miguel de Allende hasta el Santuario de Atotonilco. También buscaba a un hombre de complexión robusta para que en los momentos de las tres caídas le tirara de los tobillos con fuerza para que al caer al suelo las espinas se le enterraran en la frente y poder compartir de este modo un poco del doloroso camino del Nazareno. Aún hoy los penitentes que llegan a encerrarse por nueve días a realizar los ejercicios ignacianos portan coronas de espinas (aunque con espinas sólo por la parte exterior de la corona), cilicios, sogas y disciplinas que portan durante su estancia. El padre Alfaro, que toda su vida la pasó en el Santuario, solo caminaba de la casa cural al Santuario y de este a la casa, murió un viernes santo, 22 de marzo de 1776 y dejó en su testamento el santuario a la Orden de Predicadores de Santo Domingo.
Este santuario conocido como La Sixtina mexicana y joya del barroco mexicano, está adornado con pasajes bíblicos y de la pasión del Señor en todas las paredes y el techo, por los maravillosos pinceles de Miguel Antonio Martínez de Pocasangre y acompañado con poesías del padre Alfaro, lo que le ha valido ser nombrado por la UNESCO en el 2008 como patrimonio cultural de la humanidad.

También es conocido este templo como el Santuario de la Patria Mexicana, puesto que en este lugar el padre de la patria e iniciador de la independencia de México, el padre Miguel Hidalgo tomó el lienzo de la Virgen de Guadalupe a modo de estandarte que  se enarbolaría como bandera durante toda la gesta independentista y que le valdría a la Virgen de Guadalupe ser llamada “patrona de nuestra independencia” por los insurgentes.

Entre las poesías escritas por el padre Alfaro destaca está dedicada a su amado Nazareno:

Dulcísimo Jesús, Dios verdadero,
Nazareno divino, hermosa flor,
mi rey, mi dueño, padre y redentor,
a quien amo, en quien creo y en quien espero.

Si al sacrificio vais, manso cordero,
veis aquí lo que roba vuestro amor:
la oveja soy perdida, Buen Pastor,
cuyas culpas cargáis en el madero.

Ya que así me buscáis, me habéis de hallar,
pues yo también os busco arrepentido,
y espero que me habéis de perdonar.

Porque amor y dolor me traen rendido,
y así, ya, dueño mío, no más pecar:
perdón, ¡oh mi Jesús!, perdón os pido.

André Efren Ordoñez Capetillo