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Tus preguntas sobre los Santos

Santos poco conocidos

La Beata Eloísa

La Beata Eloísa

Aunque se la conozca como Santa Eloísa, realmente nunca ha sido canonizada. La Beata Eloísa de Coulombs (11 de febrero), más conocida como Helvisa o Helwisa, fue una reclusa francesa. Se casó con el conde Hugues II de Meulan, llamado Cabeza de Oro, pero pronto enviudó. Siendo una mujer de enorme piedad, donó gran parte de sus bienes a la abadía benedictina de Nôtre-Dame de Coulombs (cerca de Nogent-le-Roi, en la diócesis de Chartres), cuyo abad, Berengario, en 1033 recibió de ella rentas en forma de tierras para mantener las parroquias de Lainville y Montreuil-sur-Epte, como demuestra un documento de ese mismo año firmado por el conde Galeran de Meulan.

Volvió a contraer matrimonio con Alexandre Azzelin, con quien tuvo varios hijos (uno de ellos, Godofredo, llegaría a abad de Coulombs); pero al enviudar nuevamente decidió retirarse como religiosa a la misma abadía de Coulombs, a la que volvió a donar, esta vez, las tierras que le quedaban, las de la iglesia de Anthieux en la diócesis de Evreux. Esto lo confirma también un documento del año 1056 firmado por el duque Guillermo de Normandía.

En la abadía se hizo construir una celda austera, anexa al muro de la iglesia, donde se encerró para siempre y no volvió a salir. Se dice que murió el día 10 de febrero de 1066, en la festividad de Santa Escolástica, pero debió ser el dia 8, porque en el obituario de la catedral de Chartres se lee: “VI Idus Ianuari, obiit Helvisa sanctisime memorie reclusa”. En el siglo XVII ya se había perdido todo rastro de su tumba, aunque se conservaba su cráneo en un relicario del tesoro de la abadía. Puede tratarse del mismo relicario que hoy se venera en la iglesia parroquial de San Chéron de Coulombs, donde también aparece representada en una vidriera. Finalmente, su fiesta se estableció para el día 11 de febrero. Quien más ha escrito sobre ella es el hagiógrafo Mabillón (Acta VIII, págs.323-325) y Amas en su obra “Vie de Sainte Helvise” (1817). 

Como nota final diré que en algunos enlaces en francés se afirma que Santa Eloísa es Santa Luisa de Marillac, lo cual no es cierto, evidentemente: parece que se ha optado por una solución fácil al no encontrar la persona correcta, buscando un nombre parecido que no tiene nada que ver. Igualmente, tampoco tiene que ver con Eloísa, la célebre amante de Abelardo (suena tonto decirlo, pero es mejor aclarar estas cosas a la luz de lo que se va encontrando por Internet).

Meldelen

Santa Valentina y compañeros

Santa Valentina y compañeros

Pregunta: Por favor quisiera saber la vida de santa valentina. Si existio una sola santa con este nombre y si hay una estampa o escultura...etc.etc que la represente. Muchas gracias.

Respuesta: Gracias a ti por preguntar. Hay hasta tres Santas Valentinas, una mártir en Asia Menor junto con Marco y Soterico, otra que es una mártir de las catacumbas que actualmente se venera en la capilla de las Hijas de la Caridad de Nevers (Francia), y finalmente, la más conocida, que se celebra el 25 de julio junto con sus compañeros Thea y Pablo en Cesarea de Palestina, cuya vida te reseñaré brevemente.

La historia la conocemos gracias a Eusebio de Cesarea, quien en el capítulo VIII de su libro acerca de los mártires de Palestina, habla del martirio de un gran grupo de cristianos egipcios que habían sido deportados a Palestina. Eran noventa y siete hombres, con sus esposas y sus hijos, a quienes por orden del gobernador Firmiliano torturaron con extrema crueldad: les cortaron los tendones del pie izquierdo y les arrancaron el ojo derecho a todos, para luego ser condenados a trabajos forzados. Viendo este espectáculo algunos cristianos de Palestina se unieron al grupo para ser atormentados, y también un grupo que procedía de Gaza y que habían sido capturados mientras celebraban la liturgia. 

Eusebio hace hincapié en los que más atrozmente sufrieron, entre ellos “una cristiana, mujer según el cuerpo, pero viril por su valentía y coraje, se encaró con el tirano, por lo que fue flagelada, sometida al tormento del potro, y le rompieron las costillas”. A esta mujer los calendarios posteriores le dan el nombre de Ennata, o Thea, según versiones; y al parecer habría sido amenazada con ser forzada a prostituirse en un lupanar previamente.

Mientras Thea era torturada de este modo, otra mujer, no soportando la visión de este atroz espectáculo, se adelantó hasta el gobernador y empezó a gritarle: “¿Por qué tratas con tanta crueldad a esta mi hermana? ¿Me quieres torturar a mí igual que a esta joven?”. Inmediatamente la empujaron hasta el altar para forzarla a sacrificar, y como diera una patada al brasero y esparciera las brasas por el suelo, la arrojaron y revolcaron sobre ellas, quemándola. Luego las torturaron a las dos juntas y finalmente fueron quemadas vivas. Los calendarios posteriores han dado a esta segunda mujer el nombre de Valentina, “la valiente”. 

Como puede verse los nombres originales se desconocen. Además, Eusebio dice que eran dos vírgenes físicamente feas, “más parecidas a varones que a hembras, de aspecto físico despreciable, pero con una firmeza de espíritu superior a la de todos sus compañeros” y recalca que Thea era oriunda de Gaza, pero que Valentina era de Cesarea y además una mujer muy conocida en la ciudad. Mientras ambas eran quemadas vivas, en el mismo proceso fue condenado Pablo, que fue decapitado. Esto ocurrió el día 25 de Panemos, que equivale al día octavo de las calendas de agosto, esto es: el 25 de julio del año 308.

Para encontrar imágenes de esta mártir lo más fácil es que recurras a los iconos y frescos ortodoxos, que la representan muy a menudo, tanto sola como en grupo con los mártires que se celebran el mismo día (en la imagen, una obra del artista Paul Drozdowski). También es venerada en Prades (Tarragona, España) donde se ha editado alguna estampa en su honor por el día de su fiesta (la Diada de Santa Valentina).

Meldelen

Algún tiempo después de hacer este artículo, he sabido que existe otra Santa de este nombre: Santa Valentina Cherniavsky, nacida en Minsk, martirizada el año 1966. Está enterrada en el cementerio de Krysovo, en Belarus.

San Francisco Gil de Federich i Sans

San Francisco Gil de Federich i Sans

Presbítero dominico catalán, académico, misionero y mártir del Vietnam, nacido en el seno de la noble familia de los Gil de Federich de Tortosa, el 14 de diciembre del año 1702. Fue admitido como novicio en la orden dominicana a los 15 años, en Vila d’Exemple, y profesó en el convento de Santa Caterina de Barcelona el año 1718. Durante su formación religiosa maduró el deseo de darse en la evangelización de los paganos y alcanzó el firme propósito de lograrlo siendo aún estudiante de teología en la alicantina Orihuela, en 1724. Su ordenación presbiteral tuvo lugar en 1727, luego fue nombrado maestro de los frailes estudiantes, ejerció durante varios años como profesor de filosofía y, el 1 de mayo de 1729, fue admitido como miembro de la Reial Acadèmia de les Bones Lletres, galardón que se añadió a su vertiginosa carrera humanista, reconociéndole sus méritos literarios como escritor, moralista e historiador.

Por fin, en 1730, pudo ver cumplido su deseo y consiguió embarcarse y partir como misionero a las Filipinas junto con otros 24 compañeros, entre los cuales Mateo Alonso de Leciniana. Una vez en Oriente pasó a Baatán y Pangasinán donde aprendió lenguas nativas. En Manila desempeñó durante dos años el cargo de secretario del Provincial. Durante ese tiempo jamás cesó de reclamar a sus superiores que le dejasen partir hacia Tonkin, región del Vietnam del Norte sumida en la persecución del rey Vuèh-Hun. Así, a los 33 años, el 20 de agosto de 1735, comenzó viaje hacia la zona meridional de ese país y en cinco meses consiguió dominar como un nativo la lengua annanita o tonkinesa, cuyo aprendizaje constituía una auténtica pesadilla para los europeos. En ese tiempo recibió el nombre vernáculo de Ku-tê, que significa “sacrificio”, y en los primeros años de estancia logró, no sin cierta dificultad, difundir la Palabra de Dios, administrar los sacramentos y auxiliar enfermos, olvidándose de la pena de muerte decretada para los misioneros y de los peligros a los que se exponía.

En 1737 fue aprendido y cuando se le llevó a una barca donde se hallaban prisioneros otros cristianos exclamó: “Ya me habéis hecho prisionero ¿por qué lleváis presos a éstos? ¡soltadlos!” Inesperadamente liberaron a sus correligionarios pero Francisco permaneció cautivo por espacio de ocho años, en los que sufrió terrible prisión y fue expuesto a toda clase de tormentos. Sin embargo, a pesar de las humillaciones y enfermedades, ayudado por la viuda Ba-Gao, convirtió su cárcel en misión, protagonizó una ardua actividad pastoral y dirigió un fructífero apostolado durante su confinamiento. En el año 1744 el reencuentro con el padre Mateo Alonso Leciniana, preso también desde hacía un año, permitió a ambos mártires confesarse, celebrar la eucaristía y reconfortarse espiritualmente, además de compartir sus últimos meses de vida y recibir la absolución. Una vez conocida definitivamente la suerte que iba a correr, Francisco disuadió a su compañero de que enviara una instancia, que había preparado por su cuenta, pidiendo clemencia al rey: “Llevo ocho años en la cárcel y al fin Dios se ha apiadado de mi permitiéndome sufrir por Él. ¿Por qué quieres impedírmelo?”. De igual manera dijo a sus fieles, que querían pagar por su rescate: “...jamás consentiré que se gaste ni una sola moneda para librarme de morir por Dios, Nuestro Señor”.

A mediodía del 22 de enero de 1745 se le leyó de nuevo su sentencia, tuvo una última oportunidad para abjurar de la Fe de Cristo pero se mostró firme en su convicción de morir como intrépido testigo de la divinidad de Jesús, se dejó atar a los palos y se enfrentó serenamente a su decapitación pública en Chà Cô. Algunos discípulos trasladaron su cuerpo a Luc-Thuy, le dieron cristiana sepultura y conservaron pañuelos y paños empapados en la sangre del mártir como reliquias.

Los dos protomártires dominicos del Vietnam fueron beatificados por Pío X en 1906. Juan Pablo II les canonizó el 19 de junio de 1988, junto con otros 115 testigos de la fe en tierra vietnamita. La celebración conjunta de este grupo fue fijada en el calendario litúrgico latino el 24 de noviembre bajo la denominación de “San Andrés Dung Lac y compañeros”, pero el Martyrologio Romano conmemora separadamente a San Francisco Gil de Federich y a San Mateo Alonso de Leciniana en el aniversario de su nacimiento al cielo, el 22 de enero.

San Francisco Gil de Federich es abogado contra las fiebres tercianas y cuartanas que ocasiona el paludismo o malaria. Es también patrón de los misioneros dertosenses y de los comerciantes tortosinos. Así mismo son muchos los que le consideran el santo patrón de las Letras y de la Cultura Catalana. La singularidad de su vida radica sin duda en que es el único santo académico del que se tiene noticia.

Vicent Josep Ruiz i Prades.

Beato Pedro Calungsod

Beato Pedro Calungsod

Pregunta: Hola buen día, estoy buscando una imagen y de ser posible una biografía aunque sea pequeña de Pedro Calugnost. He buscado y buscado pero no encuentro, si fuera posible que tengan la imagen y lel escrito sobre él y me lo enviasen, se los agradeceria mucho. Saludos de Paz y Bien.

Respuesta: Hola, muy buenas. Primero que nada aclararte que Calugnost esta mal escrito, tú lo que quieres decir es Calungsod. Ahora vamos con su historia…

Nació en las islas Filipinas en el año 1655, y destacaba por ser un joven muy creyente y de gran fe. En el año 1668, el joven catequista salió con otros misioneros jesuitas hacia las Islas Ladrones en el Pacífico con la intención de evangelizar estas islas (actualmente se conocen como las islas marianas en honor a la Virgen María). Durante el tiempo en que los misioneros estuvieron establecidos en las islas, empezó a correr el rumor de que el agua que utilizaban para administrar el sacramento del bautismo estaba envenenada (muchos creyeron el rumor), ya que muchos bebés morían después de ser bautizados.

El 2 de Abril de 1672 Pedro y otro misionero administraron el sacramento del bautismo a un bebé sin la autorización del padre, el cual los atacó con una lanza y les dio muerte. Sus cuerpos fueron tirados al mar y nunca mas fueron recobrados. Fue beatificado por el papa Juan Pablo II el 5 de marzo del año 2000. Su festividad se celebra el 2 de Abril.

Harold Toledo Baeza

Los eremitas y la comida

Los eremitas y la comida

Pregunta: Buen dia, es que lei sobre la vida de san Pablo Ermitaño, san Antonio de Paula, y quisiera saber como sobrevivian estos y los demas santos ermitaños, ¿accedian a los Sacramentos? ¿que comian, bebian?

Respuesta: Interesante pregunta, que permite acercarse a la vida de los eremitas, que se destaca por la austeridad, la penitencia, la oración y la frugalidad. Primero, con respecto al santo que dice, debe ser San Antonio Abad, o San Francisco de Paula.

Leyendas aparte, que más que ayudar al santo, le ponen como desquiciados (que alguno habrá), la vida eremítica exige más que penitencias exacerbadas, un equilibrio espiritual y psíquico muy importante y difícil de lograr. Los eremitas, más que nadie, se exponen al ocio, a vivir a sus anchas, en fin, a la pereza. La soledad es muy peligrosa cuando los motivos elegidos no están muy claros, y puede desbocar en una auténtica locura. Estos eran los peligros más comunes de los solitarios (soledad, pereza, vida cómoda, ocio), es por ello, que aún en las órdenes más austeras y solitarias, como los cartujos, los monjes tienen sus momentos de esparcimiento y vida comunitaria.

En los eremitas más conocidos del santoral nos encontramos con casos sorprendentes, como los estilitas (Simeón, David, Daniel), que vivían sobre columnas; los acemetas (Alejandro), de los que se decía que no dormían nunca, pero en realidad es que hacían turnos para que continuamente hubiera algunos cantando salmos y cánticos (estos eran de vida comunitaria, se entiende). También están los que vivían en tumbas (Antonio Abad); los dendritas (Gerlach, Edigna, Simón Stock), que vivían en huecos de árboles, o en las ramas de estos. Por lo general, lo más común eran las cavernas y los desiertos, porque permitía el apartamiento del mundo y de otros eremitas. Para los iniciados, lo más normal era vivir a la vera de un solitario, aprender de él y luego buscarse su propio sitio de soledad (Pacomio y Teodoro).

¿Accedían a los Sacramentos?
Pues ordinariamente no, los solitarios por lo general no eran sacerdotes y tampoco eran visitados por ellos. La leyenda de Santa María la Egipcíaca dice que sólo una vez recibió la comunión de manos de San Zósimo, y fue para morir. También recordemos que la comunión frecuente sólo existe en la Iglesia desde épocas muy recientes, por decir una fecha: desde San Pío X y durante el siglo XX se insistió en ello. El algunos casos, sí recibirían tal vez la extremaunción y la Eucaristía, pero serían eremitas conocidos, puesto que algunos eran visitados por los fieles para pedir consejo o máximas espirituales. El eremita hacía su oración mediante los salmos, o cánticos que se conocían en la iglesia primitiva. Algunos los sabrían de memoria, otros tendrían pergaminos, pero de la recepción de sacramentos no se tenía la misma visión. De Confesión, ni hablar; no existía en la Iglesia antes del siglo IX y hasta casi finales del medioevo no se impulsó, y con Trento se regularizó y se hizo cotidiana.

¿Que comían, bebían?
Aquí entramos en la vida "práctica" del solitario. Una norma común era el desprecio de la carne y los manjares. A veces cuando se dice que el eremita vivía en el desierto, nos imaginamos el Sáhara, pero esto es un error. El ermitaño quería vivir en alabanza y penitencia, no morir al sol, de hambre y de sed, como un desquiciado. Si no comía en abundancia, no era para tener hambre a todas horas y sufrir con ello, era porque iba acostumbrando su cuerpo a no necesitar casi nada (lo mismo que hacen hoy los obsesionados con "la línea", pero por otro motivo). Pero el eremita buscaba sitios apartados, pero donde hubiera agua corriente para beber y por tanto, poder sembrar verduras, que constituían su alimento ordinario. Eso y algún pez, queso, frutas, y claro, pan, constituían su alimentación básica (lo que hoy llaman una dieta saludable, quien lo diría). Obtenían estos productos gracias a su trabajo manual, indispensable para el monje, sobre todo para distracción y contemplación, además de servir de algo. Hacían cestos, esteras, bastones, cruces... cosas así, que cambiaban por alimento, vestido...

En la imagen, San Gerlach de Houtem (5 de enero), que fue noble y soldado, de vida bastante licenciosa. Luego de la muerte de su esposa, comenzó a hcer penitencia cuidando enfermos en Jerusalén y luego se retiró como eremita al hueco de un árbol. Los canónigos premonstratenses lo han asimilado como santo propio.

Dos Santos y dieciséis cuerpos!!!

Dos Santos y dieciséis cuerpos!!!

Pregunta: Y estos dos, quienes son? (la pregunta se refiere a estas dos bellas estatuas, veneradas en Pizzoli, Italia)

Respuesta: Son Proto y Jacinto, el martirologio romano los recoge, así como un Calendario escrito por San Frontón en el siglo VIII. La primera referencia a estos santos es bastante antigua, ya en el siglo IV se celebraba su memoria en Roma, aunque lo que se sabe de ellos es bastante dudoso y los bolandistas lo han declarado como leyenda sin fundamento. Estos santos aparecen en la leyenda de Santa Eugenia (25 de diciembre) y dice que eran los eunucos de Felipe y Claudia, padres de Eugenia. Los cinco se trasladaron a Alejandría, pues Felipe fue nombrado prefecto de esta ciudad, donde la persecución contra los cristianos arreciaba. Eugenia huyó de casa con los dos esclavos, puesto que ya eran cristianos, aunque aún no estaban bautizados. De camino encuentran a Heleno, el obispo de Heliópolis, que junto a 10.000 cristianos habían sido desterrados, Eugenia, Proto y Jacinto fueron bautizados y se retiraron al desierto como eremitas, haciéndose pasar Eugenia por hombre.

Mientras tanto, Felipe estaba en la desesperación, buscó de alta y baja, pero no pudo encontrar a su hija. Luego se levantó a su honor a una estatua de oro, y ordenó a todas las naciones y lenguas a inclinarse y adorar la imagen de oro que había creado. Después de tres años, Eugenia fue elegida abad del monasterio. Aquí se nos dice que sanó a una mujer de cuartanas, que esta se enamoró de ella, pensando que era un hombre y como Eugenia la rechazó, esta mujer, llamada Melania la denunció ante el prefecto (sí, Felipe) diciendo que el tal abad había manchado su honor.

Eugenia fue llamada a Alejandría, y ante el tribunal declara su sexo (mostrando sus pechos, que duda quedaba), Claudia reconoce a su hija, agarrándose a ella; un rayo cae del cielo, y consume a Melania, mientras que Felipe y Claudia se convierten y bautizan. Al mismo tiempo Felipe es elegido obispo, sin renunciar a la prefectura de la ciudad. Entre los convertidos públicamente está la joven Basilisa, de estirpe real en Roma, que ya era cristiana por la por las instrucciones de Proto y Jacinto (que vuelven a aparecer en la historia). Una versión dicen que Basilisa sería bautizada por el papa San Cornelio y otra por el Papa Sotero. Cuando se descubre en Roma, que Basilisa se había hecho cristiana, es ejecutada junto a Proto y Jacinto. Eugenia también es martirizada.

En realidad todo esto no es más que una historia de carácter piadoso, hecha para aleccionar sobre la vida religiosa, la castidad, la fe de los mártires. De hecho, lo más probable es que Proto y Jacinto, dos mártires reales pero inciertos hayan sido incorporados a la “historia” de Eugenia, para darles más credibilidad y dotarles de unas actas. Porque sí es cierto que su culto es antiguo, como puse al principio.

Y como no podía ser menos, la confusión con sus reliquias es enorme:
En el siglo IX, unos huesos atribuidos a ellos fueron trasladados con gran solemnidad al monasterio de Seligenstad (cerca de Frankfurt). En la guerra de los 30 años, los suecos invadieron el monasterio, los huesos fueron profanados y se perdieron.

Otros dos cuerpos de los santos, sin embargo, fueron hallados en las catacumbas de la Vía Salaria en el siglo X, y fueron trasladados a Metz. Otros dos cuerpos, enteros, se conservan en San Félix de Pavía. Otros dos más, enteros también, en la abadía de Santa María de Castilione, en Parma.

Dos más en Mantua, con fecha desconocida de puesta al culto, y dos más (se trasladaron con autoridad papal incluida) en Florencia desde 1428, que fueron puestos en un bello sarcófago de bronce. Otros dos cuerpos fueron trasladados por el Papa Clemente VIII de la iglesia de San Salvador de Roma a la de San Juan ¡también en Florencia!, en 1592. Y aún hay dos cuerpos más en Como, puestos al culto en 724, trasladados en 1096, luego en 1317, y finalmente en 1618.

Sin embargo, todos parecen ser falsos, porque en 1845, la tumba fue hallada cerrada, y dentro había cenizas y un puñado de huesos de Jacinto, envueltos en una rica tela. Era un lóculo pequeño con la inscripción  "D P III idus septebr Yacinthus martyr" (Sepultado el 11 septiembre. Mártir Jacinto) y se tiene la certeza de que son ellos porque dentro había también una inscripción que decía "sepulcrum proti m(artyris)" (sepulcro de Proto, mártir). Estas reliquias, autentificadas, fueron puestas en la capilla de Propaganda Fide. Sean quienes fueran, Proto y Jacinto son mártires reales.

Que sí, que sí existe San Kevin

Que sí, que sí existe San Kevin

Pregunta: Existe el santo Kevin? Yo creo que es un nombre americano que nos han importado, a mi nieto se lo han puesto, pero ami no me gusta. España.

Respuesta: Tranquila, su nieto sí tiene nombre de santo, y muy anterior a que existieran los "americanos": Kevin o Coemgen nació en 498, en el castillo de White Fountain (la Fuente Blanca), en el reino de Leinster, en la isla de Irlanda. Era hijo de Coemlog y de su esposa Coemell, ambos pertenecientes a la casa real del reino de Leinster. El nombre del niño hace alusión a este hecho ya que significa "de apacible nacimiento". El prefijo Coe (plácido) es similar al prefijo griego Eu (bueno), y se aplicaba a los miembros de la casa real.

San Cronan lo bautizó y fue educado por San Petrocus de Cumbria, con quien pemaneció desde los 7 hasta los 12 años. Luego estudió con su tío Eogoin de Ardstraw, que había fundado el monasterio de Cualann, al sur de Dublín, por quince años y abrazó el estado monástico. Después de visitar a los santos Columba, Comgall, y Cannich en Usneach (colina de Usni), en Westmeath, en 544, se dirigió a Clonmagnois, donde san San Kirián había muerto tres días antes de su llegada. Se dirigió entonces a Roma, donde visiró al papa y en cuyo camino le sucedió, como a otros santos, lo del oso come cabalgaduras.

Luego de su regreso, habiendo oído hablar de la santidad de Kevin, el rey O’Tool de Glendalough envió una embajada a preguntarle cómo podría fortalecer a su ganso doméstico que había envejecido y se había debilitado tanto que era incapaz de volar. Kevin pidió en pago por su respuesta aquella tierra por la que el ganso volase. Como el ganso no podría tomar mucho vuelo, O’Toole aceptó. Cuando Kevin tocó al pájaro, este rejuveneció y voló sobre el valle entero, que más tarde fue utilizado para establecer el monasterio de Glendalough. Fundó el monasterio con las reliquias que trajo de su peregrinaje a Roma. Esta casa fundó a su vez otras, y alrededor de ella creció una ciudad que se convirtió en en sede episcopal, aunque actualmente está incluida en la archidiócesis de Dublín. Sirvió como abad por varios años. Cuando él vio que el monasterio estaba establecido, se retiró para vivir como ermitaño. Cuatro años más tarde, sin embargo, volvió a Glendalough y sirvió como abad hasta su muerte, ocurrida el 3 de junio de 618.

Fue un hombre que no disfrutaba de la compañía de otros, sino que estaba siempre en el bosque o en el prado con los animales, según las leyendas sobre su vida. Se retiraba al bosque que se extendía en las inmediaciones del monasterio y que tomó el nombre de Holywood (no de cine, sino de "bosque santo"). Se dice que vivía en una celda tan estrecha que cuando oraba con los brazos en cruz, estos salían por dos estrechas aberturas a modo de ventanas, y como permanecía tanto tiempo en éxtasis, en una ocasión, unos pájaros anidaron en su mano.

Luego de su muerte el monasterio fue dirigido por su sobrino Molibba, convirtiéndose en un centro de enseñanza cristiana muy importante donde floreció una comunidad religiosa que se enfrentó a las invasiones vikingas (siglo IX) pero finalmente fue sometida por los normandos en el siglo XI. En gaélico irlandés, Glendalough significa "el valle (glen) de los dos (da) lagos (locha)".

Tomado de Lives of Saints, tomo VI.

San Teófilo, del diablo al cielo.

San Teófilo, del diablo al cielo.

Pregunta: Otra duda Ramón: ¿Cómo es eso de que San Teófilo Hizo un pacto con el demonio?, Como Pudo ser santo luego de su pacto satánico??? cuéntanos la historia :) Bolivia
 
Repuesta: Hola querido amigo. Según el Lives of Saints, (Tomo II), la primera referencia a esta historia es un manuscrito griego del siglo VI, escrito por Eutiquiano (no falta quien diga que en realidad es escrito por los herejes eutiquianos, no por alguien de ese nombre. Es probable, muchas actas de mártires están escritas por otros movimientos cristianos de la época), que dice haber oído la historia del mismo Teófilo. San Simeón Metafraste, la incluye en su gran colección de vidas de santos y mártires.

Sin embargo, la historia se desarrolla, amplía y adorna en el siglo IX, en una obra llamada “Milagros de Santa María”, donde se cuece el germen del libelo de sangre, poniendo al mago como judío. En el siglo X, Hroswitha de Gandersheim, escribe una gran narración poética, teológica y mística de la historia, reflexionando sobre el Bien y el Mal, el pecado y la redención. En el siglo XIII se escribe un auto de fe sobre el tema, que es, en definitiva, el que le da expansión a la historia y la hace conocida por las masas. Bueno, eso y que fue muy representada en vidrieras y retablos, como historia aleccionadora de lo que podía pasar por jugar con el diablo, del poder intercesor de María y de la maldad judía.

Englobando todas las versiones, la “historia” cuenta esto:
Teofilo era un archidiácono de Adana, Cilicia, con ganas de ascender en la carrera eclesiástica, pero las cosas no le iban bien. Era un hombre bueno, estricto en la observancia religiosa, caritativo con los pobres, cercano a los enfermos y afligidos, elocuente en el púlpito, orante y penitente. A la muerte del obispo, fue llamado a suceder a este por aclamación popular, pero su humildad le llevó a rechazar el cargo. Otro fue hecho obispo y Teófilo siguió en su cargo de tesorero cabalmente, pero comenzó a extenderse la calumnia de que había rechazado el obispado por orgullo y para seguir manejando los tesoros de la Iglesia a su antojo. El obispo, sin averiguar mucho, lo echó de su cargo. Teófilo trató por todos los medios disponibles de desenmascarar las calumnias y exponer la falsedad de las acusaciones formuladas contra él, pero fue incapaz de ello y, cegado, hizo lo siguiente:

Visitó a un mago (al que el medioevo pondrá como judío), que le llevó a medianoche a una encrucijada e invocó a Satanás, quien se comprometió a reintegrar a Teófilo todos sus oficios, y buena fama. Teofilo debía abjurar para siempre de Jesucristo y su Madre, firmando el contrato con su propia sangre en un papel. Al día siguiente, el obispo reconoció públicamente su error, pidió perdón a Teoófilo, le devolvió a su oficio de tesorero y la población reconoció su santidad, honrando su mansedumbre por no protestar.

Durante un tiempo todo fue bien, pero la conciencia de Teófilo comenzó su trabajo y no le dejaba tranquilo. Enfermó y no hallaba sosiego en la oración. Comenzó un ayuno de 40 días y pasaba orando todas las noches en la iglesia, del anochecer al alba. En la noche del ultimo día, la Virgen se le apareció y le reprendió por su pecado. El imploró el perdón y su intercesión, prometiendo pedir perdón públicamente. A la noche siguiente María volvió a aparecérsele en un sueño y le aseguró que Cristo le había perdonado por su oración. Teófilo despertó y vio sobre su pecho el papel que había dado al demonio. Como era domingo, corrió al templo y se arrojó a los pies del obispo, haciendo su confesión en público. Relató la verdad y mostró a la multitud reunida el contrato firmado con su sangre. Destrozó el contrato y lo quemó ante el pueblo. Recibió el Santísimo Sacramento, regresó a su casa y al cabo de tres días murió de unas fiebres.

Hay que decir que aunque es reconocido como santo por la Iglesia oriental, no es así por la Iglesia Romana, aunque su historia haya servido de narración ejemplarizante, sobre todo mediante la literatura y el teatro. Su memoria es el 4 de febrero.