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Tus preguntas sobre los Santos

Preguntas curiosas

San Gil y una medalla

San Gil y una medalla

Pregunta: Le felicito por su pagina, es mi lectura favorita. Mi pregunta es la siguiente, San Egildo aparece representado con una cierva y en la mano derecha sostiene dos bolas blancas. Quiero saber que son o que significan. Aquí la medalla de San Egidio, realmente no pudimos precisar que sostiene en su mano derecha. Pertenece a una hermana Italiana, ella conoce de mi amor a los Santos y me envió la foto. Quiero decirte que la lectura de las Vidas de los Santos me apasiona.  Hasta estoy haciendo todo lo posible por llegar algun dia, aunque sea un poquito, acercarme a ellos y a Jesus y Maria.  Vivo en Puerto Rico y soy novicia de la Bienaventurada Virgen Maria del Carmelo. Un abrazo de hermana.

Respuesta: Gracias por tantos elogios y alabanzas, pero solo hago lo que puedo y el tiempo me permite. Como se supondrá, a mi tambien me apasiona la lectura de Vidas y leyendas de santos. Y vamos al tema: primero me gustaría decir algo del santo, ya que ayudará a entender los atributos del santo en la medalla:

San Gil (o Egidio), abad. 1 de septiembre y 15 de junio (invención de las reliquias).
Su memoria aparece en los prestigiosos martirologios de Beda, Usuardo, Adon, y otros. La vida de San Gil la escribió el obispo Fulberto, con muy buena intención, pero poco criterio, porque recogió leyendas, tradiciones, escritos varios hasta compilar una "vitae" con varios errores. El más garrafal fue confundirlo con San Gil de Arlés, que vivió 200 años antes a nuestro San Gil. Es interesante, como no, el estudio que han hecho los Bolandistas y la Congregación Benedictina de San Mauro para aclarar este error, aunque no del todo, pues aún se le continúa llamando abad, cosa que no fue; y en numerosos sitios se les continúa confundiendo.

Los orígenes y vida del santo se pierden en leyendas. Según estas, San Gil nació en Atenas, a finales del siglo VII, y sus padres se llamaban Teodoro y Pelagia. Siendo niño ya destacaba por su caridad con los pobres, aplicación al estudio y por sus milagros. En una ocasión, yendo con sus padres a la iglesia, vio un mendigo enfermo, al que dio su túnica y, al vestirla, el mendigo recuperó la salud. Otra vez sanó a uno que había sido mordido por una serpiente y, en otra ocasión liberó a un poseso del demonio que le atormentaba. Muy joven quedó huérfano, vendió sus bienes en favor de los pobres. Como la vida le prometía fama y dinero, decidió dejarlo todo por Cristo y se embarcó en el primer navío que vio salir de Atenas. Se levantó tormenta, hizo oración y la tormenta se calmó, haciendo que todos reconocieran la santidad de Gil. A los días el barco llegó a la Galia, donde Fulberto y otros después de él, le hacen encontrarse con San Cesáreo de Arlés (27 de agosto), quien le nombra abad de un monasterio a las afueras de la ciudad. También lo envió en 514 al papa San Símaco, por asuntos de tierras y beneficios. Pero lo dicho, este San Gil de Arlés (1 de septiembre, también) es anterior al nuestro y su tumba puede venerarse aún en Arlés (1).

Allí en Francia sanó a muchos enfermos de fiebres, parálisis, mordeduras, convirtió tierras de estériles a fértiles, repartió alimentos a los pobres, resucitó muertos, sanó niños... y un largo ect. Cansado de tanta fama y veneración públicas se internó en un bosque, cerca del Ródano y comenzó a hacer vida de eremita. Allí le persiguió la fama y se trasladó, también como eremita, a Nimes, donde vivió muchos años entregado a la oración, la penitencia y la caridad con los que se le acercaban a pedirle oraciones o consejos. En su cueva-ermita le acompañaba una cierva, cuya leche era el único alimento que consumía el santo. En una ocasión, estando perseguida por el príncipe de Francia (el rey Childeberto dicen algunos, pero sería un príncipe local mas bien) y sus monteros, la cierva se refugió en la cueva del santo, que la protegió haciendo oración. Los perros retornaron a sus amos. Días más tarde pasó lo mismo, y un ballestero, viendo que los perros no se atrevían a seguir, disparó una flecha que hirió al santo. Se acercaron a la cueva y le vieron tendido, con la flecha en el pecho y la cierva a sus pies. Sabiendo esto el príncipe, fue allí, le pidió perdón y mandó le curasen la herida, pero el santo pidió y obtuvo de Dios, que la herida no sanase nunca, para sentir y padecer algún dolor por Cristo. Luego de esto, el príncipe le ofreció riquezas para compensarle, pero Gil le recomendó construyese un monasterio de religiosos para que orasen por la conversión del mismo príncipe (sabía Gil que el príncipe tenía un pecado oculto del que se arrepentiría luego) y la paz del reino y sus habitantes. Así se hizo y Gil fue su primer abad, durante algunos años  y en este ínterin sería ordenado sacerdote. Dios le reveló su proxima muerte, que ocurrió el 1 de septiembre, entre el 700 y el 720.

La verdad es que el sitio donde Gil tuvo su ermita se convirtió en el siglo IX, en un monasterio benedictino, luego cluniacense y luego de canónigos regulares. Allí reposaron sus reliquias hasta que la amenaza de los albigenses hizo que se trasladaran a la iglesia de San Saturnino de Tolosa, donde quedaron hasta hoy, amén de las numerosas reliquias que se dice hay en el mundo, como una supuesta cabeza que se "halló" en el siglo XIII, cuya invención se recuerda el 15 de junio. Urbano IV le canonizó oficialmente al poner su memoria en el Calendario Universal de la Iglesia.

San Gil goza de gran devoción y sus iglesias u hospitales, altares e imágenes suelen verse en Francia, España, Inglaterra, Polonia, Italia, Alemania, etc. Es patrón de mendigos, herreros, lisiados, paralíticos, marginados, los ermitaños, los leprosos, los guardabosques, pobres, fabricantes de flechas. Es un santo sanador, de los más invocados contra el cáncer de pechos, la lactancia materna, heridas incurables, úlceras, dolores de pecho, epilepsia, miedo a la oscuridad, pesadillas, locura y enfermedades mentales, esterilidad, peste negra, fobias, enfermedades de caballos y demás animales. No en balde es uno de los 14 santos auxiliares.

Y ahora a la medalla, que tiene su interés, porque es una medalla de una logia masónica, cosa que no suelen tener las religiosas. Gracias a un amigo masón que me ha averiguado, le digo que la medalla pertenece a la Logia San Gil de Camberwell, que toma el nombre de la parroquia anglicana en que se ubica. Esta logia, la número 5243, fue consagrada en 11 de junio de 1931 y suprimida en 1996, por la escasez de miembros. El origen de la parroquia San Gil es muy antiguo, aunque la iglesia sea del siglo XIX, de estilo neogótico (en este link pueden ver el altar mayor).  Fue fundada allá por el medioevo, junto a una fuente de aguas milagrosas donde algunos enfermos habrían obtenido la curación por intercesión de San Gil, patrono de paralíticos y enfermos de la piel. De hecho Carmberwell vendría a ser "fuente arqueada" o "fuente del arco".

En la medalla puede verse al fondo la iglesia parroquial y al santo con sus atributos típicos: la cierva y la flecha de la leyenda y unos panes en la mano derecha, que recuerdan su solicitud por los pobres. En la iglesia de San Gil de Malestroit, Francia, hay una serie de vitrales, y en uno de ellos se ve al santo repartiendo pan a los pobres.


(1) En el siglo XII el Códice Calixtino recomienda visitar la tumba de San Gil en Arlés, pero ya vimos que es una confusión. Por otro lado, la leyenda española le hace recalar en el Valle de Nuria, donde residiría unos años, hasta la invasión de los árabes. Allí, en su ermita dejaría escondidas una olla, una cruz y una campana la imagen de Nuestra Señora de Nuria, que fueron hallados en el 1079. Pero está claro que la imagen es muy posterior, de los siglos XII o XIII. Vamos, que por leyendas no será.

De iconología e iconografía

De iconología e iconografía

Pregunta: Saludos, que gusto encontrar a alguien que sepa tanto de Iconología. Podrías por favor decirme la Iconología de San Raimundo de Peñafort y de que es Santo Patrono.

Respuesta: Saludos a ti tambien, y gracias por tu elogio, pero en realidad no sé nada, solo leo, resumo y lo comparto. Y en realidad nadie sabe nada, todo lo que buenamente podemos decir (de santos o lo que sea), lo "sabemos" porque otro antes lo sacó de otro, y ese otro de otro que lo escribió, a partir de algo que vio, o pensó a partir de lo que otro... y una larga cadena de apoyos. Y quien diga lo contrario miente más que habla, por eso presumir de conocimientos es una gran tontería.

Y bueno, yendo al tema. Me gusta uses el término "iconología", que no es lo mismo que "iconografía", ya que me permitirá hablar de ambos y exponer sus diferencias, eso sí, de forma muy somera y "por arribita", para no cansar:

La iconología es el estudio de la iconografía, su simbolismo y calado en la mentalidad de las sociedades y personas. Están íntimamente relacionadas, pero aquella más allá de la representación en sí, para explicar lo representado y su verdadero significado. Analiza las causas de tal o cual representación y su mensaje adoctrinador. No solo existe la iconología católica o religiosa, sino que está presente en todo lo que conlleve un mensaje visual, como, por ejemplo, la publicidad o la manera de poner obras en un museo. Mediante los análisis iconologógicos, una obra puede ser catalogada en una determinada escuela, época, incluso autor (en caso que sea desconocido), y plantea cánones para otros estudios. Trasmite valores y formas de pensamiento de la época. La diferencia con la iconografía, es que esta se queda en la descripción de la imagen.

El mismo santo de la pregunta nos servirá de ejemplo para ilustrar la diferencia, pero primero un extracto de su vida:

San Raimundo de Peñafort, presbítero dominico. 7 de enero.
Su familia, Penyafort en catalán, era de alta cuna, conocida en Barcelona, donde nació el santo se cree en 1175. Desde niño destacó por su inteligencia y virtudes. Estudió Derechos Civil y Canónico en la universidad de Bolonia, donde se graduó y luego impartió clases. En 1220 regresa a Barcelona con Berenguer, el obispo de la ciudad, qle nombró canónigo beneficiado (1). En este cargo, Raimundo creció en sabiduría y piedad, y al contrario de otros clérigos acomodados, no descuidó la predicación y el ejemplo.

En 1222, con 47 años entró en la orden dominica, por devoción a la Virgen del Rosario, según se dice, aunque habiendo vivido en Bolonia, tuvo que conocer forzosamente a los dominicos, que desarrollaron una gran actividad en y desde esa ciudad. Fue siempre muy humilde, como un religioso más, a pesar de su renombre y prestigio en el mundo y la Iglesia. Fue predicador de multitudes, y sus sermones destacan, cosas de la época, en la "maldad" de los herejes, judíos y moros y la necesidad de su conversión. Para este fin fundó cátedras de culturas e idiomas hebrea y árabe, con el fin de que los predicadores (sobre todos los dominicos) pudieran sostener controversias profundas con los sabios de otras religiones.

Esta fama de predicador (más las influencias de su familia) hizo que el papa Gregorio IV le llamase junto a sí para que fuera su confesor y consejero. Su conocimiento del Derecho y su celo apostólico eran tan grandes que, en 1223 escribe la regla de la Orden de Nuestra Señora de la Meced para redención de cautivos, que lo considera fundador, junto a San Pedro Nolasco (25 de diciembre y 6 de mayo) y el Beato Jaime I, rey de Aragón (23 de julio).

Escribió un manual para confesores, que estuvo en uso varios siglos. Pero la principal y más perdurable obra de San Raimundo fue el compendio y sistematización de las leyes y normas del Derecho Canónico, sobre todo las penas a imponer en temas sacramentales y morales. Obra de vital importancia en el desempeño de la Iglesia, en el pasado y actualmente. Al terminar su obra, el papa le premió con el arzobispado de Tarragona, al que se negó el santo. De la misma manera que en 1240, siendo General de la Orden, a los dos años de mandato renunció, para vivir como un simple religioso.

Pero nada, que le perseguían los poderosos y los cargos. El Beato Jaime I le nombró su confesor, para su propio mal, pues Raimundo, apenas llegó adonde él, le amonestó por su público concubinato, y aunque Jaime le prometió dejar a la amante, se la llevó consigo a la conquista de Mallorca. Al llegar allí lo descubrió San Raimundo, que abandonó al rey, pero al llegar a la costa de Mallorca para embarcar a Barcelona, descubrió que el monarca había dado orden de que ningún barco le subiese, bajo pena de muerte. Así que el santo, que detestaba tanto el pecado, tomó su capa negra, la puso sobre las olas, se paró sobre ella y, tomando una esquina en alto, hizo vela y surcó las aguas. Llegó a Barcelona entrada la madrugada y, estando las puertas del convento cerradas, las atravesó sin problemas.

En adelante pudo vivir en paz y retirado en su celda. Murió el 6 de enero de 1275, casi a los cien años y pronto fue tenido por santo, llegando a ocurrir varios milagros en su tumba. Clemente VIII le canonizó. El martirologio lo recoge a 6 de enero, día de su muerte, pero por ocurrir la Epifanía del Señor, su memoria litúrgica se ha celebrado el 4 de febrero, en 1671 pasó al 23 de enero, para terminar finalmente el 7 de enero.

Patronatos, iconografía e iconología:
Es Patrón de Navarra y de Barcelona. Además, y sobre todo, es patrón de los abogados, canonistas, juristas y confesores. Y de los deportes de vela debería serlo si no lo es, digo yo.

Suele aparecer como dominico, y sus atributos típicos son:
La mitra a los pies (obispado rechazado).
Las llaves de San Pedro en las manos (fidelidad a la iglesia y al papa).
Uno o varios libros (derecho canónico, obras en general).
En la pintura es frecuente ver la representación del milagro de surcar las aguas sobre la capa.

Y retomado el inicio, y el ejemplo del santo: Esta breve lista anterior, sería su iconografía. La iconología, nos hablaría de, por ejemplo, como la imagen de las llaves remite al poder y autoridad papal. Es la imagen del poder abrir y cerrar, el decidir sobre la Iglesia, y aún más allá, que hacían los papas. Y también nos diría que la representación de un milagro como cruzar las aguas, da la razón al santo. Si el hombre de Dios puede romper las leyes naturales con la intervención de Dios, pues entonces lo que trasmite con su palabra y obra, es de Dios. En definitiva: el santo tiene a Dios, tiene la Verdad.

 


(1) Eran hombres, a veces seglares, que recibían rentas de los beneficios que cobraban las iglesias canonicales (catedrales o santuarios regidos por un grupo o cabildo). Estos beneficios porvenían de diezmos, alquileres, funciones religiosas, limosnas, etc.

 

San Silvestre y su carrera

San Silvestre y su carrera

Pregunta: Hola, Ramón. El día 31 de diciembre correré “la sansilvestre”, quiero saber que tiene que ver el santo con los corredores o el atletismo. Gracias, estupendo tu blog. España.

Respuesta: Gracias a ti, que te gusta la página. Solo hago lo que puedo.
Te digo que San Silvestre no tiene nada que ver con la carrera, pero esta lleva su nombre desde que se inició en Brasil, hace más de 80 años, porque se realiza el día en que occidente celebra la memoria de San Silvestre Papa. Así mismo se podía llamar la “santamelania” o la “sankieran”, santos del 31 de diciembre. Es costumbre medieval relacionar hechos, celebraciones con el santo del día o el más célebre de esos días. Así tenemos los “sanfermines”, “sanvalentín”, "veranillo de San Miguel", etc.
Y aclarado el tema, aprovechar para hablar un poquito de San Silvestre:

San Silvestre, papa. 31 de diciembre y 2 de enero (Iglesia Oriental)
Lo primero que hay que decir de Silvestre es que hay una historia, fiable y conocida, y una leyenda piadosa.

La historia
Esta trae poco de Silvestre, sólo que fue elegido papa el 31 de enero de 314, y que sucedió a San Melquíades (10 de diciembre). Aún era época turbulenta, por lo que Silvestre pasó un tiempo escondido, hasta la paz de Constantino y la proclamación de la libertad del cristianismo. Así fue que Silvestre fue el papa a quien correspondió el tránsito de las persecuciones a la paz. Silvestre, por su edad y salud no participó en el concilio de Nicea (325), aunque envió dos sacerdotes con sus recomendaciones y decretos. En este concilio se condenó firmemente el arrianismo.

Al parecer, Silvestre fue quien ordenó que el Crisma debía ser consagrado solo por los obispos, y extendió a los sacerdotes la administración de la confirmación en casos extremos. También dictó que los diáconos llevarían dalmática al servir al altar y que los corporales solo debían ser de lino y blancos, sin teñir. Prescribió el ayuno en miércoles, viernes y sábados, en honor del Jueves (día de la instición de la Eucaristía) y del domingo (día de la Resurrección). (1)

Silvestre murió el 31 de diciembre de 335, día en que se celebra su memoria y es de los primeros santos no mártires en ser venerados públicamente por la Iglesia, en el 354 ya consta su memoria en Roma. Está enterrado en San Silvestre de Roma, iglesia que se construyó sobre las catacumbas de Priscila, aunque un brazo es venerado en la catedral de Chalon-sur-Saone, una supuesta cabeza en Croacia y otras reliquias desperdigadas.

La leyenda.
La extensa leyenda de San Simeón Metafraste (27 de noviembre) dice que era hijo del presbítero Rufino y Justa, y que nació bajo el papado de San Cayo (22 de abril y 11 de agosto). Padeció persecución al enterrar a Timoteo, un mártir perseguido desde Antioquia. Siendo llamado a sacrificar a los dioses y negarse, Tarquino el prefecto le amenazó con torturas, a lo que Silvestre le profetizó que esa misma noche moriría, como sucedió, pues Tarquino murió atragantado por una espina. Silvestre fue liberado y esde entonces ganó fama de predicador y santo entre el pueblo romano, por lo que a la muerte de Melquíades fue elegido papa en el 312. Apenas fue elegido, mandó hacer una lista de todos los huérfanos, viudas y pobres de la ciudad, para que los cristianos les socorriesen permanentemente.

La leyenda le pone curando a Constantino (santo, 21 de mayo), aquejado de lepra, luego que San Pedro y San Pablo se le aparecieran al emperador y le enviaran adonde Silvestre, escondido en Monte Soracte. Allí Silvestre le llevó a una fuente milagrosa y, a cambio de desterrar el paganismo y convertirse, le bañó y le bautizó. Mediante el bautismo, Constantino obtendría la salvación y la curación corporal, después de haber intentado obtener la salud mediante ritos paganos, o estar a punto de bañarse en sangre de bebés. Pero sabido es que Constantino no fue bautizado hasta 337, y Silvestre murió en 335, dos años antes; sin embargo, hasta la reforma del Martirologio Romano y del Breviario, ambos afirmaban que San Silvestre bautizó a Constantino.

Pidió, y obtuvo, que se construyera una basílica dedicada al Salvador en un antiguo palacio de descanso de Diocleciano: son los orígenes de San Juan de Letrán, iglesia a la que Constantino dotó ricamente. Asimismo se construyó la basílica de San Pedro, sobre la venerada tumba del apóstol. Pero la historia es tozuda y desde el siglo XIX está demostrado que esta donación la hizo Constantino a Melquíades inmediatamente después de su victoria en el puente Milvio.

También intentó la leyenda dar un lugar más relevante a Silvestre con respecto al importantísimo concilio de Nicea, recreando un supuesto sínodo de 277 obispos, que Silvestre reunió en Roma al regreso de sus legados (Víctor y Vicente, según cuenta la ficción). Este sínodo presidido por Silvestre ratificaría las resoluciones de Nicea con la autoridad papal. Lo cierto es que Eusebio no menciona para nada semejante sínodo.

Una parte muy extensa de la leyenda habla de un debate con 12 maestros judíos sobre la divinidad de Cristo, la maternidad virginal de María, la fe cristiana. Este debate fue llevado a cabo a instancias de Santa Elena (18 de agosto), y en presencia de Constantino. Sobra decir que silvestre salió victorioso de todos. 11 de los judíos aceptaron su derrota y su error, pero el duodécimo, llamado Zambri, retó a Slvestre a demostrar su fe y poder, quitando la vida a una criatura. Eligió a un toro y al susurrarle una palabra en la oreja, este cayó muerto. Silvestre, viendo que el judío había invocado al diablo, se acercó al toro y le dijo: "Tú, señor de la maldición y la muerte, yo te mando en nombre de Jesucristo que este toro se levante y regrese a su rebaño" Y así fue. Esto logró la conversión de los judíos presentes.

Otra parte de la leyenda narra como Silvestre dominó un dragón que vivía en un pozo cercano y que mataba solo con su aliento. Con la señal de la cruz y en nombre de Cristo, le puso una cadena, un collar de hierro del que pendía una cruz y lo sacó mansamente del pozo. Ambas leyendas han propiciado patronatos sobre los animales, las aguas, contra los envenenamientos. En la Borgoña, trabajar en su día podía atraer la mala suerte, la destrucción de la cosecha y morir mordido por una serpiente. Se usaba en Bélgica, Alemania y Francia hacer peregrinaciones y pedir la protección del santo para los animales y cosechas (una especie de “sansilvestre” devota). También es patrono de albañiles y canteros, sobre todo en Francia.

Las figuras del toro y el dragón forman parte de la iconografía del santo, ya que suele aparecer acompañado de un dragón y un toro. También conforman su iconografía la paloma y la rama de olivo, símbolo de la paz del cristianismo, traída por Constantino.

 


(1) Digo “al parecer”, porque cuando se estudia de liturgia e historia de la Iglesia, se da cuenta uno de que pocas cosas han sido instituidas en un solo día, y por un decreto determinado; mucho menos que tal o cual costumbre o norma hayan sido asoptadas uniformemente, sino que ha habido evolución e involución, y mucha libertad creativa, en la liturgia.

 

Sin lengua, pero con fe.

Sin lengua, pero con fe.

Pregunta: Que tal? podria decirme a que santos obispos, arzobispos, los martirizaron cortandoles la lengua. Muchas gracias.

Respuesta: Hasta donde he podido mirar:

San Leodegario de Autún, obispo. 2 de octubre.
Santos Teodoro de Pentápolis, obispo; Ireneo, diácono; Ammonio y Serapión, lectores. 26 de marzo (no murieron finalmente mártires, sobrevivieron y son confesores).

Y padecieron este martirio, entre otros:

San Pedro de Capitolias, presbítero. 13 enero.
San Román de Cesarea, diácono. 18 de noviembre.
Santos Hermanos Macabeos.1 de agosto.
San Isidoro de Chío
. 14 de mayo.
Santas Anastasia y Basilisa
.15 de abril.

Santos Ferreol, presbítero; y Ferruccio, diácono. 16 de junio.
Santa Cristina de Bolsena
. 24 de julio.
Santa Anastasia de Roma
. 25 de diciembre y 29 de octubre (Iglesia oriental).
San Eusebio de Roma
. 25 de agosto.
San Longinos
, centurión. 15 de marzo y 16 de octubre (Iglesia oriental).
San Quirino de Neuss
. 30 de marzo y 30 de abril (traslación de las reliquias)
San Hermes de Roma
. 28 de agosto.

San Quirico de Tarso, niño. 16 de junio y 13 de julio (liturgia bizantina).
Santos Mártires de África. 8 (Iglesia oriental) y 16 de diciembre.
Santa Ripsimena de Armenia. 27 (Iglesia Siria), 29 y 30 (liturgia bizantina) de septiembre.
Santa Centola de Burgos. 2, 4 y 13 de agosto.
Santa Agatoclia. 17 de septiembre.
San Juan Nepomuceno. 16 de mayo.

En los dos últimos la lengua en la mano suele ser su atributo

Sor María Ana, el Ángel de Cuba.

Sor María Ana, el Ángel de Cuba.

Pregunta: Hola, por lo que leo, usted es de Cuba. Tal vez pueda informarme sobre Sor Mariana de Jesús, el Ángel de Cuba, si es beata o no.

Respuesta: Hola. Sí,soy de Cuba, aunque no vivo allí (afortunadamente, por otro lado). Me haces una pregunta interesante, hace tiempo pensaba buscar algo sobre esta mujer, llamada popularmente así, como dices “el Ángel de Cuba”. Poco he podido recopilar de ella, pero ahí te va:

Sor María Ana (no Mariana, como recogen algunos) nació el 11 de junio de 1882, en plena Habana Vieja, en la calle Cuba. Desde niña le llamaban “angelita”. Tuvo varios hermanos, dos de ellas religiosas de la Preciosísima Sangre, también en la Habana (conocí un sacerdote franciscano que conoció a una de ellas). María Ana quedó huérfana de madre a los cinco años, y desde entonces, según testimonio de sus hermanas, se aferró a la devoción mariana que nunca abandonaría. Estudió en el Colegio del Apostolado, donde también nació y creció su devoción por San Francisco de Asís. A los 17 años partió a España, a entrar al convento de las Madres Capuchinas de Plasencia, con las que había tenido correspondencia epistolar, y que habían clarificado su vocación.

Pocos años duró su vida religiosa, pues moriría a los 22 años, el 9 de agosto de 1904, pero dejó una estela clarísima de santidad, manifestada sobre todo en penitencias y varias gracias místicas que, sin embargo, y paradójicamente, han sido la causa del estancamiento de su proceso de beatificación. De su integridad de vida y virtudes no hay nada que decir, de hecho está considerada “Sierva de Dios”, que no es mucho, pero no es poco. Con respecto a sus gracias místicas, hay que hacer alusión a una imagen aún venerada en el convento de las Capuchinas: El Niño Jesús “el Cubanito”, una imagen que sor María Ana trajo a España desde Cuba, y fue regalo de su cuñado. Se decía que el Niño "se escapaba de donde había sido guardado para dormir con Sor María", que "desaparecía y aparecía con ella", que "tenía los brazos juntos, hasta un día en que levantó un brazo para bendecir y así se le quedó", y otras varias situaciones extrañas, pero el fenómeno más controvertido fue que sor María Ana lactaba al Niño y más de una vez fue vista por otras religiosas. ¿Engaño de la religiosa? ¿enajenación mental? ¿maternidad frustrada? ¿gracia mística? No sabemos y puede haber tantas respuestas como puntos de vista. Ante este tipo de fenómenos, es bastante normal que el proceso haya sido detenido enseguida. Hoy, con ayuda de la psicología quizás pueda aclararse algo de esto (y digo “quizás”, porque tampoco la psicología es infalible y tiene sus límites). Actualmente este Niño Cubanito, ha dado nombre a una asociación belenista, pero como eso no nos ocupa aquí, lo dejamos.

Una conclusión (al menos una) podemos sacar y es que en estas cosas de la santidad y las vidas heroicas, las manifestaciones no habituales o místicas son más impedimento que ayuda a la hora de un proceso. Los procesos de canonización de los místicos son los más arduos, largos y complicados, por la importancia que da la Iglesia a estos acontecimientos, a su origen, motivos y frutos. Sor María Ana, ahí ha quedado por ello, y es una pena, la verdad.

La cristianización del río Ebro.

La cristianización del río Ebro.

Mucho antes que los caminos prehistóricos y las vías romanas existió una cuenca hidrográfica atravesada por un río, que, desde tiempos ancestrales, se convirtió en la más importante autopista natural de penetración hacia el interior peninsular y puso las bases de las futuras comunicaciones en esa área geográfica.

Pronto, muy pronto, entró en juego la mitología y ahí tenemos a Túbal, tercer hijo de Jafet y nieto de Noé, recorriendo el valle tan pronto como las aguas del Diluvio Universal comenzaron a descender, para dotarle de orígenes bíblicos. Su hijo Hibero fundó la ciudad de Hibera, predecesora de Tortosa, y dio nombre al río, y a la península y sus pobladores. El propio Túbal estableció colonias en muchas de las actuales localidades ribereñas, entre ellas Caspe, Zaragoza, Tarazona y Calahorra. El Heracles o Hércules clásico, no se quedó atrás en cuanto a protagonismo y leyendas como la de la ninfa Pirene ayudan a entender la gran implantación del Apóstol Santiago, su sucesor, en toda la cuenca.

La esencia del cauce, su uberosidad, su talla, su poderío, hicieron que tanto íberos como romanos vieran algo más en el Ebro que su estricta realidad fluvial, así pues lo deificaron, personificándolo en un númen sobrenatural,  y lo veneraron como dios. No es extraño pues que, como consecuencia, el siguiente paso fueran las representaciones escultóricas del Flumen Hiberus para tributarle culto. Este es el caso de la pieza marmórea conservada en el Museu Nacional d’Arqueológia de Tarragona. Tales representaciones, además, perduraron en el tiempo, caso, como verbigracia, de la Fontana di Orione de la siciliana ciudad de Mesina, obra de Giovanni Angelo di Montorsoli (1547/1553)  

Llegados a este punto, se hace imprescindible preguntarnos, y hasta ahora no lo hemos hecho, acerca de ese culto, para saber cual fue su alcance, de que grado de arraigo gozó y, por que no, cual fue la resistencia que opuso a la nueva doctrina que había alcanzado su razón de ser en el Gólgota. Sin duda, y a tenor de lo que se vislumbra si somos capaces de echar una mirada a vista de pájaro a lo que se esconde detrás de las tradiciones y leyendas que nos han llegado en toda el área hidrográfica, no cabe otro calificativo que el de enorme y desbordante.

¿Es fortuita la gran devoción que, junto al Ebro que allí nace, recibe Nuestra Señora de Montes Claros en la cantabra Valdeprado del Río, en el Campoo?  ¿Es pura coincidencia que a la Madre de Dios se la venere, siempre al lado del río, bajo la hermosísima advocación de Nuestra Señora de Ebro en las burgalesas Quintanilla de Escalada y Miranda de Ebro, o en la propia capital de la Rioja? ¿Es solo azarosa la entrega, a orillas del Ebro, que hizo la Virgen de la Cinta a los tortosinos de su Sagrado Cíngulo? ¿Cosas del sino que la imagen de la Virgen de la Ola de Pinseque y la de Santa María de la Muela de Tudela alcanzaran sus respectivas poblaciones flotando sobre las aguas del Ebro? ¿Casual la presencia en carne mortal de María a la vera del cauce fluvial zaragozano, reconfortando a Santiago? ¿Es solo un capricho que el propio Apóstol lo recorriera e incorporara al selecto grupo de sus varones apostólicos a San Indalecio, hijo del Caspe que supo hacer del Ebro un mar para Aragón? ¿Cómo entender la facilidad con la que la cariñosamente llamada Pilarica se ha convertido, a penas sin controversia, en Patrona de toda la Hispanidad?¿Cómo explicar todo cuanto el ancestral Camino Jacobeo del Ebro tiene de perenne y sacro? En el propio Ebro, estoy convencido, tenemos la respuesta.

Pero si María fue un factor clave para la cristianización del culto pagano al Ebro, no es menos cierto que fueron multitud los santos que le ayudaron en tal empeño. Así, Santa Susana llegó a Amposta desde el Mediterráneo, flotando en el curso fluvial, sobre la muela de molino que le habían atado al cuello antes de arrojarla al mar; su culto y sus reliquias ascendieron aún aguas arriba, hasta la población terraltina del Pinell de Brai y Maella. La propia imagen de Santa Paulina (en la imagen), flotando también sobre el Ebro, se agarró a las rocas que contenían los vestigios romanos de Ascó, en la Ribera d’Ebre, deseosa de que allí se le tomase devoción; su culto se propagó río arriba hasta alcanzar, por el Segre, Fraga, que poseía sus reliquias. De la misma manera fueron acunadas y llevadas por las aguas del Ebro las imágenes de Santa Madrona en Riba-roja, San Antonio en la Pobla de Massaluca, San Sebastián en Faió, y Santa Concordia en Flix.

Otras veces no fue la imagen, sino la propia testa del santo, la protagonista del suceso: La cabeza del mártir San Frontonio, arrojada al Ebro, navegó contracorriente hasta la desembocadura del río Jalón, y fue a parar a la villa de Épila, de la que es patrón. San Lamberto cruzó por si mismo el Ebro, pero lo hizo con su propia cabeza recién cercenada bien sujeta bajo el brazo para ir a enterrarse en la monumental cripta de la parroquia zaragozana de Santa Engracia. Las cabezas de los mártires Emeterio y Celedonio, una vez decapitados en Calahorra, fueron arrojadas al Ebro y flotaron hasta el mar para acabar ¡dando la vuelta a la Península! y aparecer en la playa del Sardinero de Santander, de donde son patronos. Finalmente, en Tortosa, se tocaban las aguas del río con el relicario de Santa Cándida, continente de su cráneo, para apaciguar el cauce cuando amenazaba con fieras riadas; la reliquia, procedente de Colonia y regalada por la reina Margarita de Prades, pertenecía a una de las Once Mil Vírgenes y su titular, junto con Santa Córdula, alcanzó la condición de copatrona de la ciudad.

A raíz del trabajo del periodista y estudioso del río Ebro José Ramón Marcuello, recopilador de buena parte de estas tradiciones, algunos sostienen que el origen de sus cultos podría explicarse por la costumbre común, siglos ha, de echar las cabezas de los reos al río. Sin pretender enjuiciarlo, difiero en mi modesto parecer y, aún admitiendo que tales hechos pudieron servir anacrónicamente de inspiración, me decanto por la opción que da nombre a esta comunicación.

Capítulo a parte merece la campana mágica de Velilla, a la que las aguas del Ebro concedieron poderes sobrenaturales como el de flotar sobre ellas y avanzar contracorriente. Es el más popular de los objetos milagrosos relacionados con el tema. Fue extraída y colocada en el campanario de San Nicolás, en donde, desde el primer momento, tañía, sin ser tocada, para anunciar grandes catástrofes y funestos acontecimientos.

¿Pero y Jesucristo, de quien la fe toma nombre? ¿Es ajena su figura al asunto que nos ocupa? Ni mucho menos. Todo lo contrario. ¡Es determinante! Entre las imágenes de Cristo o crucifijos navegando el Ebro encontramos el de Cristo de Gallur y la Santa Cruz de Tudela. El Santo Cristo de Balaguer, remontó el Ebro y el Segre, pasando por Flix. El Santo Cristo de los Pescadores de Tortosa, avanzó río arriba desde el mar venciendo la corriente hasta la ciudad, en donde fue literalmente pescado por estos y tuvo una fervorosa devoción en la iglesia gremial de San Pedro, hasta ser devastada por las llamas durante la última guerra civil española.

Después de todo lo expuesto, se entenderá fácilmente cual es el extraño resorte capaz de mover aún hoy en masa a las gentes ribereñas cuando en su subconsciente se percibe que el vetusto dios corre el más mínimo riesgo de ser profanado. Más allá de las razones que se puedan esgrimir, incluido el moderno discurso de la sostenibilidad y la ecología, existe una realidad incontestable, un dios de los ancestros al que rebautizaron con mil nombres, pero que sigue vivo, sencillamente porque nunca murió. El Camino Jacobeo del Ebro es, simple y llanamente, una de las muchas pruebas palpables que han perdurado.

Vicente José Ruiz.

El Papa, Santísimo Padre...

El Papa, Santísimo Padre...

Pregunta: Hola. Quisiera saber por qué a los papas les dicen Santo papa, o su santidad, o el santísimo papa y cosas así, si ellos siguen siendo humanos propensos a pecar. No es blasfemia? Gracias por tu respuesta de antemano.

Respuesta: Hola. No, no es blasfemia, para que fuera tal, el título de “santidad” o “Santo Padre” tendría que tener la intención de comparar al así llamado con Dios. O, por el contrario, también es una blasfemia, pretender rebajar a Dios con insultos o negándole de manera irreverente su santidad y grandeza.

Para entender el porqué de estos títulos, hay que entender primero que significa que alguien o algo sea “santo”. Lo primero es que, propiamente hablando, nada ni nadie es santo, sino solo Dios. Pero tanto las personas, como algunos objetos o dignidades, participamos de esta santidad divina, por acercamiento a Dios. Porque Dios "nos toca" con esa santidad.

La Iglesia entiende por santo no solo a aquellos que han llegado a la plenitud de la vida eterna junto a Dios (es esto lo que les hace santos), sino también a aquellos que, por cercanía, forman "parte" de Dios. El primer y mejor ejemplo lo vemos en la misma Escritura, si bien nos dice que solo Dios es Santo; no tiene reparos en llamar “santos” a los primeros cristianos; y también les llama “miembros de la asamblea de los santos” (1 Cor. 14, 33). Y esto no por méritos personales, ni porque todos fueran impecables o semejantes a Dios, pero se entiende que por el bautismo y la pertenencia a la comunidad cristiana, aún a pesar del pecado personal, se participa de esa santidad divina, regalo para todos.

Así, por extensión, son llamados santos o sagrados algunos objetos, porque el uso que se les da está relacionado con el culto a Dios, y de manera simbólica, pero visible, son “tocados” por la gracia de Dios. Así por ejemplo, los cálices, los altares, los ornamentos, se consideran objetos dignos de reverencia, no por ellos mismos, que solo son materia, sino por lo antes dicho.

Visto esto, que era solo una explicación introductoria, vamos al tema, que ya casi está dicho: Al papa no se le llama Santidad, o Beatísimo Padre, porque se considere impecable, o un ser divino, sino porque en su calidad de Pontífice de la Iglesia, participa en un grado visiblemente mayor de esa santidad. Recalco el término visiblemente, porque una abuelita de nuestras iglesias podría ser más santa que el papa. Además, es el título de Vicario de Cristo el que lleva consigo el tratamiento de “santo”, no la persona que lo ostenta.

Lo mismo podría decirse de la infalibilidad pontificia, por ejemplo: El papa, porque participa en grado eminente de la asistencia del Espíritu Santo a la Iglesia, es infalible, no porque sea mejor o más listo que nadie.

La fiesta de San Benito...

La fiesta de San Benito...

Pregunta: Se la vida de San Benito de Nursia, pero tengo dudas, por cosas que he leído. ¿Podrías decirme, con exactitud, que día se celebra San Benito?, no me queda claro.

Respuesta: San Benito de Nursia, en el martirologio romano se celebra actualmente el 11 de julio, antigua fiesta de la "Traslación", hoy denominada simplemente "San Benito Abad". El breviario español, comunmente usado en América, lo pone como Fiesta, al ser Patrón de Europa, pero en los demás sitios solo es Memoria Obligatoria.

Los benedictinos, cistercienses y trapenses celebran, además, el "Tránsito de N. P San Benito" el 21 de marzo, pero esta festividad es exclusiva de la Orden.

Y en Francia, la congregación benedictina de San Mauro, lo celebra el 4 de diciembre.

Este cambio de fechas, supresión y demás puede parecer raro, pero lo mismo se hizo con Santo Tomás de Aquino (7 de marzo al 28 de enero), y con Santo Tomás Apóstol (21 de diciembre a 3 de julio), en ambos casos sustituyendo la "Traslación" de sus reliquias por la conmemoración habitual del santo.